jueves, 13 de mayo de 2021

Beastars (2019/2021)

      Cuando los asuntos laborales se estabilizan o mejoran, aumentan mis ganas de complicarme la existencia con series complejas, y ahí decidí terminar de ver Beastars (2019/2021), cuya primera temporada vi nosécuándo, y hasta ahora no me animé a ver la segunda.




     "En una sociedad donde carnívoros y herbívoros tratan de coexistir civilizadamente, la academia Cherryton se destaca como ejemplo de convivencia y esperanza. Sin embargo, dicho equilibrio se verá amenazado tras el asesinato de uno de sus estudiantes. 

     Legoshi es un joven lobo gris, tímido y amable, quien a raíz de un fatídico encuentro con una coneja enana blanca, descubrirá las partes más oscuras de la sociedad y de sí mismo."






     La verdad es que no revisé la primera temporada antes de abordar la segunda a pesar de que había pasado un tiempo entre ambas, y también hace rato que la terminé y me vi otras, así que puede que mis impresiones ya sean algo vagas, pero puedo afirmar sin duda alguna que es una serie bestial en muchos sentidos.

     Beastars es una producción Netflix basada en un manga ya finalizado, aunque no sé si la animación abarca toda la historia o solo parte y aún cabe esperar más entregas.

     La idea que tenía de que sería algo cómico-crítico de la sociedad actual a través de personajes animales antropomórficos, o incluso algo tipo "recuentos" con escenas cotidianas, estaba totalmente equivocada. El que la técnica de animación fuera digital en principio me echa para atrás, pero reconozco que estoy empezando a acostumbrarme, y en este caso, antes del segundo capítulo ya se me había olvidado.

     Es una serie oscura, no solo por sus colores e iluminación. Es dura, es grave, es hasta gore. No olvidemos que la cosa empieza con un alumno devorando a otro alumno, aunque rápidamente nos despista con un protagonista flemático y tranquilote, inocente hasta la exasperación. Y de repente, este bonachón salta a la yugular de otra alumna en un ambiente de terror primitivo.

     Pero no todo es oscuro y terrible. Hay escenas cómicas (muy pocas) y románticas (sobre todo en la primera temporada). Y es que en la primera entrega la cosa va sobre todo de Legoshi y Haru, con la tensión entre carnívoros y herbívoros de fondo a raíz del asesinato de la alpaca Tem. Se trata el acoso escolar, las envidias y rechazos por ser distintos, los prejuicios, el sexo interespecies... Los instintos... lo más básico, como comer o aparearse de repente se confunden, haciendo que la relación entre los protagonistas sea rara y complicada.

     Y en la segunda parte, la relación Legoshi-Haru queda aparcada por completo para centrarse en la búsqueda del culpable del asesinato de Tem y el recorrido del antihéroe Louis, el ciervo rojo que maldice su debilidad y busca venganza. Legoshi entrena su espíritu para controlar sus instintos y poder usar su fuerza para proteger a los herbívoros que tanto ama, y en concreto a Haru la coneja enana, aunque como dije, este personajillo que tanto peso tuvo en la primera parte, apenas aparece en la segunda.

     En conjunto mantiene su estilo y acaba atando todos los cabos sueltos, pero el final es... raro, porque o yo no me enteré bien, o lo que es la trama amorosa queda sin resolver, por lo que no se siente como si todo encajara y resulta ambiguo. Casi como dos historias diferentes. Pero dos buenas historias, al fin y al cabo, así que se salva.

     Si efectivamente la serie no abarcara todo el manga, a lo mejor todavía podemos esperar una tercera o cuarta entregas, y con ellas, un cierre definitivo de tramas y conclusiones. Con todo, es digna de ver.

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