miércoles, 31 de octubre de 2018

One-Punch Man (2015)

     No entraba en mis planes inmediatos (ni futuros) ver One-Punch Man (2015), de hecho había empezado a verla por curiosidad durante un viaje de fin de semana, pero no pasé del segundo capítulo y la descarté. Pero un tiempo después volví a estar fuera de casa sin mi disco duro, y me aburría, y ya que lo que tenía a mano era Netflix, le di otra oportunidad y terminé de verla.




     "Saitama es un superhéroe dotado con una fuerza sobrehumana capaz de derrotar a todos sus enemigos de un solo puñetazo, lo que le lleva a un estado de apatía por la ausencia de auténticos desafíos.
     A pesar de sus habilidades, sus méritos pasan desapercibidos y no goza de ningún reconocimiento, en gran parte debido a su aspecto poco serio y su carácter despreocupado."







     

     Su nombre original (Wanpanman) es un juego de palabras que rinde homenaje al personaje infantil Anpanman, en cuyo aspecto también se basa el diseño del protagonista (calvo con capa y vestido de rojo y amarillo).
     La historia empezó como webcomic y muy pronto ganó una enorme popularidad. Su autor, conocido como One, sería el que más tarde creara la también conocidísima Mob Psycho 100 (que aún no he visto).
     Se trata por tanto de una comedia llena de golpes absurdos y surrealistas pero con cierto transfondo narrativo, donde no solo se suceden el amontonamiento de personajes, chistes y peleas, sino que también hay cierto desarrollo dramático donde el dúo protagonista evoluciona lentamente.

     Decididamente no es mi género, si no llega a ser por las circunstancias probablemente nunca la hubiera visto, pero la personalidad de Saitama no carece de encanto y acabé encariñándome con él muy pronto. Al contrario de lo que me pareció al principio, Saitama es bastante emocional y humilde, un tipo abrumado por problemas cotidianos cuya única ilusión en la vida es la pelear contra luchadores tan fuertes como él. El hecho de que todos lo menosprecien y se burlen, y nunca consiga el reconocimiento público correspondiente a sus hazañas, hizo que empatizara rápidamente con él y ya me llevó hasta el final de la temporada.

     La clave que me llevó a interesarme por esta serie fue el personaje de Genos, el cyborg vengativo y honesto que, además de ser el primero en reconocer las habilidades de Saitama, logra convertirse en su discípulo, aunque finalmente no solo no conseguirá aprender ninguna técnica válida de su maestro, sino que será él quien le ayude a conectar con el mundo e intentará que sea recompensado por la sociedad.

     Como digo, prefiero otro tipo de series, pero reconozco que ésta es de las buenas en su género y no digo que no veré la segunda temporada que ya se anuncia para el 2019.

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