Pasan los días, pasan las series y no encuentro el momento para actualizarme el blog. Ya estoy plenamente instalada, ya fui a Madrid a por mi ropa de verano, y aquí vengo a cumplir con mi deber de dejar registro de lo que veo (o luego no me acuerdo)
Shoukoku no Altair (2017), también conocida como Altair: A Record of Battles, fue la primera que elegí porque tenía 24 capítulos, y así esperaba ganar tiempo.
Lo primero que me llamó la atención de esta serie fue el exotismo y el colorido del país y de sus personajes. Tanto el país principal, claramente basado en Turquía, como los reinos y demás pueblos o naciones que van apareciendo, tienen evidentes orígenes en países reales, lo que le da mucho fondo y mayor credibilidad. Lo segundo que más me atrajo fue la cantidad de personajes masculinos, y el hecho de que el prota sea tan joven, aunque un poco arrogante. Y a medida que la veía, me gustaba la idea de combatir con ingenio a la fuerza bruta, y el rollo de estrategias y subterfugios en batalla.
Las intrigas políticas dentro de su propio reino tampoco están nada mal, aunque se quedan como en segundo plano, para luego reaflorar de forma magnífica al final de la temporada. Y es que Zaganos, el segundo en discordia dentro del Consejo, es un personaje hábil, astuto y ambiguo, que parece estorbar a Mahmut, y cuando crees que no es tan malo, se la vuelve a liar. Brillante antagonista, adorable y odioso a partes iguales. Comparte algunos objetivos con el prota aunque sus métodos no son del todo claros, por lo que unas veces parece su aliado y otras su enemigo.
Este antagonisto latente durante los conflictos principales hace que el final de la serie te deje un buen sabor de boca y con ganas de más. No es el final, amigos, sino el principio de una aventura aún mayor. Espero que saquen más.
Shoukoku no Altair (2017), también conocida como Altair: A Record of Battles, fue la primera que elegí porque tenía 24 capítulos, y así esperaba ganar tiempo.
"Mahmut es un joven miembro del consejo de la estratocracia Türkiye que perdió a su familia y a su pueblo en la última guerra. Siendo además el líder militar más joven, Mahmut está decidido a mantener la paz, pero hay demasiado en juego y los demás miembros se aprovechan de su inexperiencia.
Mahmut iniciará entonces un viaje para conocer y experimentar por sí mismo las posibilidades de frenar el avance del imperio enemigo sin derramamiento de sangre."
Lo primero que me llamó la atención de esta serie fue el exotismo y el colorido del país y de sus personajes. Tanto el país principal, claramente basado en Turquía, como los reinos y demás pueblos o naciones que van apareciendo, tienen evidentes orígenes en países reales, lo que le da mucho fondo y mayor credibilidad. Lo segundo que más me atrajo fue la cantidad de personajes masculinos, y el hecho de que el prota sea tan joven, aunque un poco arrogante. Y a medida que la veía, me gustaba la idea de combatir con ingenio a la fuerza bruta, y el rollo de estrategias y subterfugios en batalla.
Las intrigas políticas dentro de su propio reino tampoco están nada mal, aunque se quedan como en segundo plano, para luego reaflorar de forma magnífica al final de la temporada. Y es que Zaganos, el segundo en discordia dentro del Consejo, es un personaje hábil, astuto y ambiguo, que parece estorbar a Mahmut, y cuando crees que no es tan malo, se la vuelve a liar. Brillante antagonista, adorable y odioso a partes iguales. Comparte algunos objetivos con el prota aunque sus métodos no son del todo claros, por lo que unas veces parece su aliado y otras su enemigo.
Este antagonisto latente durante los conflictos principales hace que el final de la serie te deje un buen sabor de boca y con ganas de más. No es el final, amigos, sino el principio de una aventura aún mayor. Espero que saquen más.
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