sábado, 28 de octubre de 2023

Seis películas en cuatro días

      El euríbor no cede, a mí se me acaban los ahorros, el trabajo no termina de asentarse... Crisis de ansiedad y baja laboral de dos semanas. Antes de llegar a este punto, mi interés por las series, animes y mangas había caído al punto de la apatía absoluta. Antes de romperme a lágrima viva, también es cierto que estuve echando horas extras, por lo que el estrés se acumuló y el tiempo libre se redujo.

     Así que para retomar poco a poco mis sanas costumbres me volqué en una serie de largometrajes que encontré por ahí. Dos de ellos bastante conocidos, y el resto no tanto.

Suzume no tojimari (2022)


"Guiada por su curiosidad, Suzume interfiere en la labor del cerrador de puertas, provocando que pierda su forma humana. Para enmendar su error, se compromete a ayudar al joven viajero a romper la maldición, acompañándole en su misión de cerrar las puertas al otro mundo para evitar que entre el desastre."

     Hace ya tiempo que mi amado Makoto Shinkai perdió su toque melancólico en favor de una mayor comercialidad de sus películas, y Suzume viene a ser el remate de esta línea. No es malo que así se gane popularidad y llegue a más público, pero llamarla obra maestra es algo precipitado procedente del desconocimiento.

     Gran paisajista y maestro de la luz, mantiene su apabullante detallismo incluso en las escenas más espectaculares, y hace sus pinitos en el CGI, aunque no con total acierto. También mantiene su toque folclórico y místico lleno de simbolismos, pero lo que son los romances le siguen costando. Las tramas están descompensadas y no empastan, como si fueran películas distintas. Los personajes protagonistas avanzan a ritmos diferentes, y los secundarios apenas aportan más allá del apoyo logístico. Tímidos aportes cómicos y un amor apresurado.

     En resumen: una buenísima base y una calidad técnico artística espectacular con un guion al que cuesta engancharse. Nada nuevo bajo la firma de Shinkai, pero no por ello baja el listón.

¡Hasta siempre, Don Glees! (2021)


"Con el regreso de su amigo Toto para las vacaciones de verano, Roma y Drop se disponen a celebrar su particular festival de fuegos artificiales, esta vez, con vuelo de dron incluido. Cuando al día siguiente empiezan a difundirse rumores culpándoles de un incendio forestal, los tres amigos se aventuran en las montañas en busca del dron perdido para probar su inocencia."

     Al contrario de la anterior, Goodbye, Don Glees! no cuenta con un despliegue brutal en cuanto a animación pero tiene un guion lleno de encanto. La falta de detalle en sus barrocos fondos y frondosos paisajes queda perfectamente disimulada por una bruma constante y un leve desenfoque, lo que no resta belleza pero sí hace que los personajes aparezcan superpuestos. Aunque, por otro lado, esto mismo ayuda a concentrarse en sus expresiones y diálogos, que al fin y al cabo, es lo que importa en esta película.

     Aventura juvenil, amistad entre chicos, la persecución de un sueño, la búsqueda de la identidad, el primer amor... Gamberradas, comedia, mucha ternura y dramón del que te avisan desde el inicio. La historia no tiene ninguna intención de golpearte con efectos de guion porque tiene fe absoluta en el carisma de sus protagonistas. Y sin embargo, te acaba sorprendiendo gracias a una serie de datos, en apariencia poéticos o intranscendentes, que van sembrando a lo largo del largometraje, hasta que de repente al final todo encaja y nos damos cuenta de que hemos caído en una broma muy bien urdida.

     Aquí se va a disfrutar tanto de paisajes impresionistas como de una historia entrañable. Te vas a reír con las ocurrencias inocentes de estos adolescentes y vas a llorar con sus frustraciones, miedos y pérdidas. Si esto lo hubiera hecho Disney, ya sería un clásico.

Natsu e no tunnel, Sayonara no deguchi (2022)





     "Si te adentras en el túnel de Urashima puedes hacer que tus deseos se vuelvan realidad, pero a cambio perderás años de tu vida. A pesar de la advertencia, tanto Kaoru como la recién llegada Anzu deciden explorarlo y estudiar sus efectos para lograr lo que anhelan."





     Literalmente  "El túnel hacia el verano, la salida del adiós", aunque también es conocida como El túnel de los deseos, es una novela ligera de 2019 que cuenta también con adaptación al manga. Hace referencia a la leyenda donde un pescador llamado Urashima salva a una tortuga que resulta ser una princesa marina, que se lo lleva a su reino y cuando regresa a su pueblo han pasado 1.000 años. Podría ser también como la leyenda de Rip Van Winkle u otras tantas que tratan un tema parecido: los protagonistas huyen de una situación dolorosa, encuentran un refugio mágico y regresan años después en un mundo nuevo.

     ¿Quién no ha deseado alguna vez dormirse y despertarse años después?

     En esta ocasión, Kaoru quiere traer de regreso a su hermana pequeña, lo cual hace que merezca la pena arriesgarse, pero el deseo de ella... bueno, no me termina de convencer. Aunque su personalidad resulta arrolladora y como personaje complementa perfectamente al triste del otro.

     Técnicamente, se mueve entre el despliegue al máximo detalle del realismo y luminosidad, y los fondos oscuros y brumosos donde los objetos en movimiento parecen superpuestos. Donde verdaderamente explota creatividad visual es en las escenas dentro del túnel. Los colores se vuelven locos, las sombras caen donde no deberían y las líneas de las siluetas se duplican o desaparecen.

     Una historia de deseos, determinación y sacrificios, pero también una historia de amor, cómo no. Sin grandes giros (no los necesita), encuentra una sólida base en ese cerrado mundo de dos que crean sus protagonistas. Prescindible quizá, pero bastante redonda para una tarde de lluvia.

Eien no 831 (2022)





     "Tras un incidente traumático en la secundaria, Suzushiro Asano tiene la habilidad de detener el tiempo. Un día descubre que hay otra persona con su misma habilidad y que podría estar siendo obligada a cometer actos terroristas."






     También conocida como Eternal 831 (qué manía con los títulos en inglés), es una película original sin novela ni manga relacionados. Su título hace referencia a la fecha 31 de agosto, día en el que supuestamente, se "detuvo el tiempo" en Japón, a raíz de un desastre natural que conllevó una larga recesión económica.

     Está realizada completamente por ordenador, con todo lo que eso conlleva: gran facilidad en los movimientos de cámara pero una desagradable desnaturalización de los personajes. Sus expresiones, al hablar, al caminar, al simplemente estarse quietos, todo se ve antinatural, artificial y rígido, como las escenas dramatizadas de un videojuego. Tal vez también debido a las deficiencias de su técnica, el ritmo de la historia se ve ralentizado a veces, con pausas extrañas entre diálogos y escenas de situación demasiado largas y/o totalmente prescindibles.

     A pesar de todo, la trama se desarrolla con cierto interés a partir de un clásico "chico-conoce-chica" y abre el debate sobre el desgastado concepto de "justicia". Por hacer lo que creía justo, nuestro prota ha sufrido una serie de injusticias, al igual que la familia de Agawa. Este encuentro con el romantizado grupo terrorista, le llevará a plantearse sus principios. ¿El fin justifica los medios? ¿Es justicia o es venganza? ¿El "hacer lo correcto" debe imponerse sobre las posibles consecuencias nefastas que pueda acarrear?

     Sinceramente no entendí el final así que no sé a qué conclusión llega. Supongo que es de esos finales libres a la interpretación de cada cual. Juzguen ustedes, a mí me dejó fría.

Boku ga Aishita Subete no Kimi e (2022)Kimi o Aishita Hitori no Boku e (2022)


"La realidad se compone de un número casi infinito de mundos paralelos que surgen cada vez que tomamos una decisión importante. Para Koyomi el punto de partida fue el divorcio de sus padres. En la primera película, veremos la historia de amor del Koyomi que eligió irse a vivir con su madre y abuelos maternos. La segunda, es la historia del Koyomi que eligió irse a vivir con su padre y la chica que conoció en el laboratorio donde trabajaba."

     Estas dos películas, cuyos títulos traducidos quieren decir A todas las tús que he amado y Al único yo que te ha amado respectivamente, se basan en sendas novelas ligeras que, al parecer, cuentan con un spin-off (Boku ga Kimi no Namae o Yobukara, "Porque sigo llamando tu nombre") que no ha sido animado.

     Aunque no tenía ni idea, me daba la sensación de que estas dos películas estaban relacionadas, y aunque al parecer se pueden ver en el orden que quieras, creo que es más acertado verlas así: primero Boku y luego Kimi.

     La parte técnica, diseño y animación, no son nada del otro mundo. Los personajes son muy estilizados y de rasgos angulosos. Las luces y sombras están claramente perfiladas, y los efectos de iluminación vienen marcados por el cambio en las tonalidades del cielo y de las sombras. Y realmente el desarrollo visual no importa demasiado ya que no son películas de acción. Aquí lo importante son los diálogos y los detalles que se revelan en ellos para entender el intrincado desarrollo de las tramas entre saltos dimensionales e incluso temporales. Puede que te aburras cuando se explayan en especificaciones técnicas, pero no es conveniente desconectar del todo porque en esas explicaciones reside también gran parte del drama.

     Porque ambas pelis, en conjunto, conforman un drama romántico muy complejo y multidimensional, que comienza siendo una aventurilla de ciencia ficción con ciertos toques de comedia, que lentamente evoluciona a temas más graves, hasta que ya en la segunda parte da rienda suelta al drama hasta llegar a la agridulce conclusión.

     Un planteamiento interesante de las teorías sobre mundos paralelos que permite desarrollar una historia de amor de una forma bastante inusual. A destacar los temas musicales en los momentos recopilatorios. Muy bien integrados.

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