Siguiente en caer en la saca: Ulysses: Jehanne D'arc to Renkin No Kishi (2018) o lo que viene a ser en español Ulises: Juana de Arco y el Caballero Alquimista.
"Montmorency es un joven noble francés que para poner fin a la guerra con los ingleses se encierra en su estudio de la magia y la alquimia para encontrar la piedra filosofal. Con ayuda de Astartoh, reina de las hadas, usará sus poderes para recrear al caballero inmortal Ulysses en la persona de una joven moribunda llamada Jeanne."
Me sorprendió descubrir que esta serie se basa en novelas ligeras y no en algún videojuego o manga harem al uso, ya que la premisa inicial y el diseño infantiloide lolicon de los personajes así me lo hizo parecer. Aunque también es verdad que a medida que la cosa avanzaba, y todo se iba oscureciendo más y más, ya podía distinguir ciertos rasgos típicos de las tramas complejas a varios niveles que suelen conllevar las novelas ligeras.
Un panorama bélico dominado por personajes femeninos, trap incluido, de pechos grandes en su mayoría, armaduras de fantasía más reveladoras que protectoras, y un diseño de personajes en general aniñado e imposible de creer, no eran un gran atractivo para mí. Pero el prota era de los que me gustan, a saber: más inclinado por los estudios que por las artes marciales, inteligente por encima de la media, de gran inocencia y necesidad de protección. Además, no era el único personaje masculino, aunque los demás tienen tan poca presencia que es como si no estuvieran.
El ambiente erótico festivo del principio se ve empañado rápidamente por una historia bastante oscura de fondo basada en la herejía alquimista y pactos con seres mágicos. De hecho los personajes se basan en personalidades reales que combatieron en la Guerra de los Cien Años, cuyos destinos no fueron precisamente heroicos y felices. Los toques de comedia ligera permanecen, pero aquí todos sangran, sufren y luchan a veces de manera bastante gore.
La historia se desarrolla siguiendo los acontecimientos reales de la Historia con sus toques personales, claro, y aderezada con toques del folklore mágico inglés. Mientras tanto, Montmorency crece y evoluciona hasta reconocer su motivación amorosa, así como el resto de féminas que lo acompañan comienzan a actuar en consecuencia a sus sentimientos.
La sombra de la bestia que se cierne sobre el prota desde el principio (y no me extraña, si te lees la biografía del tipo en el que se basa) sale a la luz hacia el final, momento de grandes revelaciones en el que se da un gran paso hacia adelante, magnífico cierre para el prólogo de esta historia y punto de giro para un nuevo comienzo que quizá lleve a segunda temporada... de la que ya hablaremos si es que llego a verla.
Una historia algo negra con unos personajes infantiles y fetiches, una rara combinación que a pesar del buen cierre de temporada, apenas llega al aprobado.
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