miércoles, 1 de enero de 2020

Kuroko no Basuke (2012-2015) & Last game (2017)

     En medio de la vorágine navideña y cambio de año, cuando la vida familiar me lo permitía, fui consumiendo poco a poco Kuroko no Basuke (2012-2015), otra de baloncesto pero que no tiene nada que ver con la anterior.







     "En el comienzo del curso escolar, al recién formado club de baloncesto del instituto Seirin, se unen Taiga Kagami, un excelente jugador recién llegado de USA, y Tetsuya Kuroko, un chico con aptitudes mediocres pero que dice haber formado parte de la temible "Generación de los Milagros" durante la secundaria."








     Kuroko no basuke (Kuroko's basket, El baloncesto de Kuroko) es un manga ya finalizado que se publicó entre 2008 y 2014, y cuya adaptación animada se dividió en tres temporadas, dos OVAs, nueve especiales, tres películas recopilatorias y una película final que recoge el último arco del manga. Siendo como fue que lo tenía todo a mano, me salté las pelis recopilatorias y los capítulos resúmen dentro de cada temporada, pero me vi los OVAs (una sobre exámenes y la otra sobre un cumpleaños) y los especiales: unos divertidos episodios breves que simulan ser tomas falsas de la serie.

     Se me ha antojado una serie un poco extraña. Al principio era inevitable que la comparara con Slam dunk, pero pronto me di cuenta de que eran dos productos totalmente distintos, si bien este más actual podría ser que hiciera algún que otro homenaje a su predecesor. Más que nada porque sus dos protagonistas comparten los números de camiseta de Sakuragi y Rukawa, y en la primera temporada, su debut se ve marcado por los tres equipos más fuertes de su prefectura conocidos como "los tres reyes", que suena como Sannoh, el último equipo al que se enfrentan Sakuragi y compañía.
     A partir de ahí, como decía, la serie me producía una sensación extraña. No era ni comedia ni drama deportivo. Por supuesto, ausencia total de trama romántica. Pero al mismo tiempo tenía un poco de todo y nada llegaba a cuajar. Sensación que ha permanecido durante todas las temporadas, con excepción, en todo caso, de la película final.

     Si hablamos de calidad técnica, la serie está mejor que bien. No solo por diseño, paleta de colores, fondos, etc sino también por las coreografías de las jugadas, bien armonizadas, abundantes, en continuo equilibrio entre el realismo y la epicidad. Un regalito a la vista y prácticamente uno de los pocos atractivos que le encontraba a la serie, ya que en muchos otros aspectos, a mí me hacía aguas.
     Creo que el principal problema son sus protagonistas. Tanto Kagami como Kuroko se sienten lejanos y algo fríos. Tenemos muy poco background de ambos: no hay apenas datos de sus orígenes, pasados, familias, sueños y/o traumas. En cuanto a sus personalidades, Kagami da la sensación de ser un fortachón buenazo pero carente de pasión u objetivos claros. Kuroko, en cambio, resulta algo más interesante y su falta de presencia resulta divertida en muchas ocasiones, pero no es algo que se termine de aprovechar bien, y no acabé por empatizar ni con uno ni con otro.
     Otro tópico que no queda bien plasmado es el de la superación por el esfuerzo. Aquí ambos tienen unas habilidades únicas más o menos definidas, y ante enemigos más fuertes, no se van a entrenar, sino que digievolucionan de repente por rabia, amor o cansancio límite, a lo Goku en medio de una pelea, y zasca: técnica nueva que lo superflipas. Y eso que se supone que Kuroko es el jugador medio tirando a malo que ha entrenado más que nadie, pero al final lo que cuenta es su habilidad especial y el empeño que pone en el trabajo en equipo.

     Habilidades especiales, eso sí, hay por un tubo. Frente al realismo de Slam dunk, de repente me encuentro en medio de una fauna de pelo de colores chillones capaces de caminar por el aire, prever jugadas futuras, encestar de canasta a canasta o desaparecer de la vista cuan ninja. Además pueden entrar en algo llamado "la zona", lo que les permite jugar a supervelocidad y superfuerza durante un tiempo limitado. Por supuesto, cada habilidad o técnica "mágica" tiene su propio nombre molón como "el ojo del emperador", "el tiro fantasma" o "el mate meteoro". Un derroche de imaginación sin igual que sin embargo se mantiene dentro de los límites de su propia lógica, impidiendo así que caigan en un caos de incoherencias.

     La historia fluye cómodamente y de forma ágil. La acción no para, partido tras partido, con unas  atractivas coreografías que lo hacen todo mucho más llevadero. Mucha explicación, eso sí, para entender los pros y los contras de cada técnica, su funcionamiento y la forma de contrarrestarla. La introducción de los personajes clave, como son la generación de los milagros, antiguos compañeros de Kuroko, se hace de forma gradual in crescendo de una forma magistral. Del pasado de Kagami también aparece alguno que otro, e incluso de otros compañeros del Seirin, aportando un poco más de riqueza y profundidad a los personajes que atañen, que si bien no llegan a redondear lo suficiente ni historia ni personalidades, al menos añaden un poco más de sal al conjunto.
     El hilo conductor que se anuncia en el momento en el que Kagami y Kuroko se conocen, se centra en la superación de los cinco prodigios del baloncesto. Kuroko no estaba de acuerdo con la forma de jugar de su equipo en la secundaria y ahora se ha propuesto ganarles con su estilo de juego y demostrar que están equivocados. Pero no puede hacerlo solo, ya que él es solo una "sombra". Para su fortuna coincide con Kagami, quien simplemente quiere ser el mejor jugador de Tokyo, y por tanto, deberá derrotar a la generación de los milagros. Y así nace una bonita amistad, que en ocasiones raya el BL, haciendo volar mi imaginación fujoshi.

    Una serie que resalta sobre todo el trabajo en equipo, el respeto por el contrario vencido, la exaltación de la amistad y el compañerismo, y en cuanto a la técnica, se inclina por el espectáculo en sacrificio de tramas más complicadas y profundas. Tiene muchos encantos y bondades, entre ellos, un final apoteósico, cerrado y satisfactorio, pero no puedo evitar sentir que aún así le falta algo...
    Creo que aún no tengo suficientes referencias para afinar mi opinión, así que seguiré viendo series de baloncesto para poder ampliar mis criterios. Seguiremos informando.

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