Siguiendo una recomendación de mi ciberamigo y alma gemela transatlántica, me puse el primer capítulo de Double Decker! Doug & Kirill (2018) y... me la ventilé en una tarde. Capítulos extras incluídos.
"Kirill Vrubel es un agente de policía novato que sueña con convertirse en un héroe, lo que le hace meter la pata constantemente hasta que, finalmente, es transferido a otra unidad. Allí formará pareja con el frío veterano Doug Billingham en un excéntrico departamento encargado exclusivamente de investigar los casos relacionados con la peligrosa droga conocida como anthem."
Double Decker! tiene muchísimas similitudes con Tiger & Bunny, no en vano son del mismo estudio y comparten gran parte del equipo creativo. Sin embargo, mientras una responde al auge por la figura del superhéroe moderno de principios de la década, la otra viene a criticarla un poco sin entrar en parodias.
Kirill es el joven novato soñador e impulsivo, con gran afán de protagonismo, que arde en deseos de ser reconocido como héroe. Aunque en realidad se metió a la policía para encontrar a su hermana mayor. Y Doug es el veterano calmado y capaz que se encargará de darle la dosis de realidad que necesita. Dicho así parece bastante típico todo, pero Kirill en realidad es más sensato de lo que parece, y Doug, tiene serias taras emocionales, por lo que no dejarán de enseñarse cosas el uno al otro, e incluso intercambiarán sus papeles en alguna ocasión.
El equipo entero está compuesto de personajes hábiles y expertos en sus materias, que a su vez adolecen de algún defecto de personalidad, lo que les convierte en un grupo bastante peculiar, y cuando poco, nada aburrido.
Técnicamente, es una maravilla de animación y diseño. Una ciudad imaginaria pseudofuturista, con gran variedad de paisajes llenos de profundidad y vida. Paleta de colores vivos y diseños de personajes y estilismos más maduros, nada aniñados. Vehículos y armamento bien detallados, y escenas de acción bien coreografiadas, a pesar del uso cantoso del CGI en algunas de ellas.
Una trama llena de comedia pero con un trasfondo serio imposible de pasar por alto. Los episodios, en principio independientes, en realidad están interconectados, y hasta el que te pueda parecer más irrelevante (como el especial del programa de televisión) aporta detalles que más adelante saldrán a colación. Sin embargo se mantiene en un perfil bajo de originalidad y giros sorprendentes, tal vez en su línea de crítica a las series de este mismo género. Ejemplo claro es la aparición de la hermana "desaparecida", que en lugar de estar rodeada de misterio, se resuelve casi por casualidad y sin motivos oscuros.
Y sin embargo, cuando menos te lo esperas, un hilo que parecía un fleco perdido se convierte en el centro de la historia y Kirill, que ya de por sí me encantaba, se convierte en el tipo de protagonista que más me gusta. Nada que no se haya visto antes, lo reconozco, pero es que esa fórmula es mi favorita y puedo verla repetirse hasta el infinito sin que me llegue a aburrir nunca.
A pesar del físico tan femenino del prota joven, no se juega mucho con vestirlo de mujer, y al mismo tiempo, trata de manera muy natural temas como el travestismo y la homosexualidad, así como de pasada, sin darle mucha importancia.
La imagen final de la primera temporada hizo pensar que habría una segunda, pero al parecer debido al bajo volumen de ventas de los DVDs y esas cosas, se descartó y solo aparecieron tres episodios especiales a principios de 2019. Unas OVAs cómicas algo insulsas después de saber todo lo que ya sabíamos, porque no siguen la trama principal, y que saben verdaderamente a poco.
Una pena.
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