lunes, 30 de noviembre de 2020

Great Pretender (2020)

      No iba a escribir todavía sobre Great Pretender (2020) ya que parece que con la segunda entrega tampoco se había acabado, pero como todavía no hay rumores sobre una tercera tanda, mejor lo hago ya antes de que se me pase.





     "Makoto Edamura es un joven estafador hábil en el arte del engaño que realiza pequeños timos para sobrevivir. Un día, ataca a un despreocupado turista con un viejo truco pero termina siendo estafado por él. Herido en su orgullo, Makoto decide seguir a este extranjero hasta Los Ángeles, donde se verá envuelto en una estafa a gran escala a un gangster de Hollywood."




     Great pretender, conocida en España como El timador timado, es un producto original de Netflix, por lo que tenía mis dudas al principio. Pero el tráiler me entró mucho por el ojo, no tanto por la trama que anunciaba, como por el colorido y el diseño de personajes, pero entró, y cayó.

     

Caso 4: El mago del lejano oriente

     

     Netflix dividió los capítulos en dos entregas, una de 14 episodios en junio y otra de 9 en noviembre, y las llama primera y segunda temporada, pero una vez visto del tirón, me da a mí que en realidad es solo una temporada de 23 episodios. Los episodios se agrupan por "casos": el de Hollywood, el de Singapur y el de Londres en la primera entrega, mientras que los 9 de la segunda tanda se dedican a un único caso, mucho más complejo y lleno de variantes e imprevistos que vienen a cerrar una especie de arco inicial enorme, donde muchas cosas cobran sentido, pero que deja también la puerta abiertísima a una continuación (de la que no se sabe nada) gracias a un increíble gancho al final tras los créditos.


     Pero yendo por partes... Lo primero que me atrajo no me decepcionó en ningún momento. Un diseño de personajes muy maduro, un uso del color super audaz, y una interpretación de luces y contrastes totalmente inventada. Predominan las líneas rectas de trazos irregulares sobre las curvas, los paisajes atiborrados de elementos pero sin detalles, a modo de pinceladas, algo que también permite que la animación asistida por ordenador pase más desapercibida y todo el conjunto gane en fluidez y espectacularidad, sobre todo en las persecuciones aéreas. Son increíbles.

     Plus, la banda sonora. Es algo de lo que casi nunca hablo porque normalmente no me llaman la atención y no tengo mucha cultura musical. Pero hay excepciones, como en este caso, donde sí la percibo como parte del conjunto ayudando a reforzar la identidad de cada ambiente. Además, el ending es el The Great Pretender de Freddie Mercury.

     Y en cuanto a trama y personajes... Pues nada, todo maravilloso. Salvando grandes diferencias,  podría decirse que son una nueva versión de Robin Hood: ladrones que se dedican a estafar a maleantes por su propio beneficio y también por el de alguien más. Identidades complejas, misterios que se van descubriendo, y alguna que otra salida por la tangente, pero muy creíbles y razonadas. Aunque a excepción del prota no parece que haya grandes evoluciones, y aun en el caso de Makoto, hay muchas contradicciones, creo que también es parte del encanto. Quiero decir, que así me dan más sensación de realismo que si hubiesen sido cambios más radicales o lineales. La vida no es tan sencilla.

     Además, como todos son estafadores y farsantes que esconden sus verdaderos sentimientos, se hace complicado distinguir qué es real y qué no. Ahí es donde entra tu imaginación y lo que más te mole creer. La trama es un continuo juego del engaño, donde hay muchas partes planeadas y un poco de improvisación, pero que cuando termina y se revela todo, ya no sabes quién ha engañado a quién ni cuánto de lo que ha pasado era planeado o realidad. Sin embargo, no es algo estático y burocrático donde varias mentes se ponen a prueba. Las localizaciones exóticas y la acción omnipresente la convierten en una serie dinámica y atractiva, en continuo movimiento. Hay comedia sobre todo, pero también hay drama, mucho drama, al principio de forma implícita en la tragedia personal de sus protagonistas, y más hacia el final, en los sentimientos que por fin se enfrentan.

     Como temporada, tiene final, tanto si consideras solo los primeros 14 capítulos, donde se desarrollan y resuelven tres casos, como mejor si consideras los 23. Se descubren muchas cosas del pasado de los dos personajes principales y muchas relaciones, que hasta ahora parecían coincidencias, se descubren que no lo eran tanto. La resolución del último caso me dejó bastante desconcertada, a pesar de que hacen los flashbacks explicativos pertinentes, es tan capa sobre capa, mentira sobre mentira, que al final a duras penas me enteré de quién lo había controlado todo desde el principio. Si te van estos trucos mentales y psicológicos, como a mí, esta serie está genial. Eso sí hay que verla muy despierto.

     Como el epílogo tras los créditos da bastantes esperanzas de que haya otra entrega en el futuro, aprovecharé para verla de nuevo desde el cuarto caso (a ver si así me entero mejor) y ya nos volveremos a ver por aquí, si eso.

domingo, 22 de noviembre de 2020

Ansatsu Kyoushitsu (2015/2016)

      Tengo una amiga que de vez en cuando me pide alguna recomendación anime para alternar con las series "normales", y como hace poco se puso Netflix, le dije que algún día le diera una oportunidad a Fullmetal alchemist~Brotherhood~. La semana pasada me escribió:


     Me hizo tanta ilusión que le estuviera gustando que, a cambio, decidí probar a ver una que ella había visto y yo no: Ansatsu Kyoushitsu (2015/2016). Aka Assassination Classroom.

"Una poderosa criatura amenaza con destruir el planeta dentro de un año a no ser que los peores alumnos de la prestigiosa escuela Kunugigaoka consigan matarle antes. De este modo, con apoyo del Gobierno, el extraño ser se convierte en el tutor de la clase 3 E, donde además de las materias comunes, impartirá clases de asesinato para que puedan cumplir su misión."


     A simple vista, la serie es bastante atractiva tanto por el diseño como por el argumento. Sin embargo cuando empecé a verla hace cinco años no terminó de entrarme y la olvidé en el sexto capítulo. Y es que al principio se recrea mucho en presentaciones y chistes varios, rozando peligrosamente el género de la comedia absurda basada en recuentos de la vida. En esos seis episodios vi aparecer personajes nuevos que se añadían al elenco principal y episodios dedicados a los problemas de algún alumno en concreto, así que deduje que se iba a limitar a dar lecciones de vida a través de la comedia y una trama sin mucho sentido.

     Mi segunda impresión no fue muy diferente, pero como quiera que al final superé esta primera fase, cuando llegamos al arco de los exámenes y la lucha con los alumnos de la clase A, la serie consiguió captar mi interés. La rivalidad entre la clase A y la clase E será el hilo conductor de la mayoría de los capítulos de la primera temporada, ya que no solo compiten en los exámenes sino también en los festivales y otras actividades, dando muchos ejemplos de cómo la astucia vence a los fuertes y poderosos. Sin embargo el clímax de esta temporada es mucho más serio y oscuro, como ya se vino anunciando en algún episodio aislado, y que realmente viene a ser la esencia de la serie.

     La segunda temporada empieza en el mismo punto donde se queda la primera, y aunque los rivales de la clase A siguen por ahí, la historia se va centrando más en su trama principal. Sale a la luz la situación familiar del prota, así como el pasado de Koro-sensei, y todo va apuntando hacia el inevitable final. Un final lacrimógeno a más no poder, porque a pesar de que posiblemente era de prever, explotan recursos infalibles añadiendo además pequeñas perlas sorpresa. Bueno, y que yo soy de lágrima fácil.

     La calidad técnica es clase superior, no solo ya por diseño, color y demás, sino por las coreografías de las peleas cuerpo a cuerpo, así como el desarrollo de las secuencias de acción. Da gusto verlas dos veces.

     Al final eché en falta que no le dieran a cada alumno su tiempo en pantalla suficiente, pero aún así, todos son perfectamente perfilados y reconocibles en su individualidad. También se echa en falta alguna que otra trama amorosa entre los alumnos, pero tampoco es que haya ausencia absoluta de ellas. A este respecto, merece mención especial la relación entre los "profesores" de educación física Karasuma-sensei, militar de las fuerzas especiales, y la de idiomas Irina "Bitch-sensei", asesina internacional. Esta pareja sin duda te alegran el día con sus cosas.

     Tal fue el impacto que finalmente me causó, que para no perderle el regustillo, me vi también las dos películas live action que hay.


     Ambas producciones salieron de manera casi simultánea a la emisión de las temporadas anime, en 2015 y 2016, y recogen la historia al completo. Al menos en lo que se refiere a la trama principal, ya que, por ejemplo, los enfrentamientos escolares con la case A han sido eliminados completamente.

     Los efectos especiales no son nada ambiciosos pero dan el pego, lo que peor se lleva son las puestas en escena de las secuencias de acción y peleas, que quedan muy circenses y poco creíbles. También se echa de menos el rollito Karasuma-Irina, así como una dedicación más individual de todos los alumnos, más allá de Nagisa, Karuma y Nagano, algo que hubiera permitido ver los puntos fuertes de todos y sus colaboraciones y enorme trabajo en equipo, que es lo que mola en la serie.

     Siempre me intrigó que fuera tan popular a pesar de que yo no pude pasar del capítulo seis, en el fondo siempre sospeché que tenía que haber algo más, y ahora me alegro de haberle dado esta segunda oportunidad. No es algo que recomendaría, sin embargo, pero tampoco diré que no la veas.

martes, 17 de noviembre de 2020

Tenisu no Ōjisama ~The Prince of tennis~ / Zenkoku Taikai-hen / Shin (2001~2012) + Películas

      Pocas series me han costado tanto terminarlas (hasta el punto de pensar que las abandonaría) como el dichoso Tenisu no Ōjisama (2001-2012)  o "príncipe del tenis". Pero a pesar de todo, cayó en la saca. Al menos, la mayor parte.

     "Ryouma Echizen es un joven de 12 años que acaba de llegar de Estados Unidos e ingresa en el equipo de tenis del instituto Seishun. Su actitud desafiante hacia sus mayores llenarán su vida de continuos retos cada vez más difíciles, a los que hará frente con su enorme talento y el apoyo de sus compañeros."

     Pues eso. Esta es la serie deportiva de la que hablaba en las entradas anteriores, que empecé a ver allá por junio y he venido a terminar ayer mismo, ya que tiene la friolera de tres "temporadas" (con 178 episodios la primera) y dos películas. Y no me ha costado tanto por la cantidad de episodios, eso nunca ha sido un inconveniente, sino porque a pesar de ser una deportiva, género que tanto adoro, tiene pocos  de los elementos que me resultan más atractivos.

     Para empezar, el protagonista... ¡Menudo niñato! Un enano arrogante, super cool que desde el minuto uno te dan ganas de darle de collejas hasta dejarlo calvo. Como dicen ellos mismos, no es nada lindo, no hay por donde cogerlo. Poco expresivo, casi nada hablador, lo único que hace es chulearse de los malos y desafiar a todo el que se le ponga por delante. Y gana siempre. No empezaría a despertar mis simpatías hasta que lo vi perdiendo un par de veces contra ese padre vago que tiene, y jugando con el gato. Es también gracias a Momo-senpai, quien se autoerige como su mejor amigo, que Echizen se muestra un poco más humano y torpe en ocasiones. Sobre todo, en los capítulos especiales donde no juegan al tenis, van a la bolera o a comer, discuten por tonterías, y luchan por no beberse los zumos de Inui.

     La primera temporada se hace durilla (178 episodios no son moco de pavo), pero tiene el encanto vintage de las de su época, y a pesar de los defectos técnicos, se me hacía divertido ver cómo se las ingeniaban para darle movimiento a los partidos. Pero faltaba emoción, sufrimiento, superación por el esfuerzo y trabajo en equipo. No sé, no veía una meta clara. En cambio me llamaba mucho la atención la violencia tan explícita: senpais que rompían brazos a los menores, rivales que te golpeaban con la pelota donde más te doliera... y entrenadores que no hacían nada más que mirar. Ni un consejo, ni una técnica secreta o entrenamiento milagroso. Nain. Por no hacer, ni intervenían cuando estaban a punto de dejarse lisiados unos a otros.

     En esta primera temporada, el equipo se abre paso por las preliminares de la región para ir al campeonato nacional, al tiempo que una pareja de periodistas te van contando todo lo que necesitas saber. El tenis de juegan en esta etapa roza el realismo tiñendo los golpes y habilidades de los jugadores con ideas sacadas de las leyes de la física en lo que se refiere a rotación, efecto de la bola, etc Pero las acrobacias de Kikumaru y la analítica predictiva de Inui, por ejemplo, dejan de lado las raquetas y entran ya en el campo de los poderes casi sobrenaturales. Una cosa entre Captain Tsubasa y Kuroko no basuke.


     Luego, en 2006-2007, sacaron el arco de los nacionales conocido como Zenkoku Taikai-hen, y la calidad de dibujo y técnica de animación mejoran bastante. Y junto con ellos, la fluidez narrativa. Crece también un poco la intensidad emocional, aparecen motivaciones personales, ambiciones, etc haciendo que los personajes (que ya se cuentan por docenas) ganen un poco de carisma y favor del público. En cuanto a habilidades nuevas y superaciones, pocas... Más de lo mismo con rivales nuevos que se añadirán al elenco, y unos capítulos más ágiles en general.


     Entre 2012 y 2014 se emitió la "tercera" temporada (que en realidad es la segunda, porque el arco anterior en realidad eran OVAs) llamada el Nuevo Príncipe del tenis (Shin Tenisu no Ōjisama), cuyos capítulos llegaron en dos entregas.

     Aquí ya la calidad mejora por encima del estándar de la época y el tenis se vuelve mucho más fantástico y extravagante. Junto con pelotas que cambian de dirección en el aire, se multiplican y desaparecen, aunque por supuesto también las hay que arrastran una fuerza apocalíptica alcanzando velocidades supersónicas, aparecen jugadores que leen la mente, el aura, te roban los sentidos, te paralizan o son capaces de clonarse. Que ya no sé si es un anime deportivo o están luchando contra alienígenas para salvar a la humanidad. Pero solo están en el campamento de los Sub 17 de Japón, entrenando y compitiendo para ser seleccionados representantes de su país. Maravilloso.

     Sin duda esta es la etapa que más capturó mi atención: Echizen pierde un par de veces, recibiendo por fin merecidas lecciones de humildad y haciendo que evolucione buscando mejorarse a sí mismo. Hay entrenamientos especiales y luchas encarnizadas, llenas de magia, dolor y compañerismo. Y más risas que antes. ¿La putada? Que después de presentarte al prometedor "hermano" de Ryouma (ñam) y dejarlo todo listo para el campeonato internacional, se quedó en un eterno "continuará" que hasta ahora no han continuado.

     

     Pero si quieres fantasía de la buena, no te puedes perder la primera de las películas: Gekijô ban tenisu no ôji sama: Futari no samurai - The first game (2005). La trama de por sí ya es bastante absurda: el Seigaku es invitado a un crucero para unos partidos de exhibición y terminan secuestrados para jugar partidos amañados. Aquí es donde aparece por primera vez el niisan de Echizen, todo un malote de misterioso pasado rebelde, que inmediatamente capturó mi corazón. En medio de todo el revuelo mafioso, motores que explotan, barco a punto de hundirse, tormenta tropical incluida, ahí tienes tú a Echizen y a su hermano jugando el partido de tenis más surrealista que te hayas podido echar a la cara. Sencillamente fantástico, sublime, no podía despegar mi vista de la pantalla, expectante por ver con qué maravilla me sorprenderían después.



      


     La segunda película, Gekijouban Tenisu no oujisama: Eikokushiki teikyujou kessen! (2011), baja un poco el nivel de inverosimilitud y apuesta de nuevo por el desafío a las leyes de la física. El Seigaku y otros equipos son invitados a Wimbledon y son atacados por un grupo de tenistas renegados que fueron expulsados de sus antiguos equipos por violentos.

     Una vuelta al tema del juego violento, el compañerismo, la amistad, y los desafíos deportivos como solución a todos los problemas.




     En general, tiene cosas buenas pero a mí no me ha llegado al kokoro. Ninguno de sus personajes me ha llegado a tocar la fibra lo suficiente, y la trama en sí carece de objetivo en firme. Me molaba cada vez más, y la parte Shin me llegó a enganchar, pero se queda tan abierta e inconclusa que tampoco llega a dejarme buena sensación. En fin. Si en el futuro sacan algo más (que no sean los live, que no pienso ver de momento)  seguro que le echo un ojo a ver a ese Ryuji Echizen de qué va.