jueves, 17 de diciembre de 2020

Sword Art Online: Alicization (2018) / War of Underworld (2019/2020)

      El fenómeno Sword Art Online sigue bastante vivo. Aunque haya perdido su fuerza inicial, es un universo que está sabiendo evolucionar a partir de la base de la realidad virtual inmersiva, y a la vez se diversifica en videojuegos, manga y toda clase de merchandising.

     Desde el pelotazo de la primera temporada de anime en 2012, sacaron una segunda temporada dos años después, pero luego no volvimos a saber nada hasta la película de 2017. Y un año después, junto con el spin-off de las pistolitas, apareció Sword Art Online: Alicization (2018), que no sería sino la "primera parte" de la tercera temporada llamada War of Underworld, que, a su vez, se dividió en dos y vino a terminar en 2020. No sé si ha quedado claro...




     "Tras lo sucedido en Ordinal Scale, Kazuto es reclutado de nuevo por Seijirou Kikuoka para ayudar en el desarrollo de un mundo virtual donde poder crear inteligencias artificiales independientes.

     Una noche, Kazuto es atacado por un viejo enemigo y cae en coma. Entonces, Kikuoka propondrá conectarle al mundo virtual en el que trabajan como única esperanza de que su cerebro logre recuperarse."





     A pesar de la fama de la franquicia, tengo la impresión general de que la calidad técnica no está a la altura de su popularidad. No es que sea mala, que a veces sí, pero debería destacar en movimientos, coreografías y paisajes, y no. Es más bien del montón, tirando a cantosa en algunas ocasiones.

     La trama, en cambio, no decae. En esta primera entrega de la tercera temporada, Kirito sigue su camino hacia la madurez, trabajando en proyectos serios, planificando un futuro con Asuna, quizá en el extranjero, cuando de repente la tragedia se cruza en su vida y termina enchufado a un mundo virtual una vez más. Como perro viejo que es en estos lances, en seguida se hace un amigo y empieza a buscar la forma de comunicarse con la realidad para poder volver. La diferencia con los mundos anteriores es que la gente aquí son seres virtuales con voluntad propia, no seres humanos conectados como Kirito. O sea: inteligencias artificiales (AI) creadas desde bebés que han crecido y se han desarrollado como seres humanos en un mundo digital creado para ellos: Underworld.

     Este arco tiene fundamentalmente momentos divertidos y entrañables, y una tensión in crescendo, pero de repente explota en una orgía de violencia en el polémico capítulo 10. La violencia sangrienta no es nueva. Ya al principio, cuando los peques se aventuran en la cueva del dragón y se encuentran con un grupo de goblins, tenemos un avance de la crueldad de este mundo. Pero el capítulo 10 de seguro no dejó a nadie indiferente, en mi caso, por inesperado después de tantos días de vino y rosas. Luego empieza el largo ascenso por la torre en busca del malo malísimo, derrotando a sus caballeros, más historias, más drama, y más miembros cercenados y ojos que explotan.

     A todo esto, el mundo real también se mueve y tiene sus propios problemas. Aunque al principio no está muy presente, las cosas se vuelven más complicadas para Asuna y el equipo de investigación, y al final la acción coincide, y te deja completamente a cuadros, con Kirito sufriendo un cortocircuito mental o algo así. Y ahí te dejan.



     Un año y pico después, con pandemia de por medio, sale la segunda parte, dividida en dos entregas a su vez, la de la guerra en el Underworld. Misma calidad técnica, más violencia, chorrocientos personajes, sobre todo viejos conocidos de las etapas anteriores, mogollón de drama y momentos épicos (sobrecarga, diría yo) y un héroe que se resiste a formar parte.

     En medio de caballerosos combates y viles traiciones, aquí quienes parten la pana son las chicas. Eso sí, monísimas, pero sufriendo ataques que cortan brazos y parando lanzas con los ojos. Multitud de minihistorias, algunas de ellas atan cabos sueltos de temporadas anteriores. Un agobio de acción continua que finalmente decae en un anticlímax bastante desconcertante.


     Este "final" se desarrolla mayormente en el mundo real, donde básicamente se discute la identidad de los habitantes de Underworld, si son seres vivos o solo programas, y se pierde un poco de vista a los protagonistas.

     Pero ya al final final, pues volvemos a los personajes que nos importan y el cómo se están tomando las cosas. De nuevo borrados de recuerdos para no volverse locos y replanteamiento de volver a conectarse a Underworld para salvarlo desde dentro de las maquinaciones político-militares. Y... ¡hala! Puertas de par en par hacia una siguiente temporada.

     Pues nada, aquí estaremos. Quizá cuando arriben nuevos episodios sería buena idea verme de nuevo la primera temporada y origen de todo, y así recuerdo de dónde salen algunos de los amigos que aparecen. Ya me saltaría las partes que menos me hayan gustado y a ver si así me hago una idea completa de la historia. Y es que yo no recordaba que Kirito fuera tan llorón, y aunque se menciona de pasada, no se percibe en los personajes el trauma de haber vivido y matado en Aincrad. No sé si en las novelas originales será diferente, probablemente sí, ya que es más fácil en literatura meterse en los pensamientos y representar las inquietudes psicológicas. Pero en las series animadas se prima sobre todo las emociones fuertes, la acción trepidante y los debates existenciales, y se detiene poco o nada en la individualidad de sus personajes, haciendo que queden un poco planos.

     Tiene sus altibajos, pero es una saga a tener en cuenta.

martes, 8 de diciembre de 2020

Nyan Koi! (2009) y Kishuku Gakko no Juliet (2018)

      Desde hace un par de años, mi pc de sobremesa presenta un fallo kernel-power (no es coña) que hace que se reinicie aleatoriamente cuando se estresa. Y últimamente debe estar muy estresado porque se me está reiniciando muy seguido y a veces no me deja hacer prácticamente nada. El caso es que para averiguar cuál podría ser la causa, estuvimos haciendo múltiples pruebas, y como principalmente empeora cuando reproduce vídeos, online o locales, escogí dos series aleatorias para ir probando. Y así fue como acabé viendo Nyan Koi! (2009) y Kishuku Gakko no Juliet (2018).



     "Junpei Kosaka es un estudiante alérgico a los gatos que rompe por accidente una estatua sagrada y acaba siendo maldecido. A partir de ese momento, puede entender el lenguaje de los gatos, y si no quiere terminar convertido en uno, deberá ayudar a más de cien gatos para calmar al espíritu ofendido."







     "La Academia Dahlia es un internado situado entre dos países rivales al que asisten estudiantes de ambas naciones para fomentar la paz. Sin embargo, la rivalidad entre los alumnos sigue siendo muy alta, dando lugar a continuos altercados entre el dormitorio de los Perros Negros de Touwa y los Gatos Blancos del Reino de Occidente. 

     Un día el líder de los Perros Negros confiesa su amor a la líder de los Gatos Blancos, y deciden salir en secreto para luchar juntos y poder cambiar las cosas algún día."




     Como dije, fue algo totalmente aleatorio, por lo que me sorprendió mucho ver que ambas series compartieran tantas similitudes. No solo porque al ser del mismo género ya de por sí se tengan que parecer, sino también por coincidir en algunos de sus detalles opcionales.

     Por ejemplo, el tipo de prota. Tanto Junpei como Inuzuka son buenos tipos, fuertes, amables y caballerosos, un poco irascibles pero de buen corazón, y tienen clarísimo desde el principio quién es la reina de su corazón. Sin embargo, sus heroínas son ligeramente diferentes: mientras que Mizuno es de una normalidad aplastante y un poco atolondrada, Persia es menuda, casi loli, y con una gran determinación. El resto del harén es algo más variopinto, pero en ninguno de los dos falta la amiga de la infancia, el rival femenino (que va tras ellas pero también siente cariño por ellos) e incluso las gemelas un año o dos más jóvenes.

     Por las tramas, ambos protas comparten un secreto que no pueden contarle a nadie (aunque algunos ya lo sepan) y sufren continuas desgracias por ello. Mucha comedia, un poco de drama, y los imprescindibles toques ecchi, van desarrollándose en episodios prácticamente independientes, hasta que al final la cosa se pone un poco más seria. Ambas series tienen 12 capítulos y ambas cierran arcos, si bien una parece terminar definitivamente mientras que la otra queda claramente abierta a una segunda fase.

     Y es que al parecer, el manga de Nyan koi! nunca se llegó a terminar. Su autor entró en hiatus indefinido por enfermedad, y aunque se anunció una continuación, solo salió una especie de koma a modo de epílogo cómico y nunca más se supo. De hecho leí por ahí que iba a sacar un nuevo manga pero tampoco he visto más información sobre eso, así que.... Ni idea.

     Por el contrario, el manga de Kishuku Gakko no Juliet sí que está completísimo y tiene un final como dios manda, así que no descarto echarle un ojillo.

     Dos historias ligeras y divertidas, con su poquito de profundidad aunque sin complicarse demasiado, para pasar un ratillo disfrutando del anime más tópico. Hay cosas mejores, evidentemente, pero de vez en cuando no viene mal relajarse.

domingo, 6 de diciembre de 2020

Burn The Witch (2020)

      Sigo en paro, semiconfinada y devorando series a 2 capítulos por hora. La última (bastante intensa) resultó no estar completa todavía pero como "the last season" ya está anunciada, ya la comentaré cuando la vea toda otra vez. Descolocada, no sabía cuál ver a continuación y opté por Burn The Witch (2020), lo último de Tite Kubo, el de Bleach.





     "Noel Niihashi y Nini Spangle son brujas al servicio de la Agencia Wing Bird, encargada de la protección y conservación de los dragones naturales, unas poderosas criaturas únicamente visibles para los habitantes de Reverse London que, al interactuar con los humanos, pueden llegar a causar involuntariamente enormes desastres."





          Nunca fui muy fan de Bleach, y aunque allá por 2006-2007 veía la serie, la dejé antes de que dejaran de emitirla. Incluso intenté pasarme al manga por recomendación de un amigo, pero en aquellos momentos yo estaba inmersa en el fenómeno Naruto y no me hizo chispa. No porque no fuera una gran historia, que lo es, sino porque me cansaba un poco el papel de los personajes femeninos y la eternización de las peleas y la continua aparición de personajes.

     Burn the witch parece un universo totalmente distinto, sin embargo dicen por ahí que es un spin-off y que la relación entre los shinigamis y las brujas, así como los dragones y el mundo espiritual está bastante clara. Solo que no tiene lugar en Japón, sino en Londres, y que de ahí las diferencias. Yo simplemente vi parecidos pero los achaqué al estilo del autor. Al contrario de su obra anterior, parece que aquí las mujeres tendrán un papel bastante más activo y revolucionario. Y digo "tendrán" porque parece que lo que tenemos ahora solo es una introducción a algo más grande sin fecha de estreno todavía.

     La cosa empezó con un one-shot en 2018, que no me he leído, y una serie de cuatro capítulos en 2020, de los que me leí tres por cosas mías... Decían que habría una película animada pero creo que se referían a los tres únicos episodios emitidos hasta ahora que recogen la trama de los cuatro episodios de manga publicados hasta la fecha. Y hablando de fecha, se dice que el manga efectivamente tendrá continuación, pero no se dice cuándo.

     Técnicamente mola mucho. Los paisajes, las escenas de acción, diseño de personajes, etc... pues eso, no defraudan pero tampoco destacan. Pero en cuanto a la trama, yo sigo sin pillarle el punto a este hombre. Me gusta la idea del prota masculino debilucho al que hay que proteger, y la relación entre los cuatro personajes principales, así como los misterios asociados a los jefazos adultos y las intrigas que se dejan adivinar entre departamentos y tal. Pero... Balgo Parks es demasiado tonto. Ojalá un poquito más de hombría, que parece tarado el pobre. Puestas a elegir, me quedo con Bruno Bangnyfe.

     El argumento conductor de estos primeros episodios son una mera introducción, así que no esperes una gran trama ni un desarrollo profundo. Presenta el mundo (más o menos) y sus reglas fundamentales, presenta personajes y establece las relaciones básicas entre ellos. Punto. Habrá que esperar si sale algo más adelante, aunque si aún no hay manga publicándose, lo que viene a ser una adaptación animada dudo mucho que salga ni de lejos. En fin, ahí queda, para fans del autor supongo que será la caña. Yo, ni fú ni fá.

lunes, 30 de noviembre de 2020

Great Pretender (2020)

      No iba a escribir todavía sobre Great Pretender (2020) ya que parece que con la segunda entrega tampoco se había acabado, pero como todavía no hay rumores sobre una tercera tanda, mejor lo hago ya antes de que se me pase.





     "Makoto Edamura es un joven estafador hábil en el arte del engaño que realiza pequeños timos para sobrevivir. Un día, ataca a un despreocupado turista con un viejo truco pero termina siendo estafado por él. Herido en su orgullo, Makoto decide seguir a este extranjero hasta Los Ángeles, donde se verá envuelto en una estafa a gran escala a un gangster de Hollywood."




     Great pretender, conocida en España como El timador timado, es un producto original de Netflix, por lo que tenía mis dudas al principio. Pero el tráiler me entró mucho por el ojo, no tanto por la trama que anunciaba, como por el colorido y el diseño de personajes, pero entró, y cayó.

     

Caso 4: El mago del lejano oriente

     

     Netflix dividió los capítulos en dos entregas, una de 14 episodios en junio y otra de 9 en noviembre, y las llama primera y segunda temporada, pero una vez visto del tirón, me da a mí que en realidad es solo una temporada de 23 episodios. Los episodios se agrupan por "casos": el de Hollywood, el de Singapur y el de Londres en la primera entrega, mientras que los 9 de la segunda tanda se dedican a un único caso, mucho más complejo y lleno de variantes e imprevistos que vienen a cerrar una especie de arco inicial enorme, donde muchas cosas cobran sentido, pero que deja también la puerta abiertísima a una continuación (de la que no se sabe nada) gracias a un increíble gancho al final tras los créditos.


     Pero yendo por partes... Lo primero que me atrajo no me decepcionó en ningún momento. Un diseño de personajes muy maduro, un uso del color super audaz, y una interpretación de luces y contrastes totalmente inventada. Predominan las líneas rectas de trazos irregulares sobre las curvas, los paisajes atiborrados de elementos pero sin detalles, a modo de pinceladas, algo que también permite que la animación asistida por ordenador pase más desapercibida y todo el conjunto gane en fluidez y espectacularidad, sobre todo en las persecuciones aéreas. Son increíbles.

     Plus, la banda sonora. Es algo de lo que casi nunca hablo porque normalmente no me llaman la atención y no tengo mucha cultura musical. Pero hay excepciones, como en este caso, donde sí la percibo como parte del conjunto ayudando a reforzar la identidad de cada ambiente. Además, el ending es el The Great Pretender de Freddie Mercury.

     Y en cuanto a trama y personajes... Pues nada, todo maravilloso. Salvando grandes diferencias,  podría decirse que son una nueva versión de Robin Hood: ladrones que se dedican a estafar a maleantes por su propio beneficio y también por el de alguien más. Identidades complejas, misterios que se van descubriendo, y alguna que otra salida por la tangente, pero muy creíbles y razonadas. Aunque a excepción del prota no parece que haya grandes evoluciones, y aun en el caso de Makoto, hay muchas contradicciones, creo que también es parte del encanto. Quiero decir, que así me dan más sensación de realismo que si hubiesen sido cambios más radicales o lineales. La vida no es tan sencilla.

     Además, como todos son estafadores y farsantes que esconden sus verdaderos sentimientos, se hace complicado distinguir qué es real y qué no. Ahí es donde entra tu imaginación y lo que más te mole creer. La trama es un continuo juego del engaño, donde hay muchas partes planeadas y un poco de improvisación, pero que cuando termina y se revela todo, ya no sabes quién ha engañado a quién ni cuánto de lo que ha pasado era planeado o realidad. Sin embargo, no es algo estático y burocrático donde varias mentes se ponen a prueba. Las localizaciones exóticas y la acción omnipresente la convierten en una serie dinámica y atractiva, en continuo movimiento. Hay comedia sobre todo, pero también hay drama, mucho drama, al principio de forma implícita en la tragedia personal de sus protagonistas, y más hacia el final, en los sentimientos que por fin se enfrentan.

     Como temporada, tiene final, tanto si consideras solo los primeros 14 capítulos, donde se desarrollan y resuelven tres casos, como mejor si consideras los 23. Se descubren muchas cosas del pasado de los dos personajes principales y muchas relaciones, que hasta ahora parecían coincidencias, se descubren que no lo eran tanto. La resolución del último caso me dejó bastante desconcertada, a pesar de que hacen los flashbacks explicativos pertinentes, es tan capa sobre capa, mentira sobre mentira, que al final a duras penas me enteré de quién lo había controlado todo desde el principio. Si te van estos trucos mentales y psicológicos, como a mí, esta serie está genial. Eso sí hay que verla muy despierto.

     Como el epílogo tras los créditos da bastantes esperanzas de que haya otra entrega en el futuro, aprovecharé para verla de nuevo desde el cuarto caso (a ver si así me entero mejor) y ya nos volveremos a ver por aquí, si eso.

domingo, 22 de noviembre de 2020

Ansatsu Kyoushitsu (2015/2016)

      Tengo una amiga que de vez en cuando me pide alguna recomendación anime para alternar con las series "normales", y como hace poco se puso Netflix, le dije que algún día le diera una oportunidad a Fullmetal alchemist~Brotherhood~. La semana pasada me escribió:


     Me hizo tanta ilusión que le estuviera gustando que, a cambio, decidí probar a ver una que ella había visto y yo no: Ansatsu Kyoushitsu (2015/2016). Aka Assassination Classroom.

"Una poderosa criatura amenaza con destruir el planeta dentro de un año a no ser que los peores alumnos de la prestigiosa escuela Kunugigaoka consigan matarle antes. De este modo, con apoyo del Gobierno, el extraño ser se convierte en el tutor de la clase 3 E, donde además de las materias comunes, impartirá clases de asesinato para que puedan cumplir su misión."


     A simple vista, la serie es bastante atractiva tanto por el diseño como por el argumento. Sin embargo cuando empecé a verla hace cinco años no terminó de entrarme y la olvidé en el sexto capítulo. Y es que al principio se recrea mucho en presentaciones y chistes varios, rozando peligrosamente el género de la comedia absurda basada en recuentos de la vida. En esos seis episodios vi aparecer personajes nuevos que se añadían al elenco principal y episodios dedicados a los problemas de algún alumno en concreto, así que deduje que se iba a limitar a dar lecciones de vida a través de la comedia y una trama sin mucho sentido.

     Mi segunda impresión no fue muy diferente, pero como quiera que al final superé esta primera fase, cuando llegamos al arco de los exámenes y la lucha con los alumnos de la clase A, la serie consiguió captar mi interés. La rivalidad entre la clase A y la clase E será el hilo conductor de la mayoría de los capítulos de la primera temporada, ya que no solo compiten en los exámenes sino también en los festivales y otras actividades, dando muchos ejemplos de cómo la astucia vence a los fuertes y poderosos. Sin embargo el clímax de esta temporada es mucho más serio y oscuro, como ya se vino anunciando en algún episodio aislado, y que realmente viene a ser la esencia de la serie.

     La segunda temporada empieza en el mismo punto donde se queda la primera, y aunque los rivales de la clase A siguen por ahí, la historia se va centrando más en su trama principal. Sale a la luz la situación familiar del prota, así como el pasado de Koro-sensei, y todo va apuntando hacia el inevitable final. Un final lacrimógeno a más no poder, porque a pesar de que posiblemente era de prever, explotan recursos infalibles añadiendo además pequeñas perlas sorpresa. Bueno, y que yo soy de lágrima fácil.

     La calidad técnica es clase superior, no solo ya por diseño, color y demás, sino por las coreografías de las peleas cuerpo a cuerpo, así como el desarrollo de las secuencias de acción. Da gusto verlas dos veces.

     Al final eché en falta que no le dieran a cada alumno su tiempo en pantalla suficiente, pero aún así, todos son perfectamente perfilados y reconocibles en su individualidad. También se echa en falta alguna que otra trama amorosa entre los alumnos, pero tampoco es que haya ausencia absoluta de ellas. A este respecto, merece mención especial la relación entre los "profesores" de educación física Karasuma-sensei, militar de las fuerzas especiales, y la de idiomas Irina "Bitch-sensei", asesina internacional. Esta pareja sin duda te alegran el día con sus cosas.

     Tal fue el impacto que finalmente me causó, que para no perderle el regustillo, me vi también las dos películas live action que hay.


     Ambas producciones salieron de manera casi simultánea a la emisión de las temporadas anime, en 2015 y 2016, y recogen la historia al completo. Al menos en lo que se refiere a la trama principal, ya que, por ejemplo, los enfrentamientos escolares con la case A han sido eliminados completamente.

     Los efectos especiales no son nada ambiciosos pero dan el pego, lo que peor se lleva son las puestas en escena de las secuencias de acción y peleas, que quedan muy circenses y poco creíbles. También se echa de menos el rollito Karasuma-Irina, así como una dedicación más individual de todos los alumnos, más allá de Nagisa, Karuma y Nagano, algo que hubiera permitido ver los puntos fuertes de todos y sus colaboraciones y enorme trabajo en equipo, que es lo que mola en la serie.

     Siempre me intrigó que fuera tan popular a pesar de que yo no pude pasar del capítulo seis, en el fondo siempre sospeché que tenía que haber algo más, y ahora me alegro de haberle dado esta segunda oportunidad. No es algo que recomendaría, sin embargo, pero tampoco diré que no la veas.

martes, 17 de noviembre de 2020

Tenisu no Ōjisama ~The Prince of tennis~ / Zenkoku Taikai-hen / Shin (2001~2012) + Películas

      Pocas series me han costado tanto terminarlas (hasta el punto de pensar que las abandonaría) como el dichoso Tenisu no Ōjisama (2001-2012)  o "príncipe del tenis". Pero a pesar de todo, cayó en la saca. Al menos, la mayor parte.

     "Ryouma Echizen es un joven de 12 años que acaba de llegar de Estados Unidos e ingresa en el equipo de tenis del instituto Seishun. Su actitud desafiante hacia sus mayores llenarán su vida de continuos retos cada vez más difíciles, a los que hará frente con su enorme talento y el apoyo de sus compañeros."

     Pues eso. Esta es la serie deportiva de la que hablaba en las entradas anteriores, que empecé a ver allá por junio y he venido a terminar ayer mismo, ya que tiene la friolera de tres "temporadas" (con 178 episodios la primera) y dos películas. Y no me ha costado tanto por la cantidad de episodios, eso nunca ha sido un inconveniente, sino porque a pesar de ser una deportiva, género que tanto adoro, tiene pocos  de los elementos que me resultan más atractivos.

     Para empezar, el protagonista... ¡Menudo niñato! Un enano arrogante, super cool que desde el minuto uno te dan ganas de darle de collejas hasta dejarlo calvo. Como dicen ellos mismos, no es nada lindo, no hay por donde cogerlo. Poco expresivo, casi nada hablador, lo único que hace es chulearse de los malos y desafiar a todo el que se le ponga por delante. Y gana siempre. No empezaría a despertar mis simpatías hasta que lo vi perdiendo un par de veces contra ese padre vago que tiene, y jugando con el gato. Es también gracias a Momo-senpai, quien se autoerige como su mejor amigo, que Echizen se muestra un poco más humano y torpe en ocasiones. Sobre todo, en los capítulos especiales donde no juegan al tenis, van a la bolera o a comer, discuten por tonterías, y luchan por no beberse los zumos de Inui.

     La primera temporada se hace durilla (178 episodios no son moco de pavo), pero tiene el encanto vintage de las de su época, y a pesar de los defectos técnicos, se me hacía divertido ver cómo se las ingeniaban para darle movimiento a los partidos. Pero faltaba emoción, sufrimiento, superación por el esfuerzo y trabajo en equipo. No sé, no veía una meta clara. En cambio me llamaba mucho la atención la violencia tan explícita: senpais que rompían brazos a los menores, rivales que te golpeaban con la pelota donde más te doliera... y entrenadores que no hacían nada más que mirar. Ni un consejo, ni una técnica secreta o entrenamiento milagroso. Nain. Por no hacer, ni intervenían cuando estaban a punto de dejarse lisiados unos a otros.

     En esta primera temporada, el equipo se abre paso por las preliminares de la región para ir al campeonato nacional, al tiempo que una pareja de periodistas te van contando todo lo que necesitas saber. El tenis de juegan en esta etapa roza el realismo tiñendo los golpes y habilidades de los jugadores con ideas sacadas de las leyes de la física en lo que se refiere a rotación, efecto de la bola, etc Pero las acrobacias de Kikumaru y la analítica predictiva de Inui, por ejemplo, dejan de lado las raquetas y entran ya en el campo de los poderes casi sobrenaturales. Una cosa entre Captain Tsubasa y Kuroko no basuke.


     Luego, en 2006-2007, sacaron el arco de los nacionales conocido como Zenkoku Taikai-hen, y la calidad de dibujo y técnica de animación mejoran bastante. Y junto con ellos, la fluidez narrativa. Crece también un poco la intensidad emocional, aparecen motivaciones personales, ambiciones, etc haciendo que los personajes (que ya se cuentan por docenas) ganen un poco de carisma y favor del público. En cuanto a habilidades nuevas y superaciones, pocas... Más de lo mismo con rivales nuevos que se añadirán al elenco, y unos capítulos más ágiles en general.


     Entre 2012 y 2014 se emitió la "tercera" temporada (que en realidad es la segunda, porque el arco anterior en realidad eran OVAs) llamada el Nuevo Príncipe del tenis (Shin Tenisu no Ōjisama), cuyos capítulos llegaron en dos entregas.

     Aquí ya la calidad mejora por encima del estándar de la época y el tenis se vuelve mucho más fantástico y extravagante. Junto con pelotas que cambian de dirección en el aire, se multiplican y desaparecen, aunque por supuesto también las hay que arrastran una fuerza apocalíptica alcanzando velocidades supersónicas, aparecen jugadores que leen la mente, el aura, te roban los sentidos, te paralizan o son capaces de clonarse. Que ya no sé si es un anime deportivo o están luchando contra alienígenas para salvar a la humanidad. Pero solo están en el campamento de los Sub 17 de Japón, entrenando y compitiendo para ser seleccionados representantes de su país. Maravilloso.

     Sin duda esta es la etapa que más capturó mi atención: Echizen pierde un par de veces, recibiendo por fin merecidas lecciones de humildad y haciendo que evolucione buscando mejorarse a sí mismo. Hay entrenamientos especiales y luchas encarnizadas, llenas de magia, dolor y compañerismo. Y más risas que antes. ¿La putada? Que después de presentarte al prometedor "hermano" de Ryouma (ñam) y dejarlo todo listo para el campeonato internacional, se quedó en un eterno "continuará" que hasta ahora no han continuado.

     

     Pero si quieres fantasía de la buena, no te puedes perder la primera de las películas: Gekijô ban tenisu no ôji sama: Futari no samurai - The first game (2005). La trama de por sí ya es bastante absurda: el Seigaku es invitado a un crucero para unos partidos de exhibición y terminan secuestrados para jugar partidos amañados. Aquí es donde aparece por primera vez el niisan de Echizen, todo un malote de misterioso pasado rebelde, que inmediatamente capturó mi corazón. En medio de todo el revuelo mafioso, motores que explotan, barco a punto de hundirse, tormenta tropical incluida, ahí tienes tú a Echizen y a su hermano jugando el partido de tenis más surrealista que te hayas podido echar a la cara. Sencillamente fantástico, sublime, no podía despegar mi vista de la pantalla, expectante por ver con qué maravilla me sorprenderían después.



      


     La segunda película, Gekijouban Tenisu no oujisama: Eikokushiki teikyujou kessen! (2011), baja un poco el nivel de inverosimilitud y apuesta de nuevo por el desafío a las leyes de la física. El Seigaku y otros equipos son invitados a Wimbledon y son atacados por un grupo de tenistas renegados que fueron expulsados de sus antiguos equipos por violentos.

     Una vuelta al tema del juego violento, el compañerismo, la amistad, y los desafíos deportivos como solución a todos los problemas.




     En general, tiene cosas buenas pero a mí no me ha llegado al kokoro. Ninguno de sus personajes me ha llegado a tocar la fibra lo suficiente, y la trama en sí carece de objetivo en firme. Me molaba cada vez más, y la parte Shin me llegó a enganchar, pero se queda tan abierta e inconclusa que tampoco llega a dejarme buena sensación. En fin. Si en el futuro sacan algo más (que no sean los live, que no pienso ver de momento)  seguro que le echo un ojo a ver a ese Ryuji Echizen de qué va.

viernes, 2 de octubre de 2020

Hello world (2019)



     Apenas tres días después de terminar el trabajo, las noticias de la evolución de la pandemia en Madrid no eran muy halagüeñas. Mi barrio fue uno de los restringidos la semana anterior y mi familia en Sevilla empezaba a preocuparse por si, una vez más, no iba a poder bajar a verlos. Mi sentido de la responsabilidad me decía que no debía bajar, pero han sido ocho meses muy difíciles y los echaba mucho de menos. Considerando que en el trabajo nos hacían controles, y en los dos meses que ha durado, lo único que he hecho ha sido currar y descansar en casita, me rebelé y me dije: ¡Qué demonios... ! Además, mi situación económica y mi futuro laboral se presentan muy chungos, así que necesitaba ahorrar... y que me mimaran un tiempo. Y aquí estoy. De momento, sin contagiar a nadie.

     Como sigo repasando OVAs y películas diversas, le acabó llegando el turno a Hello world (2019), una de ciencia ficción, mundos paralelos y viajes en el tiempo que me ha generado algunos quebraderos de cabeza.





     "Naomi Katagaki es un tímido estudiante amante de los libros que vive en el Kyoto de 2027. Un día un extraño sujeto aparece ante él afirmando ser su yo del futuro, que ha venido con la misión de salvar a Ruri Ichigyou, una compañera de clase que sufrirá un accidente dentro de tres meses."






     Hello world se basa en un guión original, por lo que de momento no hay manga ni novela. Su título tiene origen en el mundo informático, ya que es el saludo que aparece en pantalla cada vez que se ejecuta por primera vez un lenguaje de programación. Así que ya te deja ver que no es una peli de viajes en el tiempo sino que va de universos digitales a lo Sword Art Online, cuya peli por cierto, es del mismo director.

     Así pues tenemos un mundo virtual que recrea absolutamente toda la historia de la ciudad de Kioto, y a pesar de que todo lo que sucede ya está predeterminado por el mundo real, sus "habitantes" parecen tener vida e identidades propias. El prota adulto no es que viaje desde el futuro sino que más bien consigue sincronizar su mente (actividad neuronal reducida a impulsos eléctricos y tal) con el servidor que aloja al Kioto virtual y consigue interferir en el programa para cambiar una pequeña parte y así salvar la vida de su novia. En resumen, sin espoilear, sería algo así.

     Como no podía ser de otra forma, la película está realizada completamente con la técnica de animación por CGI, cuyas imágenes simulan el diseño clásico de los dibujos 2D pero han sido creadas por ordenador. Una técnica bastante polémica en sus comienzos pero que creo que poco a poco se está ganando nuestro cariño. Así que, nada... prepárense para un despliegue espectacular de medios visuales, perspectivas imposibles, psicodelias fantásticas y movimientos de cámara super orgánicos. En cuanto a colores, luces y sombras... ngéh... creo que aún está por debajo de la animación clásica.

     En cuanto a la trama y su desarrollo, presenta buenas dosis de misterio y suspense, y un par de giros semisorprendentes que son los que hicieron mi cabeza volar. La cosa empieza como una comedia  romántica con toques fantásticos (bueno, de ciencia ficción) que se precipita hacia una aventura trepidante llena de acción y peligros, pasando por su poquito de drama y tragedia. El joven Katagaki es un encanto, muy tierno, pero que sabe sacar los dientes cuando le llega el momento. El Katagaki adulto parece un amante de la ciencia con buenas intenciones pero algo joputa, lo que pondrá al chavalito en situaciones comprometidas muy divertidas al principio, y bastante peligrosas al final. La heroína no es la típica niña mona princesa en apuros que podría esperarse, sino que es una ávida lectora, solitaria  y poco sociable, de encantadora torpeza y gran inteligencia. Ni que decir tiene que me enamoré de los tres.

     El final... Bueno, es que hay como dos finales, uno detrás de otro. No es que sea un epílogo, al menos como yo lo vi, sino que cuando crees que ha acabado, en realidad el final viene después. Entonces digamos que cuando creí que acababa de esa manera, me dejó algo tristona, pero el verdadero final me tranquilizó... y me ralló, claro, porque ya me surgieron dudas de cómo y cuándo, si cambiaron el pasado, podría ser ese presente (o futuro) En fin, que necesité una segunda opinión y ya, tras un arduo debate, me di por satisfecha. En resumen: buen final. Coherente y feliz, maravilloso.

 



     Además de largometraje, existen 3 OVAs de unos 10 minutos cada una, tituladas Another world (2019) que a modo de spin-off, resumen un poco la historia real del auténtico Naomi Katagaki antes de su viaje a ALLTALE, desde sus días de instituto con Ruri, pasando por la universidad y terminando con el comienzo del experimento. Yo esperaba ver algo posterior a lo que se ve en la película, por si confirmaba mis teorías, pero me temo que se queda en una precuela. En cualquier caso, aporta más detalles sobre el Katagaki adulto, el personaje más complejo de esta historia.

     Recomendable verlas después, claro.



miércoles, 30 de septiembre de 2020

Fairy gone (2019)

      A pocos días de terminar contrato, inesperadamente tuve un fin de semana libre, y una vez más dejé de lado la serie deportiva para tomar Fairy gone (2019), una que prometía mucho y al final se queda en ná.




     "Casi diez años después de la guerra de unificación, Zesskia aún está lejos de ser un reino totalmente pacífico. Distintas mafias e intereses políticos se mueven en las sombras en torno al poder que proporcionan las hadas.

     Marlya una joven que acude a la capital en busca de su amiga Verónica, accidentalmente entra en contacto con un hada y adquiere el poder de controlarla,  por lo que es reclutada por un ex-soldado llamado Free para formar parte de Dorothea, una organización especializada en investigar los incidentes relacionados con las hadas."


     Me costó mucho encontrarla subtitulada y no entendía por qué estaba siendo dejada de lado. Según había leído por ahí, Fairy gone era una historia original producida por P.A.Works, y por el diseño de sus personajes, parecía ser un seinen intrigante y maduro. Pero es floja, floja a rabiar.

     Y eso que tenía buenos elementos, como por ejemplo el diseño estilizado y adulto de sus personajes como mencioné antes. Y aunque la animación no era para tirar cohetes, las coreografías estaban bien coordinadas, y de esa forma, las escenas de lucha, que son prácticamente uno de los atractivos básicos de la serie, no quedan nada desmerecidas. Pero el desarrollo y planteamiento de la trama es deficiente, y en general, no hay nada que llegue a emocionar.

     Había abundantes personajes centrales y secundarios con bastante fuerza y carácter como para mantener el universo denso y complejo que se representa. Pero carece de puntos claves a los que agarrarse y girar. Los propios protagonistas son difusos, y como espectadora no podía distinguir cuál era la trama principal, si la de Marlya-Verónica o la de Free-Wolfran. O a lo mejor era Marlya-Free y por eso me despistaba. El caso es que había muchas microtramas, pero debido a un desarrollo pobre y superficial, en vez de enriquecerse unas a otras, se superponían al mismo nivel y todo queda como una amalgama confusa de acontecimientos.

     Tanto Marlya como Free tenían pasados más o menos traumáticos, pero no llegaron a calarme. No sé, es que se les ve demasiado recuperados como para empatizar con su "sufrimiento". Si no fuera porque lo repiten continuamente, no sabríamos que "sufren". No hay emoción, no hay expresividad, no evolucionan. Un claro ejemplo de desaprovechamiento era la pareja Klara-Serge, la chica seria contra el guaperas despreocupado, una pareja que hubiera aportado tanto, y sin embargo no llegan a nada más que a revolotear por ahí. Y así, muchos más.

     Sin un personaje que me enganchara, intenté volcarme en la trama, pero aprueba a duras penas. Una vez más, tiene buenos elementos pero terminan cayendo en los clichés manidos y giros previsibles debido a un tratamiento insípido. Como sea, está llena de acción y buenos enfrentamientos, pero a todo le falta un paso más, un poco de implicación, fuerza, profundidad... no sé cómo llamarlo (probablemente mañana me venga la palabra correcta) pero se queda como a medias. El propio elemento de las hadas, que es lo que debería darle la esencia a la historia, está desaprovechado. Podrían ser hadas como podrían ser granadas. No hay nada específico u original para darle identidad suficiente. Y en conjunto, la serie es pobre y olvidable.

     No recomendable, ni si te sobra tiempo.

domingo, 13 de septiembre de 2020

A falta de tiempo, buenas son películas V

     No sé por qué cuando menos tiempo tengo, me empeño en ver películas en vez de series, aunque eso sea lo que luego me acumule más cosas para comentar. Pero así soy yo.

     Después del live de Dororo, que comenté brevemente en su correspondiente entrada, me dio curiosidad por Bokura no Nanokakan Sensō (2019) "Nuestra guerra de siete días", a la que tontamente había estado confundiendo con Summer wars.




     "Cuando Mamoru Suzuhara se entera de que la chica que le gusta se mudará a Tokio cuando acabe el verano, la invita a escaparse unos días de campamento. Aunque la idea era estar los dos solos, otros compañeros de clase se acaban uniendo por diferentes razones. 
     Sin embargo, en el lugar elegido para su campamento secreto ya se esconde alguien más y su pequeña escapada se acaba convirtiendo en un símbolo de resistencia juvenil contra la tiranía del mundo adulto."




     Si lees las sinopsis que hay por internet (como hice yo antes de verla) te llevará a confusión, ya que es más bien como lo describo yo: un grupo de chavales planean un campamento secreto, así que nada de "desaparición" y mucho menos de una clase entera. Y tampoco es un plan para rebelarse contra los adultos, sino más bien algo que surge después. Así que no esperes nada mágico ni misterioso, es una película sobre los sentimientos y las complejas relaciones entre adolescentes.
     Para empezar, ni siquiera son un grupo de amigos. El prota invita a la chica que le gusta, ella a su mejor amiga, y esta arrastra a alguien que la escuchó por casualidad y ese alguien trajo a su amigo, etc Hasta formar un grupo raro que no termina de encajar del todo, pero que gracias al personajillo que se esconde en la mina abandonada, acaban haciendo una causa común. Sin embargo, la presión a la que se ven sometidos, en determinado momento hace estallar sus emociones y muchos secretos salen a la luz. Conflictos que acaban resolviéndose, claro está, y les ayuda a enfrentar sus propios problemas familiares.
     Esta película en realidad es un remake adaptado a 2020 de una de acción real de 1988 que tuvo una secuela en 1991, y que se basa en una serie de novelas de 1985. No sé cómo será la historia original, pero a mí esta adaptación me parece bastante aceptable de forma independiente.

     Una semana después, empecé a ver Sora no Aosa o Shiru Hito yo (2019) solo por ver de qué iba (esta vez, no había leído sinopsis alguna) y acabé llevándome una grata sorpresa.



     "Aoi es una adolescente malhumorada que lo que más desea es que su hermana mayor Akane pueda recuperar la vida a la que renunció por tener que cuidar de ella. 
     La oportunidad se presenta con motivo de una celebración local, cuando el antiguo novio de Akane regresa después de 13 años, pero lamentablemente se ha convertido en un tipo amargado y depresivo. Sin embargo, en el templo donde solía practicar la vieja banda aún permanece vivo el recuerdo de los sueños de su juventud."



     Al principio me temía estar frente a un "recuentos" con fondo musical y melodrama familiar entre hermanas, y casi me duermo durante los primeros 15 minutos (literal, la empecé a ver entre semana y estaba muy cansada) pero de repente aparece un nuevo personaje y cambia el ritmo completamente. Aún así no es que sea algo totalmente inesperado o sorprendentemente nuevo, pero sí que añade un toque de frescura a tanto personaje tristón y melancólico. Es comedia, es romántica, y tiene su corazoncito. Amor juvenil y amor adulto, sentimientos estancados que por fin consiguen salir adelante. En definitiva no es el dramón lentorro y pastelón que aparentaba ser por el cartel y el título ("Para aquellos que conocen el azul del cielo"), de ahí que fuera una grata sorpresa. La pena es que empezara a verla tan tarde y que no hubiera mejores subtítulos, pero la verdad es que me gustó mucho mucho.

     Ya que estaba dándole salida a todas las pelis atrasadas, me vi Gakkō Gurashi! (2019), una adaptación a imagen real del anime de 2015.


     "Kurumi es una estudiante aficionada al deporte que empieza a vivir su primer amor con un senpai del club. Durante sus tutorías con la enfermera de la escuela, conoce a Yuki Takeya y Yuri Wakasa, con las que acaba formando el Club de la vida escolar, que consiste en vivir todas juntas en el instituto."
     Es difícil hablar de esta franquicia sin hacerte el spoiler mortal. Lo mejor es no saber mucho de ella, como me pasó a mí cuando vi el anime allá por 2016. El primer episodio es tan inocente y tonto que me hizo pensar varias veces WTF con esta trama, pero había detalles raros que no encajaban. ¿Viviendo en el instituto? ¿Es eso posible, aunque sea un Club? Y finalmente se descubre el pastel y ya no pude dejar de verlo.
     No sé si por la sorpresa perdida, pero la peli no me parece tan fuerte como el anime. Las actrices reales se ve que se contienen, mientras que las animaciones son más libres de volverse salvajes, supongo. En cualquier caso, me gustó rememorar la impresión que me dejó esta historia, que fue en gran parte uno de los motivos principales por los que decidí empezar este blog.

     Tres pelis, tres recomendaciones. La verdad, no me salieron mal.

domingo, 30 de agosto de 2020

Owari no Seraph (2015)

     Poco después de mi última entrada empecé un nuevo trabajo que prometía ser muy absorbente, así que decidí tomar una serie que tuviera muchos capítulos para no andar entreteniéndome. Una deportiva, concretamente, pero que aún no voy a mencionar siquiera porque no la he terminado.
     El caso es que un fin de semana que tuve libre se me antojó investigar sobre un par de series antiguas, por saber si el manga ya estaba finalizado. Y así, a lo tonto, me leí todo lo publicado hasta el momento de Bungou stray dogs. Y nop, aún no está finalizado. Luego me acordé de otra que solo tuvo dos temporadas de anime, y me puse a revisar el manga y resulta que a partir del capítulo donde se quedaba la primera temporada, no me sonaba nada. Ya sé que tengo mala cabeza pero si he visto algo, aunque lo revise años después, siempre hay cosas que me son familiares. Y como la tenían en Netflix, me puse a verla así por encima como quien no quiere la cosa... y descubrí que nunca llegué a ver la segunda temporada. Hablo de Owari no Seraph (2015), el Serafín del final.






      "Desde que un virus mortal casi acaba con toda la humanidad, Yuu, Mika y otros niños de su mismo orfanato han vivido como esclavos en la ciudad de los vampiros, a quienes deben entregar su sangre si quieren seguir viviendo. 
Una noche, intentan escapar de la ciudad de los vampiros, pero la fuga resulta un fracaso y solo Yuu consigue alcanzar la salida. En el exterior es recogido por los soldados del ejército demoníaco, humanos supervivientes que portan armas demoníacas para luchar contra los vampiros, a los que Yuu se unirá para vengar a su familia."
     Pues resulta que en cuanto salió la primera temporada me la tragué sin respirar, y apenas un par de meses después, sacaron la segunda. Conociéndome, seguro que decidí esperar un poco más por si salía una tercera (que a día de hoy, nunca llegó), y luego simplemente olvidé mi decisión y asumí que ya había visto la segunda. Lo cual fue una agradable sorpresa, claro, porque por fin pude ver capítulos nuevos.

     Owari no seraph, o Seraph of the end, es un manga de 2012 que continúa publicándose en la Jump Square. O sea, que es mensual. Además cuenta con una serie de novelas a modo de precuela, centradas en otro de los personajes, y que narra los sucesos anteriores a la aparición del virus.

     Técnicamente está en un término medio. Su animación y demás es bastante estándar, no destaca ni por buena ni por mala. Lo que más me choca puede ser el diseño infantiloide de sus personajes a pesar de narrar una historia en verdad terrible y truculenta. Si no fuera por esos rasgos aniñados, sobre todo por los enormes ojazos de todos, la historia podría pasar por un seinen decente. Pero eso, unido a un desarrollo técnico sin pretensiones, hace que la serie pase bastante desapercibida.

     Aunque tampoco se puede dejar de lado el sinsentido que arrastra el argumento. Bueno, a ver, sentido tiene, pero a medida que avanzas en la trama, te va dando la sensación de que se están acumulando demasiados elementos y empiezas a dudar incluso del género de la serie. Para empezar, tenemos a un par de huérfanos (los orígenes misteriosos siempre son bienvenidos). Luego, un apocalipsis donde mueren todos los adultos. Acto seguido, aparecen ¡vampiros! y el protagonista finalmente termina solo y traumatizado, jurando venganza. Hasta aquí, bien.
     Aparece el ejército, y con él, cierto rollito militar y sus conspiraciones de poder entre familias. Ah, y las armas mágicas demoníacas. Sí, magia con toques religiosos. Demonios, y ángeles. Experimentación humana para crear armas definitivas contra vampiros. Oh, wait, ¿los vampiros son realmente los malos? Vaya, pues ya no estamos tan seguros.
     A pesar de todo, el prota se rehace de sus traumas emocionales y vuelve a hacer amigos. Ya no busca la venganza sino salvarlos a todos. Pero según el otro protagonista, él es el que tiene que ser salvado, de humanos y vampiros, de demonios y serafines.
     En resumen es una historia de amistad (¿o son hermanos? ¿O novios...?) entre dos chicos en el ojo del huracán de los intereses creados entre las diferentes facciones de fronteras poco claras. Los acontecimientos los van zarandeando de un lado a otro, y les obligan a hacer extrañas alianzas y a sufrir varias traiciones. No hay dos bandos, hay como 4 o 5, y no están definidos por raza, ni siquiera por familias. Es el abono perfecto para que la historia pueda salir disparada en cualquier dirección.

     A mí todo este jaleo me gusta porque la base es una relación entre dos amigos/hermanos/novios. Me gustó que el que parecía ser el prota "masculino" vengador y varonil en realidad es la "princesa" que necesita ser protegida. Pero, sinceramente, en ocasiones todo se me antoja demasiado saturado, confuso e impreciso.

     La serie cierra arco sin mostrar ciertos detalles que sí se dejan ver en el manga, y acaba con una especie de nuevo comienzo, ya que la historia continúa. Pero al menos da sensación de cierre, y eso siempre lo agradezco. Me pasé al manga y llegué hasta lo publicado a día de hoy. Muchas cosas se van explicando a base de flashbacks, porque por supuesto, también aparece el elemento "recuerdos manipulados". Cosas que pasaron hace cientos de años, y cosas que pasaron hace apenas 9 años atrás. Cuando te crees que ya has descubierto quién es el malo maestro, resulta que aparece otro peor. Y vuelta a empezar. Que no parece que vaya a terminarse pronto, quiero decir, y así me van a tener colgada cada mes en espera de lo siguiente...

     Lo mejor, como digo, es ese punto BL entre los protas. La personalidad de Yuu y Mika puede parecer un poco inverosímil a veces, pero son bastante planos, y divertidos a la vez que trágicos. se hacen querer. Lo peor: la acumulación de elementos y sorpresas "porque sí", y el diseño infantil de los personajes. Quedas advertido.

jueves, 9 de julio de 2020

Dororo (2019)

     Una vez que terminamos Kingdom, pasamos un buen rato comentándola y así volvimos a disfrutarla recordando sus mejores y peores momentos. Pero una vez que pasó la fiebre no sabíamos qué ver a continuación, y aún teníamos todo un domingo por delante. Fue mi amiga la que sugirió Dororo (2019), que por supuesto estaba entre mis pendientes, pero aún no me había decidido a ponerla, y la verdad, fue el cierre perfecto para el fin de semana.







     "Para lograr la prosperidad de su territorio, el señor de Daigo sella un pacto con 12 demonios, a cambio del cual sacrificará a su primer hijo. Sin embargo, el bebé logra sobrevivir y años después emprenderá un viaje para recuperar las partes de su cuerpo que le fueron robadas y así descubrir su destino."









     Dororo es un manga del padre de todos los mangas Osamu Tezuka que ya tuvo su adaptación animada allá por 1969, y una peli de acción real en 2007 (que aún no he visto pero tengo intenciones firmes). Tardé un poco en reconocer el estilo Tezuka ya que el diseño de los personajes se había "modernizado" y aunque pierden parte de su originalidad, es de agradecer este nuevo look adaptado a la estética actual. Técnicamente está muy bien cuidada, y no podía ser de otra forma, ya que las escenas de acción son las que predominan en este mundo oscuro y terrible, donde acechan mil demonios, y los humanos no son mejores. Todo muy rojo y negro, mucha sangre y bastante gore, aunque no lo suficiente (menos mal) como para clasificarla como tal.

     Sin embargo, a pesar de todas las salvajadas que conlleva el argumento, la historia tiene momentos tiernos y divertidos gracias al desparpajo de Dororo, el pequeño ladronzuelo, y a la inocencia que a veces desprende el protagonista por su desconocimiento del mundo. No son muchos los momentos, pero el contraste es tan fuerte que mantienen un justo equilibrio y ayudan a aliviar las tensiones y  a sobrellevar las tragedias.

     Porque todo es tragedia. La madre que se culpa por no poder protegerlo. El hermano que se debate entre la obligación y los sentimientos. El maestro que no consigue redimirse. El padre que no duda en matar o morir por el reino. Los huérfanos, los bandidos, los aldeanos... Hasta los demonios tienen su drama. Y cada dos por tres se te muere alguien. Es mejor no pillarle cariño a los personajes porque no sabes si va a llegar al final del capítulo.

     En este mundo, los bandos no están muy claros. Quiero decir, todos tienen sus buenas razones de peso para hacer lo que hacen, así que puedes llegar a simpatizar con unos y con otros, pero la terrible realidad es que para que unos prevalezcan, otros deben morir. Así, el padre y el hermano llegan a considerar a Hyakkimaru un demonio enemigo del reino, ya que a medida que recupera las partes de su cuerpo, las desgracias caen sobre la tierra una tras otra: sequía, enfermedades, guerras, etc En varias ocasiones se le pregunta a Hyakkimaru por qué lucha, y al principio su motivación parece ser egoísta y simple: para recuperar lo que es suyo. Que uno puede pensar, jolines, pero es que si él gana, se muere la gente. Pero claro por otro lado, piensas, coño, ¿y por qué tiene que sacrificarse él? ¿Por qué no sufre otro? Con todo, la historia ofrece una respuesta, o eso me pareció a mí, con la que me quedé satisfecha y que puede aplicarse a muchos aspectos de la vida.
     A partir de cierto momento, la motivación de lucha de Hyakkimaru cambia de ayudarse a sí mismo a la de proteger a Dororo. Este personajillo vivaracho a pesar de estar rodeado de desgracias es quien de hecho da nombre a la serie. Tal vez Tezuka tenía grandes planes para él una vez que alcanzara la edad adecuada, pero dado el brusco final me temo que nunca lo sabremos.

     Al parecer el manga tuvo un final apresurado debido a ciertas desavenencias editoriales, y aunque originalmente tenía que recuperar 48 partes de su cuerpo, cada una de ellas de un demonio diferente, la cosa se resumió de mala manera y dejó la historia abierta a continuaciones que nunca llegaron. Hay quien dice que el "monstruo final" es el mismo Dororo, que no es otra cosa sino un ser humano creado con algunas de las partes que le robaron a Hyakkimaru. Menos mal que esa opción no prosperó. Y el anime de 2019 optó por dejarlo en 12 demonios y poner el clímax en el castillo familiar.   
     Y una se queda con ganas de muchas cosas con ese final, pero bueno, como siempre podía ser peor, nos toca conformarnos e imaginarnos los finales que más nos gustarían. Si me decido a ver la serie original y la peli de 2007, ya volveré por aquí. De momento, quede presente mi recomendación.

Dororo (Japanese) 27x40 Movie Poster (2007)
     EDIT (13/09/2020). De momento solo me he animado a ver la peli de acción real, así de loca, una tarde de verano...
     Para algo como esto, tienes que estar bastante motivado, porque para empezar son dos horas y cuarenta minutos de película. Yo me la vi en varios trozos, así que no fue tan duro, pero no es algo agradable para ver mientras comes, que conste. Aquí a Hyakkimaru le han robado las 48 partes pero no sé muy bien cómo ni por qué el muchacho parece ver, oír y hablar de forma normal, así que me resultó raro cuando va recuperando los sentidos y se ponen todo contentos.
     Los efectos especiales para recrear a los demonios dan un poco de risa, pero el diseño es tan grotesco que también produce la sensación de horror que requiere la ocasión. La historia fluye con coherencia y buen ritmo (a veces acompañada de música flamenca) excepto el apoteosis final cuando enfrenta a su familia, que se sucede todo tan rápido que no da tiempo a sentir todo el drama. De Dororo poco o nada se cuenta, y la cosa termina en que continúan su viaje juntos, así que es otro de los finales posibles a elegir.

     Me quedaría la serie de 1969 pero eso ya no sé si sería demasiado...

martes, 7 de julio de 2020

Shiki oriori (2018) - Sabores de la juventud

     Realmente el evento principal del fin de semana fue el pequeño maratón de Kingdom que mi amiga y yo teníamos pendiente desde que estrenaron la segunda temporada el pasado marzo. Pero como quiera que soy de menos dormir que el resto de la humanidad, en los ratos que me quedaba sola, me vi los tres cortos de animación chino-japoneses que conforman el largometraje Si shi qing chun, o lo que es casi lo mismo: Shiki oriori (2018) - Sabores de la juventud (Flavors of Youth).





     "En la bulliciosa ciudad de Pekín, Xiao Ming recuerda algunos pasajes de su infancia junto a su abuela gracias al sabor de los fideos estilo San Xian. Una llamada de su familia, le hará regresar a su ciudad natal. 
     En Cantón, Yi Lin es una exitosa modelo que empieza a sentir la presión de las nuevas generaciones y decide sobre esforzarse para poder seguir manteniendo a su hermana Lu Lu, quien ahora vive con ella mientras estudia diseño de modas. 
    En Shanghai, Li Mo es un joven arquitecto insatisfecho con su trabajo. Durante una mudanza, encuentra una  vieja cinta de casete mediante la que intercambiaba mensajes con su amor de juventud, y cuyo último mensaje nunca había llegado a escuchar."



     En los primeros fotogramas ya me vino a recordar a la primera película de la que hablaba en mi entrada Adolescentes chinos, niñas japonesas y una de horror horrorosa. No sé si por el ambiente melancólico o porque el diseño y la animación eran bastante parecidas. Me hizo pensar que tal vez compartían productora o directores, pero al parecer no es así. Como sea, el caso es que técnicamente es una delicia para la vista, por el detalle, por el movimiento, por la luz y el color. Ya solo por la calidad de su animación, se te hace muy agradable de ver, y a pesar del tempo lento y reflexivo, no se hace pesada en ningún momento.

     Si bien por el título occidental llegué a pensar que serían tres cortos con la comida como personaje principal, ya que también así lo parece por el primero de ellos, los otros dos no tienen nada de eso. Así que a saber lo que significa su título original. Pero bueno, puede entenderse lo de "sabor" de forma menos literal y que se refiera al recuerdo y el sentir de tiempos pasados. Aunque en este caso, la segunda historia, la de las hermanas, no tiene mucho de eso.

     La tercera historia es muy parecida en argumento y ambientación a la de la peli que dije antes, Zuo ri qing kong, conocida también como Crystal Sky of Yesterday. Un protagonista adulto pero bastante joven aún, recuerda su último año de instituto y el error que cometió con su primer amor. Aunque esta, al ser más corta, es más llevadera, también gana en ligereza y su final me gusta mucho más.

     No me llega a la altura como para recomendarla encarecidamente, ya que es algo menos comercial y sin duda no es apta para cierto tipo de público que busca otras emociones. Pero son tres relatos, lo cual la hace ideal para ver entre otras cosas, y resultan una experiencia bastante agradable y relajada para las calurosas tardes de verano que te dejan sin ganas de ná.

lunes, 6 de julio de 2020

Nakitai Watashi wa Neko o Kaburu (2020)

     Esta semana pasada avancé hacia mi fase 3 personal y di algunos pasos hacia la nueva normalidad. Entre otras cosas, hice un poco de vida social acompañada de visionados manga-anime. Lo primero que nos vimos, fue Nakitai Watashi wa Neko o Kaburu (2020), literalmente: "Quiero llorar, llevo puesto un gato", pero conocida en español como Amor de gata, y en inglés como A whisker away, Disponible en Netflix.






     "Miyo Sasaki está abiertamente enamorada de Kento Hinode, pero a pesar de sus avances no consigue acercarse a él. Un día, Miyo descubre la forma de transformarse en gato, y gracias a su disfraz, por fin logra estar al lado de Hinode y escuchar lo que realmente piensa."










     Creía que básicamente sería una comedia romántica con tintes fantásticos, pero en realidad es una maravillosa aventura mágica con cierto toque de drama familiar. Una agradable sorpresa en un marco incomparable que derrocha calidad técnica en todos sus aspectos.

     Película hecha para el cine, y se nota bastante, quizá con mucho pensamiento puesto en el panorama internacional, no solo en lo comercial sino también a nivel de premios y festivales. Diseño de personajes estilizado pero sin caricaturizarlos, de movimientos gráciles y naturales, con expresiones cambiantes bastante humanas. Paisajes llenos de profundidad y gran detalle, que no escatiman en texturas al servicio de la profundidad y la perspectiva. Es un mundo tridimensional y cálido, que también tiene su parte mágica, a veces bella, a veces oscura y terrible, claramente diferenciadas de la realidad cotidiana gracias al uso del color y las luces y las sombras.

     Los personajes tampoco tienen desperdicio. Tanto protagonistas como secundarios presentan perfiles redondos y complejos, humanos cambiantes con capas visibles e invisibles que se dejarán conocer claramente con pocos detalles. Al menos a mí me dejaron la sensación de que todos quedan perfectamente retratados sin exceso ni defecto de explicaciones, algo que siempre da muchos puntos en mi ranking personal.

     El argumento no destaca por su originalidad pero desprende gran ternura y es lo suficientemente atractivo como para estar a la altura del derroche técnico. Además añade a su favor el hecho de que en realidad es un canto a la reafirmación personal disfrazada de historia de amor. No se debe olvidar, aunque la película así lo intenta, que el detonante de todo es el hecho de que la protagonista quiere "desaparecer", convirtiéndose en gato. Sus circunstancias familiares no son ideales pero tampoco desastrosas. Sin embargo Miyo guarda muchas cosas dentro que siente que no puede decir. Por eso conocer a Hinode llenó de nuevo su mundo de esperanzas y está dispuesta a todo con tal de hacer que se fije en ella. Siendo gato, Miyo conseguirá por fin que Hinode le abra su corazón y exprese sus preocupaciones y deseos, relacionados también con sus propias presiones familiares.
     Los mejores amigos de ambos también tienen su parte, aunque más ella que él, y aunque no intervienen mucho activamente, su papel es esencial. Quizá de los secundarios lo mejor sea la trama entre las dos madres de Miyo: una situación compleja que queda perfectamente retratada con pocas escenas pero sí muchos detalles llenos de significado. Y se resuelve de forma espectacular. Me encantó.

     Por favor, no dejéis pasar la oportunidad de verla. Se echa un rato de lo más entretenido.