domingo, 30 de agosto de 2020

Owari no Seraph (2015)

     Poco después de mi última entrada empecé un nuevo trabajo que prometía ser muy absorbente, así que decidí tomar una serie que tuviera muchos capítulos para no andar entreteniéndome. Una deportiva, concretamente, pero que aún no voy a mencionar siquiera porque no la he terminado.
     El caso es que un fin de semana que tuve libre se me antojó investigar sobre un par de series antiguas, por saber si el manga ya estaba finalizado. Y así, a lo tonto, me leí todo lo publicado hasta el momento de Bungou stray dogs. Y nop, aún no está finalizado. Luego me acordé de otra que solo tuvo dos temporadas de anime, y me puse a revisar el manga y resulta que a partir del capítulo donde se quedaba la primera temporada, no me sonaba nada. Ya sé que tengo mala cabeza pero si he visto algo, aunque lo revise años después, siempre hay cosas que me son familiares. Y como la tenían en Netflix, me puse a verla así por encima como quien no quiere la cosa... y descubrí que nunca llegué a ver la segunda temporada. Hablo de Owari no Seraph (2015), el Serafín del final.






      "Desde que un virus mortal casi acaba con toda la humanidad, Yuu, Mika y otros niños de su mismo orfanato han vivido como esclavos en la ciudad de los vampiros, a quienes deben entregar su sangre si quieren seguir viviendo. 
Una noche, intentan escapar de la ciudad de los vampiros, pero la fuga resulta un fracaso y solo Yuu consigue alcanzar la salida. En el exterior es recogido por los soldados del ejército demoníaco, humanos supervivientes que portan armas demoníacas para luchar contra los vampiros, a los que Yuu se unirá para vengar a su familia."
     Pues resulta que en cuanto salió la primera temporada me la tragué sin respirar, y apenas un par de meses después, sacaron la segunda. Conociéndome, seguro que decidí esperar un poco más por si salía una tercera (que a día de hoy, nunca llegó), y luego simplemente olvidé mi decisión y asumí que ya había visto la segunda. Lo cual fue una agradable sorpresa, claro, porque por fin pude ver capítulos nuevos.

     Owari no seraph, o Seraph of the end, es un manga de 2012 que continúa publicándose en la Jump Square. O sea, que es mensual. Además cuenta con una serie de novelas a modo de precuela, centradas en otro de los personajes, y que narra los sucesos anteriores a la aparición del virus.

     Técnicamente está en un término medio. Su animación y demás es bastante estándar, no destaca ni por buena ni por mala. Lo que más me choca puede ser el diseño infantiloide de sus personajes a pesar de narrar una historia en verdad terrible y truculenta. Si no fuera por esos rasgos aniñados, sobre todo por los enormes ojazos de todos, la historia podría pasar por un seinen decente. Pero eso, unido a un desarrollo técnico sin pretensiones, hace que la serie pase bastante desapercibida.

     Aunque tampoco se puede dejar de lado el sinsentido que arrastra el argumento. Bueno, a ver, sentido tiene, pero a medida que avanzas en la trama, te va dando la sensación de que se están acumulando demasiados elementos y empiezas a dudar incluso del género de la serie. Para empezar, tenemos a un par de huérfanos (los orígenes misteriosos siempre son bienvenidos). Luego, un apocalipsis donde mueren todos los adultos. Acto seguido, aparecen ¡vampiros! y el protagonista finalmente termina solo y traumatizado, jurando venganza. Hasta aquí, bien.
     Aparece el ejército, y con él, cierto rollito militar y sus conspiraciones de poder entre familias. Ah, y las armas mágicas demoníacas. Sí, magia con toques religiosos. Demonios, y ángeles. Experimentación humana para crear armas definitivas contra vampiros. Oh, wait, ¿los vampiros son realmente los malos? Vaya, pues ya no estamos tan seguros.
     A pesar de todo, el prota se rehace de sus traumas emocionales y vuelve a hacer amigos. Ya no busca la venganza sino salvarlos a todos. Pero según el otro protagonista, él es el que tiene que ser salvado, de humanos y vampiros, de demonios y serafines.
     En resumen es una historia de amistad (¿o son hermanos? ¿O novios...?) entre dos chicos en el ojo del huracán de los intereses creados entre las diferentes facciones de fronteras poco claras. Los acontecimientos los van zarandeando de un lado a otro, y les obligan a hacer extrañas alianzas y a sufrir varias traiciones. No hay dos bandos, hay como 4 o 5, y no están definidos por raza, ni siquiera por familias. Es el abono perfecto para que la historia pueda salir disparada en cualquier dirección.

     A mí todo este jaleo me gusta porque la base es una relación entre dos amigos/hermanos/novios. Me gustó que el que parecía ser el prota "masculino" vengador y varonil en realidad es la "princesa" que necesita ser protegida. Pero, sinceramente, en ocasiones todo se me antoja demasiado saturado, confuso e impreciso.

     La serie cierra arco sin mostrar ciertos detalles que sí se dejan ver en el manga, y acaba con una especie de nuevo comienzo, ya que la historia continúa. Pero al menos da sensación de cierre, y eso siempre lo agradezco. Me pasé al manga y llegué hasta lo publicado a día de hoy. Muchas cosas se van explicando a base de flashbacks, porque por supuesto, también aparece el elemento "recuerdos manipulados". Cosas que pasaron hace cientos de años, y cosas que pasaron hace apenas 9 años atrás. Cuando te crees que ya has descubierto quién es el malo maestro, resulta que aparece otro peor. Y vuelta a empezar. Que no parece que vaya a terminarse pronto, quiero decir, y así me van a tener colgada cada mes en espera de lo siguiente...

     Lo mejor, como digo, es ese punto BL entre los protas. La personalidad de Yuu y Mika puede parecer un poco inverosímil a veces, pero son bastante planos, y divertidos a la vez que trágicos. se hacen querer. Lo peor: la acumulación de elementos y sorpresas "porque sí", y el diseño infantil de los personajes. Quedas advertido.

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