domingo, 23 de diciembre de 2018

Kemono no Soja Erin (2009)

     Andaba de blog en foro leyendo críticas de anime así en diagonal cuando de repente me topé con Kemono no Soja Erin (2009), y aunque no me atraía mucho ni la trama ni el diseño de personajes, al ver que tenía buenos comentarios y 50 capítulos (sobre todo lo segundo) me dije: pues esta misma va a ser la siguiente.





     "Cuando el reino de Ryoza entra en guerra con Larza, son los soldados del duque los que arriesgan sus vidas para proteger la paz en la sagrada región de la reina. Dicho ejército cuenta con la fuerza de unas bestias llamadas toudas, de fuerza implacable pero difíciles de criar. Para ello, la región del duque cuenta con varias villas dedicadas exclusivamente al cuidado de estas bestias.
    En una de estas villas vive Erin, una niña mestiza cuya madre es una de las mejores cuidadoras de toudas del país."




     Kemono no souja tiene su origen en una serie de novelas, de ahí su planteamiento "a largo plazo", pero una cosa es que la historia se geste poco a poco, y así mientras la protagonista va creciendo y pasando por varias fases en su vida, y otra es cachondearse del personal deteniéndose en momentos inútiles (o al menos prescindibles) y regodearse en los flashbacks al punto de repetir escenas dentro del mismo episodio.
     Y es que, salvo un pequeño apunte sobre la leyenda de formación del reino y el comienzo de la guerra, los primeros episodios transcurren con una tranquilidad pasmosa centrados únicamente en el día a día de Erin y su madre, donde vemos cómo se cría a los toudas y la importancia de estos. Si no la abandoné al tercer capítulo es porque se notaba cierta tensión en el aire por el hecho de que la madre pertenecía a una tribu nómada a la que se les atribuía ciertos poderes misteriosos. Y a que, en más de un sentido, se mascaba la tragedia.
     Tragedia que efectivamente si no recuerdo mal llega al sexto capítulo, momento en el cual me froté las manos pensando "ahora es cuando se va a poner bueno". Pero nop. Tras el traumático giro de su vida, en el que Erin cambia de región y aparecen nuevos personajes, de nuevo nos detenemos a descubrir cómo se cuidan abejas y se hace miel. Me parecía estar viendo Heidi.
     También es el momento donde te presentan por primera vez a la otra bestia fantástica en la que se basa el orden político del reino, el Señor de las Bestias (Oujuu, Rey Bestia), segundo pilar en el que se sustenta la historia.

     Pero no será hasta nosecuántos capítulos después que todo este puzzle comience a tomar forma. Y es que paralelamente a la vida de Erin, se van desarrollando otras tramas que finalmente convergerán en una sola: el duque y sus dos hijos; la reina, su sobrino y la princesa heredera; los terroristas enmascarados; y los sezans (guardias reales) encabezados por Ial. Que tú sabes que tarde o temprano todos estos flecos por fuerza acabarán cruzándose, que no son para nada tramas independientes, pero ¡Sucristo! ¡Tarda muchísimo en cuajar!
     Y mientras tanto, venga flashbacks, vengan sueños psicodélicos, y toma así de regalo dos capítulos recopilatorios (por si con los flashbacks no tenías bastante) y uno cómico. Una desesperación constante. Si además le unimos que no hay trama romántica ni un personaje masculino interesante para relamerse hasta casi los capítulos finales, es muy difícil mantener el interés aquí, oiga. Una buena historia echada a perder por tantísimo relleno.

     Y para que te rías, cuando por fin la acabé, mientras veía los créditos finales pensé que lo mismo se podía haber contado en la mitad de capítulos, y al final del todo va y suelta la narradora...

     No me jodas, Maricarmen...

     O sea que en resumen, si encuentras la versión corta, te la recomiendo encarecidamente, y si no, ármate de paciencia suficiente y dale una oportunidad. Es bonita al fin y al cabo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario