"En medio de una nación en guerra, cuando el pequeño Kotaro y su perro Tobimaru se encuentran acorralados por sus perseguidores, son salvados por la intervención fortuita de un ronin que descansaba en el mismo lugar. Kotaro le pide entonces protección hasta llegar al templo al que se dirige contratándole como guardaespaldas."Esta película, disponible en castellano, tiene todo lo que hay que tener para convertirse en una pequeña joya: buen argumento, buena animación, comedia, emotividad, suspense y acción. Eso sí: no es para niños, aunque el perrito pueda despistar.
El protagonista que se hace llamar Nanashi, que significa "sin nombre" (de ahí el título) tiene muchas papeletas de ser Kenshin, por aquello de la cicatriz en la cara, las pesadillas sobre su pasado, y la espada atada a la vaina para no usarla, pero no se menciona ni se desmiente en ningún momento, cosa que por mi parte es de agradecer. La relación que acaba desarrollando con el niño a quien al principio parece no soportar, termina por resultar entrañable y emotiva.
Otro de los grandes aciertos es el personaje de Kotaro, su personalidad avispada y valiente, su desparpajo cuando juega a ser mayor, contrastando con su incapacidad para defenderse solo del destino que le persigue, hacen que se le coja cariño rápidamente.
Una historia muy bien desarrollada, equilibrada. Persecuciones y mucha batallita en escenarios espectaculares donde por supuesto no faltan la violencia y la sangre pero en tono más realista que sensacionalista.
Soy débil ante este tipo de historias de amistad/familiaridad entre adultos y niños y viceversa.
No descarto la posibilidad de verla por tercera vez algún día.
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