Se ve que me quedé con ganas de fanservice porque me acabo de dar cuenta de que las tres series que siguieron a la anterior han sido también, básicamente, de chicos lindos. La primera fue DamexPrince Anime Caravan (2018), adaptación animada de una novela visual desarrollada para jugar en los móviles.
"Ani es la princesa de un pequeño reino agrícola que vive bajo la amenaza constante del belicoso reino de Milidonia. Para ello acude a la firma de un tratado de paz donde conocerá a los peculiares príncipes de sus reinos vecinos."
Después del tenebrismo añejo de la serie Weiß Kreuz, esta refrescante serie supuso un alivio para mis ojos, no solo por el atractivo de los personajes masculinos, sino también por el colorido y la suavidad de la animación.
Aparte de una técnica y diseños más que aceptables, la trama y los personajes no están mal del todo para ser del género que es. En esta ocasión no nos encontramos con la típica protagonista invisible, sosa y ñoña que se ve deslumbrada por un harén de príncipes-tipo súper empalagosos. Ani es inteligente, independiente y rebosa sentido común. Y los príncipes son... básicamente torpes, "defectuosos", y de ahí le viene el título a la saga: "príncipes sin remedio". Narek, el príncipe de Milidonia, es ególatra narcisista e incapaz de ver más allá de su propio (y hermoso) ombligo; Ruze, el heredero del reino santo, es dócil y manipulable y deja todas las decisiones a su Primer Ministro; y por último tenemos a su hermano menor Mare, un otaku hikikomori que apenas ha salido de su habitación.
Este atípico y reducido harén se ve complementado por un elenco de personajes secundarios muy en la línea de sus protagonistas, es decir, guapos pero con alguna tara: Teo, el guardaespaldas y amigo de la infancia de Ani; Vino, el mejor amigo de Narek; Riot, caballero de Milidonia; y Chrome, el Primer Ministro de Ruze y Mare. Todos ellos poseen buenas cualidades pero también tienen alguna pega, lo que provoca continuas situaciones cómicas y divertidas en contraste con la sensatez de Ani.
Y bajo todo el absurdo de situaciones aparentemente pacíficas, a través de las cuales vamos viendo cómo los príncipes evolucionan, aprenden y maduran, se va desarrollando una trama de conspiración que pone en peligro el equilibrio entre los tres reinos y que explota en los capítulos finales, haciendo que la serie gane en intensidad y emoción. Vamos, que tampoco es como para que te ponga los pelos de punta, pero insisto en que comparado con lo que otras series de este género nos suelen ofrecer, está por encima de la media.
Animación notable, trama suficiente, personajes bien alto... yo le daría un 6 en el baremo general, y un 9 en lo que novelas visuales adaptadas se refiere.
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