domingo, 8 de julio de 2018

Kujira no Kora wa Sajou ni Utau (2017)

     Ha sido una semana larga, llena de altibajos laborales, y al llegar el finde me visitó una amiga con el corazón roto y hemos estado algo ocupadas haciendo turismo. Pero antes de que acabe el domingo tengo que dejar constancia de que he visto Kujira no Kora wa Sajou ni Utau (2017) o lo que viene a ser lo mismo, Hijos de las ballenas, también disponible en Netflix.

   

     "Chakuro es un joven que vive en un barco gigante llamado La Ballena de Barro, que se desplaza a la deriva sobre el infinito mar de arena. Su aislada y pequeña comunidad vive pacíficamente, a pesar de cargar con una especie de maldición, hasta que un día, por primera vez en generaciones, se encuentran con otro ser humano procedente de una isla diferente. 
     Este sorprendente encuentro desvelará muchos misterios y hará que la vida de Chakuro y su gente cambie para siempre."




          A pesar de que procuro evitarlo, con esta serie tenía ciertas expectativas. Me gustaba el diseño, el ambiente y el argumento. En cierto sentido me recordaba a Gargantia (serie que volveré a ver algún día no muy lejano) y no sé por qué esperaba que fuese similar. Al menos en lo que se refería a historia completa, es decir, con final final.
     Pero nop.
     O sea, no me defraudó en planteamiento, animación, etc. Su diseño cálido, como esbozos de paisajes y fondos en tonos sepia realizados con pastel en líneas imprecisas me resultaron muy agradables. Sobre todo porque toda esa pastelosidad hacía que resaltara aún más la parte cruel y violenta de la historia a la vez que la suavizaba. Me encanta ese estilo de series. Pero a medida que avanza la historia empiezo a darme cuenta de que no va a llegar a ninguna parte. Quiero decir: a ningún final cerrado ni nada que se le parezca. Y como eso no me gusta, pierdo interés.
     Cuando uno de sus misterios, ya casi adivinable, se reveló, di por finalizado el arco, y los pocos capítulos que restaban se me hicieron lentos y tediosos, porque no te llevaban hacia el clímax y final de una historia, sino que se complicaban más y más, dejando la frustrante sensación de que faltan capis, porque las aventuras de La Ballena no han hecho más que empezar.

     A pesar de ello, es un soplo de aire fresco a lo de siempre, una historia original y distinta, llena de intensas emociones y bastante acción y misterios. Le doy un 8 (por decir algo).

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