martes, 1 de agosto de 2017

Yuri! On Ice (2016)

     Mucho he tardado en verla pero por fin cayó Yuri! On Ice (2016), y es que cuando una serie me genera muchas expectativas, me dan un poco de miedo. Espero un tiempecito a ver si cae otra temporada y mientras me voy enfriando, hasta que ya no puedo más y la empiezo.


     

     "Yuri Katsuki es un joven patinador que, después de fracasar estrepitosamente en su primer Gran Prix internacional, regresa a casa de sus padres para replantearse su futuro.
      A punto de considerar la retirada y heredar el negocio familiar, de repente aparece frente a él su ídolo y cinco veces campeón del mundo Victor Nikiforov, quien ha decidido tomarse un descanso y convertirse en su entrenador."









     Puedo decir que mereció la pena. Aunque tampoco entiendo a qué viene tanto revuelo, reconozco que tiene muchos buenos puntos: chicos guapos, deporte exótico, mucha sensualidad, mucha ambigüedad, comedia, emoción, escenarios reales... Peca un poco de "repetitiva", porque reutilizan mucho las actuaciones aprovechando misma música y ropa, pero ¡ay! es que no te cansas de verlas... Y como me dijo cierta amiga mía, "le faltó chicha".
     A mí realmente no me molesta si hubo o no hubo beso, si el intercambio de anillos era o no era realmente un compromiso. No me hace falta que se metan mano para disfrutar de su relación maestro-alumno y amantes platónicos. Cada uno que lo interprete como quiera. Me emocionaba cada vez que le salía bien el cuádruple ese y me dolía cuando se distanciaban. ¡A mí lo que me faltan son más capítulos!

     Mola también el hecho de que no sea una historia desde el principio, quiero decir, de un adolescente fascinado por el patinaje que empieza desde cero y va superando fases hacia una lejana meta. Sino que se trata de un veinteañero profesional que, tras clasificarse para una competición importante, se derrumba, para volver a levantarse e intentarlo al año siguiente.
   
     Molan los rivales, sobre todo, el Yuri ruso.

     Mola reconocer Barcelona en los capítulos finales.





     Mola que Victor no haya venido solo hasta Japón para entrenar a Yuri, sino para despertar su sexualidad reprimida (y que Yuri no parezca darse cuenta, lo que lo hace todo más divertido)

     Mola ese ending con imágenes de la fiesta del año anterior, de la que Yuri no recuerda nada a pesar de que fue el alma de la fiesta, ¡y que fuera realmente ahí donde comenzó todo!

     Molaría que pronto hubiera otra temporada...

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