domingo, 5 de marzo de 2017

Chuunibyou demo koi ga shitai! (2012) Ren (2014)

     Con Chuunibyou demo koi ga shitai! (2012) Ren (2014) me pasó justo lo contrario que con la serie anterior: creí que ya la había visto, pero nop.

     Y es que la confundía con Aura: Maryuinkoga Saigo no Tatakai (2013) que también trata el tema del síndrome del octavo grado o chuunibyou, pero con un punto de vista menos "alegre".


"Yuuta Togashi es un estudiante que durante la secundaria sufrió el síndrome del octavo grado o chuunibyou, por el que se creía un personaje fantástico con poderes sobrenaturales. Avergonzado de su pasado infantil, se cambia a una nueva escuela donde nadie le conozca para poder empezar de cero. Pero nada más llegar es descubierto por una chica llamada Rikka Takanashi quien demuestra sufrir un gravísimo caso de chuunibyou, y a pesar de sus esfuerzos por evitarla, es arrastrado continuamente por sus vergonzosos delirios."

     Me agradó enormemente ver que en este harén no todas acaban enamoradas del protagonista, y la pareja central queda muy clara desde el principio. Es tremendamente cómica, con su dosis justa de drama para cuando tiene que ponerse seria. Y muy, muy tierna.
     Un protagonista masculino que se deja arrastrar a todos lados pero que sabe imponerse cuando le toca. Situaciones muy divertidas y locas, alejadas de las típicas situaciones ero-chistosas a las que estoy tristemente acostumbrada. Aunque me hubiera gustado que le hubieran dado más protagonismo a Isshiki, el amigo de Yuuta. Me caía bien, se merecía otro tipo de rol, pobre muchacho.

     Una comedia romántica algo infantil pero llena de dulzura y grandes dosis de fantasía, que habla por debajo de todo sobre la búsqueda de la identidad, el dilema entre lo que eres, lo que quieres ser y lo que se supone que debes ser. Supongo que todos hemos sufrido un poco de este síndrome alguna vez, aunque en mi caso no lo llevé a tales extremos, pero sí recuerdo cómo me gustaba imaginar que viajaba a otros mundos y vivía grandes aventuras. Y cómo me vi forzada poco a poco a "madurar" o al menos a comportarme como se esperaba que hiciera si quería ser aceptada.

     Pero nunca me rendí del todo conmigo misma, y seguí evolucionando hasta encontrar cierto equilibrio entre lo que soy y lo que debo ser. Y creo que en cierto modo, aun tengo algo de chuunibyou...

No hay comentarios:

Publicar un comentario