domingo, 16 de abril de 2017

Naruto (2004) / Naruto Shippuuden (2007)

     Fui una gran fan de la historia de Naruto desde que alcancé a ver unos capítulos en televisión por casualidad. Y aún lo soy. Aunque todo empezó con su infancia en Naruto (2004) y continuó con la adolescencia en Naruto Shippuuden (2007), debido a los continuos episodios de relleno, casi estuve a punto de dejar de verla, y de hecho me salté más de un capítulo. Así que me pasé al manga en cuanto pude y empecé a leerlo desde el principio, allá por el año 2006...



     "Naruto es un huérfano aspirante a ninja con el sueño de convertirse algún día en el jefe de su aldea y que todos lo reconozcan. Sin embargo, el hecho de que al nacer le sellaran dentro el poder de un horrible monstruo, proporcionará al joven protagonista una infancia solitaria marcada por el rechazo de sus vecinos. Por eso, los lazos que va consiguiendo crear con profesores, amigos y compañeros son de suma importancia para él y le ayudarán a superarse continuamente a pesar de sus terribles cualidades como ninja.

En la siguiente parte, un Naruto ya adolescente se centra principalmente en encontrar y recuperar a su amigo Sasuke, caído en las garras de una perversa organización que a su vez busca el poder del monstruo sellado en el interior de Naruto."

     Una serie con 220 capítulos en su primera temporada y 500 en la segunda hace que crezcas con sus personajes, en mi caso estuvieron conmigo casi 11 años. 2007, el año que comenzó Shippuuden en televisión, fue el año que viajé a Japón con mi hermano menor Dan. En febrero realizamos el sueño de nuestras vidas, y en agosto mi hermano murió en accidente de tráfico. Fue más o menos por ese motivo que empecé a usar el avatar de Tsunade.

     Es difícil resumir una serie como ésta. Ayer intentaba explicarle a un amigo por qué defendía Naruto frente a las otras interminables como Bleach, Fairy tail o One Piece. No puedo hablar de la última porque no he visto ningún episodio, pero frente a las otras tres, Naruto es mucho más grande. Es una historia cambiante, evolutiva, creciente. Llena de clichés y muchos tópicos, sí, pero a mi modo de ver, mezclados con madurez. Donde los personajes femeninos no parecen hacer gran cosa, pero sí que lo hacen, y todas son fuertes y no necesitan ser rescatadas.
     No cae en intentar hacer de los padres de Naruto una revelación sorprendente porque estaba muy claro casi desde el principio, sin embargo con la historia de Itachi me atrapó por completo. El fin de la niñez, la mítica pelea con Sasuke en el Valle del Fin es algo que no ha sido superado por nada.
     Si me remonto al comienzo de la trama, digamos que lo verdaderamente importante comienza con el examen de chuunin, momento en el que pensé "ya estamos con los torneos de artes marciales, listado de personajes interminables y pelea tras pelea que no aportan nada". Y para mi grata sorpresa, el examen es interrumpido por Orochimaru y es el origen de toda la fiesta posterior: la maldición sobre Sasuke, los entrenamientos, la búsqueda del nuevo hokage, el descubrimiento de Akatsuki... los acontecimientos se van sucediendo sin un momento de respiro, revelación tras revelación, llevándote hacia el malo malísimo definitivo... todo esto obviando, claro está, el omnipresente relleno...

     No obstante, también tiene algunas incongruencias a mi modo de ver. Sasuke suele ser el centro de todas ellas. Realmente no llegué a comprender todos sus cambios pero bueno, lo acabas aceptando y ya está.

     Yo la recomiendo como el shonen por excelencia, una serialización que ha crecido con sus lectores, un típico superación por el esfuerzo que sobrepasa todas las expectativas. Más allá de Dragonball, más madura, más consistente. Un verdadero referente.

Ryuu no haisha (2017)

     Con la visita de otra amiga que siempre recurre a mí para que le aconseje algo que ver, aproveché para echarle un vistazo a Ryuu no haisha (2017), La dentista de Dragones (prefiero los títulos en japonés a sus traducciones al español, pero sobre todo, a los títulos ingleses)



"En un país en guerra donde los dragones son dioses y armas poderosas, Nonoko acaba de ser asignada al equipo que lucha por portegerlos de las caries.

Un día, en medio de una feroz batalla, Nonoko encuentra entre los dientes del dragón a Bell, un soldado enemigo muerto en batalla, cuya resurrección parece anunciar la llegada de un gran desastre según las leyendas."








     Argumento original donde los haya y que en principio puede sonar a anuncio de dentífrico para niños, atrajo nuestra atención en seguida por la fiereza de las peleas, la seriedad del tratamiento y los misterios ocultos en los sobrenaturales dientes del dragón.
     Los personajes nos gustaron al completo: sus dramas, sus momentos cómicos, sus evoluciones... Quizá no finaliza del todo a nuestro gusto, parece algo absurdo después de todo lo que pasan, pero no por eso pierde coherencia.

     Al parecer es un relato corto del que se produjeron estos dos episodios animados para el Tokyo International Film Festival, dentro de un proyecto llamado Japan Animator Expo, por eso aparece tan descolgado de todo lo que conocemos. La animación mezclada con ordenador tiene muchas escenas casi monocromáticas, técnica de la que no soy especialmente fan, pero en conjunto nos gustó bastante, echamos una tarde entretenida al menos.

     No se siente como si perdieras el tiempo al verlas, pero tampoco las recomendaría. Hay cosas mejores.

domingo, 2 de abril de 2017

Lovely complex (2007)

     Siguiendo con la vena remember nostálgica que me ha dado estos días al recomendarle series a mi nuevo amigo, se me antojó volver a ver Lovely complex (2007), de la que tenía muy buen recuerdo y nunca me dio por repasarla o leerme el manga.






"Risa Koizumi es la chica más alta del instituto mientras que su compañero de clase Atsushi Otani es el chico más bajito. Juntos han ganado fama como dúo cómico gracias a sus continuas peleas, aunque en el fondo tienen tantas cosas en común que sus amigos no hacen más que intentar juntarles."










     A mi modo de ver, es la comedia romántica perfecta. Quizá le sobran algunos capítulos al final, donde la historia ya pierde su frescura original y simplemente van apareciendo personajillos para provocar dificultades un poco forzadas.

     Una pareja protagonista atípica, ruidosa y nada formal, donde ni ella es linda ni él el clásico galán. Cómica a más no poder, incluso los momentos más emotivos acaban rompiéndose con alguna caricatura. Lo que no quiere decir que no se llore... porque el chico es tan torpe y directo que llega a doler. Los capítulos se suceden casi sin sentir, la historia avanza rápida y ágilmente. La animación no es nada del otro mundo pero cumple, y el hecho de que usen el dialecto de kansai, aunque no se sepa japonés, le confiere un toque distinto, original.

     Pasar de la amistad al amor no es fácil según para quién, y en ese sentido, la evolución de Otani me parece muy realista, muy acorde con su carácter duro de mollera. Por su parte, Risa también pasa por sus distintas fases de manera coherente sin perder su esencia de mujer fuerte pero sensible. Poco se sabe de las otras parejas, a las que parece irles de maravilla todo el rato excepto al final cuando se acerca la graduación, pero poco importa, ya que la pareja estrella llena por completo la escena sin necesidad de historias paralelas.

     Por mucho tiempo he buscado otra serie como esta pero no ha habido suerte. Si alguien sabe de alguna, que me lo diga, por favor.

sábado, 1 de abril de 2017

Fullmetal Alchemist: Brotherhood (2009)

     Con motivo de la visita de mi nuevo amigo friki, preparé algunas recomendaciones para que se pudiera llevar a casa, y después de la película El samurái sin nombre, empezamos a ver Fullmetal Alchemist: Brotherhood (2009) que, por supuesto, no dio tiempo a terminar de ver ese día. Pero como yo tenía por delante dos semanas de curro bastante reliosas, decidí que era un buen momento para volver a verla tranquilamente.



"Edward y Alphonse Elric son dos jóvenes y habilidosos alquimistas que siendo niños cometieron el tabú de intentar resucitar a su madre realizando una transmutación humana. Como resultado, el mayor perdió un brazo y una pierna, mientras que del menor solo quedó su alma atada a una armadura.
Ambos recorren el país en busca de la legendaria piedra filosofal con la que poder volver a recuperar sus cuerpos originales."









     Años antes ya había disfrutado de la primera versión Hagane no Renkinjutsushi (Fullmetal Alchemist) (2003) que, si bien me dejó totalmente maravillada, al empezar a leerme el manga me decepcionó bastante descubrir que se había desviado muchísimo de la historia original. Aunque tuvo su parte buena: el manga era infinitamente mejor, así que se pudo decir que la disfruté dos veces.
     Así que cuando apareció esta segunda serie con la promesa de ser fiel al manga, por supuesto no me la pensaba perder. Y la fui viendo semana a semana al mismo tiempo que leía los últimos episodios del manga a medida que se publicaban mes a mes.
     Verla de nuevo toda seguida no solo me ha servido para recordarla sino para descubrir detalles que se me habían pasado por alto. Y por supuesto, para disfrutar esta magnífica historia por tercera vez.

     La búsqueda personal de dos hermanos unidos por un fuerte lazo fraternal, en medio de un país en guerra, acaba desentrañando una conspiración a nivel nacional en la que se ven irremediablemente envueltos. Pero no solo se trata de ellos. A su alrededor van apareciendo una serie de personajes fuertes, redondos, complejos, con sus propias historias y ambiciones, sus propios pasados traumáticos, y sus propios motivos para luchar. Una gran historia compuesta de muchas pequeñas historias, ambientadas en un universo con toques steampunk, en las que no faltan la comedia y la tragedia casi a partes iguales.

     Sin duda, mi serie favorita sobre todas las demás. No es que la recomiende, es que la considero imperdible.

     Y para colmo de mi alegría, a finales de este año 2017 se estrenará en Japón la película a imagen real. ¡Cuán larga la espera!

Muko hadan - El samurái sin nombre (Sword of the Stranger) (2007)

     Hace poco hice un nuevo amigo que resultó que también gustaba de la animación japonesa pero no había visto muchas series, así que me pidió recomendaciones. Quedamos un sábado en mi casa, y como me comentó que le gustaban las de época, decidí empezar con la película Muko hadan - El samurái sin nombre (Sword of the Stranger) (2007) ya que a mí también me apetecía verla de nuevo.

"En medio de una nación en guerra, cuando el pequeño Kotaro y su perro Tobimaru se encuentran acorralados por sus perseguidores, son salvados por la intervención fortuita de un ronin que descansaba en el mismo lugar. Kotaro le pide entonces protección hasta llegar al templo al que se dirige contratándole como guardaespaldas."
     Esta película, disponible en castellano, tiene todo lo que hay que tener para convertirse en una pequeña joya: buen argumento, buena animación, comedia, emotividad, suspense y acción. Eso sí: no es para niños, aunque el perrito pueda despistar.

     El protagonista que se hace llamar Nanashi, que significa "sin nombre" (de ahí el título) tiene muchas papeletas de ser Kenshin, por aquello de la cicatriz en la cara, las pesadillas sobre su pasado, y la espada atada a la vaina para no usarla, pero no se menciona ni se desmiente en ningún momento, cosa que por mi parte es de agradecer. La relación que acaba desarrollando con el niño a quien al principio parece no soportar, termina por resultar entrañable y emotiva.
     Otro de los grandes aciertos es el personaje de Kotaro, su personalidad avispada y valiente, su desparpajo cuando juega a ser mayor, contrastando con su incapacidad para defenderse solo del destino que le persigue, hacen que se le coja cariño rápidamente.

     Una historia muy bien desarrollada, equilibrada. Persecuciones y mucha batallita en escenarios espectaculares donde por supuesto no faltan la violencia y la sangre pero en tono más realista que sensacionalista.

     Soy débil ante este tipo de historias de amistad/familiaridad entre adultos y niños y viceversa.

     No descarto la posibilidad de verla por tercera vez algún día.