sábado, 18 de marzo de 2017

Amaama to inazuma (2016)

     Ya que Udon no kuni no kiniro kemari, de la que hablé un poco aquí, me gustó bastante, intenté probar con una serie similar pero con loli femenina para ver si el efecto era similar. La elegida fue Amaama to inazuma (2016) y no sé si sería por la temática pero la impresión fue totalmente diferente.


"Kohei Inuzuka es un profesor de secundaria que ha enviudado recientemente y se esfuerza en salir adelante junto a su hijita Tsumugi. Ya que él no sabe cocinar, empieza a preocuparle el hecho de que su hija solo coma platos preparados de las tiendas de conveniencia, y tras una serie de circunstancias, acaba en el restaurante de la madre de una de sus estudiantes, Kotori Iida. Kotori tampoco es buena en la cocina pero está empeñada en aprender y sugiere a su profesor acudir regularmente a ayudarla a seguir las recetas de su madre."








     Lo primero que hay que decir de esta serie es que no se la puede ver con hambre. ¡Se pasan todo el rato hablando de comida, cocinando o comiendo! Y todo parece taaaan rico y fácil de hacer que te entran ganas de dejarlo todo y ponerte a cocinar. No sé por qué pensé que habría cierta tensión romántica profesor-estudiante como fondo para mantener mi interés, porque no pude equivocarme más. Si bien ella está claramente loca por él, no parece pasar de una admiración secreta, y por supuesto, completamente unilateral. Una pincelada de fondo pero que no avanza ni sirve para avanzar la historia.
     Hubo un momento en el que me pareció más entretenida la relación desenfadada de los secundarios Shinobu Kojika y Yusuke Yagi, amiga de Kotori y amigo de Kohei respectivamente. Incluso la relación de Kotori con su madre es más profunda y emotiva que cualquier otra cosa en toda la serie.

     Pero es un slice of life al más viejo estilo, lo que quiere decir que no tiene por qué tener trama alguna, para así poder centrarse en las situaciones cotidianas en torno a la cocina japonesa nivel principiantes. No tiene que aspirar a nada más. En ese sentido, cumple a la perfección.

     Aun así la animación es muy buena, los capítulos están muy bien equilibrados en la proporción trama-receta de cocina, y las dificultades del joven padre criando solo a su despabilada hija son tratadas con la dosis justa de realismo, con lo que la convierte en una serie recomendable para los amantes de su género (que, insisto, no es mi caso).

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