sábado, 8 de julio de 2023

Inu-Oh (2021)

      Por saturación de horas y turnos dobles en el trabajo, he estado escaqueándome de comentar en el blog. Pero principalmente lo que me frenaba era que la siguiente a comentar es Inu-Oh (2021), la hasta ahora última creación de mi admirado Yuasa.



     "Tomona es hijo de pescadores pero al quedar ciego por una maldición, viaja hasta la capital y se convierte en aprendiz de biwa. Allí se encontrará con un ser maldito como él, capaz de escuchar las historias y canciones olvidadas de los antiguos guerreros Heike, apartados por la historia oficial.

     Ambos jóvenes deciden cantar y bailar dichas historias para que los espíritus de los guerreros puedan descansar en paz, transgrediendo todas las normas oficiales establecidas de la época."





     Reconozco que para poder hacer una sinopsis he tenido que revisarme la peli a cámara rápida. No solo por el tiempo que hace que la vi, sino porque tampoco entendí muy bien el hilo conductor en su momento. Inu-Oh (rey de los perros) está basado en un personaje real, del que lo único que se sabe es que fue el artista más grande de su época de lo que entonces se conocía como Sarugaku Noh, estilo de teatro evolucionado de las acrobacias circenses callejeras, y precursor del solemne teatro Noh de la actualidad. Sin embargo sus obras parecen haberse perdido, probablemente debido a los caprichos e imposiciones de alguna generación posterior.

     Y es que las decisiones de la corte dominante de cada momento eran las que imponían cuáles eran los estilos que se podían interpretar y los que no. En este restrictivo ambiente se encuentran dos niños marginados, capaces de oír una música y unas historias que nadie más oye, y que deciden interpretarlas al público abierto para encontrar así su lugar en el mundo y sentirse libres. Sin embargo, cuando finalmente se les ofrece la posibilidad de ser reconocidos oficialmente, se les pide a cambio que olviden su estilo y sus historias y se atengan únicamente a las formas y relatos tradicionales.

     ¿Dónde está Yuasa en este relato medieval sobre los orígenes del Noh? Pues parece que no, pero está. En esta ocasión, Yuasa apuesta por la animación tradicional, dibujada a mano, y deja a un lado la mezcla de técnicas para darle ese rollito de ukiyo-e. Donde verdaderamente se explaya es en la música y las actuaciones teatrales de la extraña pareja, donde el músico ciego poco a poco se va convirtiendo en un rockero transgénero de los 80; y el vocalista evoluciona desde las acrobacias circenses hasta la danza occidental moderna, pasando por la gimnasia rítmica.

     Todo ello con una inusual escenografía muy rústica pero ingeniosa, que incluye cuerdas, poleas, mecanismos, banderolas, luces y la continua inclusión del público, haciéndoles partícipes tocando palmas y bailando con ellos como si de un auténtico concierto de rock se tratara.

     Tenemos aquí una bella película con un mensaje fuerte y claro que sin embargo cuesta mucho pillar a la primera. Reconozco que yo también me dejé despistar con los anacronismos y tardé en darme cuenta de lo que había en el fondo. No tiene el humor y la fantasía de otras películas de Yuasa. Es un relato más grave y que invita a la reflexión, pero tal vez por eso ha impactado tanto y se la considera la (hasta ahora) mejor de sus obras.

     Se ha llevado varios premios y está bastante alta en algunos rankings. Yo de ti me la vería.

No hay comentarios:

Publicar un comentario