jueves, 30 de enero de 2020

Buzzer Beater (2005/2007)

     La siguiente en la lista de series de baloncesto fue Buzzer Beater (2005/2007), con dos temporaditas de 13 capis cada una.

     "En un futuro no muy lejano, Hideyoshi y sus amigos Eddie y Lenny son niños de la calle que sobreviven jugando al baloncesto por dinero. Gracias a su increíble talento, Hideyoshi recibe una curiosa oferta para jugar en un equipo formado exclusivamente por terrestres cuyo objetivo es llegar a la liga intergaláctica, actualmente dominada en exclusiva por los aliens llamados gorans."
     Decididamente el baloncesto no debe ser un deporte muy popular en Japón si me dejo guiar por el tipo de series que se hacen. Quitando la one and only Slam dunk y la semi-fantástica Kuroko no basuke, el resto de series deportivas desarrolladas alrededor del baloncesto difícilmente pueden tratarse de auténticos spokons, ya que carecen de muchos de los elementos típicos comunes en dicho género.
     En el caso de Buzzer beater, al menos tiene más partidos y juegos que la infame Dear boys, pero al añadir al sarao deportivo todo un tinglado futurista donde los mejores jugadores son de una raza alienígena y de lo que se trata es de reivindicar a la raza humana, el rollito escolar lleno del espíritu de la juventud, se pierde totalmente. Es decir: la amistad y la rivalidad, el compañerismo, el esfuerzo y la superación, las jugadas increíbles de último minuto, los partidos de infarto... NADA de eso aparece en esta serie. Una vez más, los partidos se suceden como anécdotas que sirven para impulsar el resto de las tramas, extremadamente resumidos al punto de paneos superpuestos con el marcador de fondo como referencia.

     Para empezar, el dibujo y la técnica parece que mejoran un poco con respecto a Dear boys, que recordemos es de 2003, y se asemeja más a Slam dunk, que es de finales de los 90s. Las coreografías de las jugadas parecen dibujadas sobre escenas reales (o animaciones por ordenador) por lo que los movimientos de los personajes poseen mucha naturalidad. Los tiros y movimientos de cámara son espectaculares, tratando de dar al conjunto de escenas un efecto apoteósico para así tratar de borrar el irreparable hecho de que se repiten una y otra vez, y en ocasiones, hasta con jugadores que según la trama del momento se supone que no están jugando.
     Y es que da igual. Lo que nos mueve aquí no son los partidos en sí sino lo que significa para la trama general: la lucha de este pequeño grupo para demostrar que los terrestres también la saben meter. Un grupo de lo más variopinto encabezado por un viejo soñador millonario y una hija rebelde, que incluye entre sus filas a unos jugadores excepcionales, a un criajo de la calle y a una niñata con una puntería excelente. Todos y cada uno de ellos parecen tener detrás una historia de lo más interesante. Bueno, unos más interesante que otros, y la verdad es que si hubieran ido por ahí, la serie habría ganado en intensidad y emociones. Pero lo cierto es que se queda todo en un tratamiento estándar suavizado con algunos toques de inverosimilitud incluso.

     El prota es un niñato confiado de su talento para el baloncesto, bocazas y rebelde, que cuando llega el turno de tocar su pasado y demás, muestra un lado débil por la falta de cariño. DT es el otro personaje de cierto peso protagonista y grandes dosis de misterio que al principio parece mantenerse al margen pero que se pringa de lleno cuando el prota entra en crisis. Cha-che es la nieta del viejo millonario que también sabe jugar bastante bien y consigue colarse en el equipo gracias a su puntería, mazo débil y metido con calzador para compensar supongo la mayoría masculina. Y aparte del viejo y la entrenadora, del resto poco o nada se sabe. Del lado rival, Gyuma el objetivo a lograr y Julius el rival al que derrotar, también se presentan con un poco de pasado y futuro como personajes bastante redondos y de cierto peso, pero como todos, sin entrar demasiado en profundidades.

     Una primera temporada un poco floja y una segunda temporada que me mantuvo enganchada con zanahorias que tardaban en llegar, suman una serie que no recomiendo ya que, sin llegar a ser mala, no entra en ningún top ranking la mires como la mires.

jueves, 23 de enero de 2020

Dear Boys (2003)

     Sigo dándole a las series de baloncesto a ver si termino de verles el encanto. Porque aunque la cosa empezó bien con Slam dunk, se quedó en zona tibia con Kuroko no basuke, así que pensé que debía verme alguna más y elegí Dear Boys (2003), pero la cosa no ha ido a mejor precisamente...







     "Después de que fuera suspendido durante un año debido a cierto incidente, el equipo masculino de baloncesto del instituto Mizuho ha perdido popularidad y prestigio, quedando relegado a tan solo cuatro miembros. Sin embargo, la llegada de un nuevo estudiante transferido hará que estos cuatro desganados jugadores se replanteen de nuevo sus objetivos y posibilidades."







     El manga de Dear boys es prácticamente contemporáneo al de Slam dunk (finales de los 80, primeros de los 90) sin embargo mientras que el segundo obtuvo mucho antes su serie animada (1993) y contó con muchos más episodios (101), el primero cuenta con dos secuelas, una de las cuales aún sigue en publicación.
     Y es que de primeras la historia de Dear boys promete ser mucho más redonda al incluir, entre otras cosas, al equipo femenino de baloncesto como co-protagonistas. Las tramas románticas hacen acto de presencia, e incluso se adivinan ciertos toques de dramas familiares, pero como no me he leído ni me leeré el manga, solo puedo adivinar que en eso reside el secreto de su éxito sobre el papel. Porque lo que es su adaptación animada, es un auténtico desastre.

     Los toques románticos no abundan, pero salpican sabrosamente el hilo principal con dos o tres parejas y la naturalidad con la que se tratan. Hay un poco de rollo "al salir de clase" y algo de drama familiar también, con lo que el tronco principal del deporte no domina completamente aunque sí en su mayor parte. Aún así estos "toques" quedan abiertos y no profundizan, por lo que no solo no logran aumentar el interés de la parte deportiva, sino que te deja totalmente a medias, con una leve sensación de estafa.
     Los personajes son bastante planos. Tienen alguna que otra faceta que no se muestra desde el inicio, sí, pero no es que al revelarlas sus personalidades evolucionen. En general, hay pocos cambios en todos ellos. Como mucho que antes no querían jugar y luego se motivan. O que antes eran violentos y tal pero luego todo se perdona y se hacen amigos. Pero incluso estos cambios carecen de justificación plena y suceden de forma casi inverosímil.
     Y así, en general, la historia y sus tramas transcurren de forma lenta y aburrida, casi agónica, con poca emoción y/o suspense. Partidos, entrenamientos y demás, a veces ni se ven, solo el principio o el resultado, con un poco de lucha intermedia y poco o nada de superación por el esfuerzo.
     Pero lo peor de todo sin duda es la parte técnica. No es solo la mala calidad de los diseños, sino que toda la animación en sí es un despropósito. A pesar de introducir de vez en cuando algunas escenas animadas por la rudimentaria animación 3D de la época, con bastante acierto ha de admitirse, el resto de escenas, incluyendo las más simples, y demás transiciones narrativas, son para echarse a llorar. Sobre todo las coreografías de los partidos. Un ejemplo de lo que no hay que hacer.
     Por último, la música. Pocas veces la banda sonora llama mi atención para bien o para mal, pero en este caso era imposible obviarla. Compuesta en su mayoría por "temazos" noventeros, es prácticamente omnipresente, lo que sumando al carácter resumido de los partidos, resulta en una especie de videoclip discotequero de larga duración.

     La verdad es que fue uno de esos suplicios que no sé por qué me resisto a abandonar (Supongo que por el bien de la ciencia) y que en el espero no volver a encontrarme próximamente. Deberian que quitarla de las listas de animes de deportes...

miércoles, 1 de enero de 2020

Kuroko no Basuke (2012-2015) & Last game (2017)

     En medio de la vorágine navideña y cambio de año, cuando la vida familiar me lo permitía, fui consumiendo poco a poco Kuroko no Basuke (2012-2015), otra de baloncesto pero que no tiene nada que ver con la anterior.







     "En el comienzo del curso escolar, al recién formado club de baloncesto del instituto Seirin, se unen Taiga Kagami, un excelente jugador recién llegado de USA, y Tetsuya Kuroko, un chico con aptitudes mediocres pero que dice haber formado parte de la temible "Generación de los Milagros" durante la secundaria."








     Kuroko no basuke (Kuroko's basket, El baloncesto de Kuroko) es un manga ya finalizado que se publicó entre 2008 y 2014, y cuya adaptación animada se dividió en tres temporadas, dos OVAs, nueve especiales, tres películas recopilatorias y una película final que recoge el último arco del manga. Siendo como fue que lo tenía todo a mano, me salté las pelis recopilatorias y los capítulos resúmen dentro de cada temporada, pero me vi los OVAs (una sobre exámenes y la otra sobre un cumpleaños) y los especiales: unos divertidos episodios breves que simulan ser tomas falsas de la serie.

     Se me ha antojado una serie un poco extraña. Al principio era inevitable que la comparara con Slam dunk, pero pronto me di cuenta de que eran dos productos totalmente distintos, si bien este más actual podría ser que hiciera algún que otro homenaje a su predecesor. Más que nada porque sus dos protagonistas comparten los números de camiseta de Sakuragi y Rukawa, y en la primera temporada, su debut se ve marcado por los tres equipos más fuertes de su prefectura conocidos como "los tres reyes", que suena como Sannoh, el último equipo al que se enfrentan Sakuragi y compañía.
     A partir de ahí, como decía, la serie me producía una sensación extraña. No era ni comedia ni drama deportivo. Por supuesto, ausencia total de trama romántica. Pero al mismo tiempo tenía un poco de todo y nada llegaba a cuajar. Sensación que ha permanecido durante todas las temporadas, con excepción, en todo caso, de la película final.

     Si hablamos de calidad técnica, la serie está mejor que bien. No solo por diseño, paleta de colores, fondos, etc sino también por las coreografías de las jugadas, bien armonizadas, abundantes, en continuo equilibrio entre el realismo y la epicidad. Un regalito a la vista y prácticamente uno de los pocos atractivos que le encontraba a la serie, ya que en muchos otros aspectos, a mí me hacía aguas.
     Creo que el principal problema son sus protagonistas. Tanto Kagami como Kuroko se sienten lejanos y algo fríos. Tenemos muy poco background de ambos: no hay apenas datos de sus orígenes, pasados, familias, sueños y/o traumas. En cuanto a sus personalidades, Kagami da la sensación de ser un fortachón buenazo pero carente de pasión u objetivos claros. Kuroko, en cambio, resulta algo más interesante y su falta de presencia resulta divertida en muchas ocasiones, pero no es algo que se termine de aprovechar bien, y no acabé por empatizar ni con uno ni con otro.
     Otro tópico que no queda bien plasmado es el de la superación por el esfuerzo. Aquí ambos tienen unas habilidades únicas más o menos definidas, y ante enemigos más fuertes, no se van a entrenar, sino que digievolucionan de repente por rabia, amor o cansancio límite, a lo Goku en medio de una pelea, y zasca: técnica nueva que lo superflipas. Y eso que se supone que Kuroko es el jugador medio tirando a malo que ha entrenado más que nadie, pero al final lo que cuenta es su habilidad especial y el empeño que pone en el trabajo en equipo.

     Habilidades especiales, eso sí, hay por un tubo. Frente al realismo de Slam dunk, de repente me encuentro en medio de una fauna de pelo de colores chillones capaces de caminar por el aire, prever jugadas futuras, encestar de canasta a canasta o desaparecer de la vista cuan ninja. Además pueden entrar en algo llamado "la zona", lo que les permite jugar a supervelocidad y superfuerza durante un tiempo limitado. Por supuesto, cada habilidad o técnica "mágica" tiene su propio nombre molón como "el ojo del emperador", "el tiro fantasma" o "el mate meteoro". Un derroche de imaginación sin igual que sin embargo se mantiene dentro de los límites de su propia lógica, impidiendo así que caigan en un caos de incoherencias.

     La historia fluye cómodamente y de forma ágil. La acción no para, partido tras partido, con unas  atractivas coreografías que lo hacen todo mucho más llevadero. Mucha explicación, eso sí, para entender los pros y los contras de cada técnica, su funcionamiento y la forma de contrarrestarla. La introducción de los personajes clave, como son la generación de los milagros, antiguos compañeros de Kuroko, se hace de forma gradual in crescendo de una forma magistral. Del pasado de Kagami también aparece alguno que otro, e incluso de otros compañeros del Seirin, aportando un poco más de riqueza y profundidad a los personajes que atañen, que si bien no llegan a redondear lo suficiente ni historia ni personalidades, al menos añaden un poco más de sal al conjunto.
     El hilo conductor que se anuncia en el momento en el que Kagami y Kuroko se conocen, se centra en la superación de los cinco prodigios del baloncesto. Kuroko no estaba de acuerdo con la forma de jugar de su equipo en la secundaria y ahora se ha propuesto ganarles con su estilo de juego y demostrar que están equivocados. Pero no puede hacerlo solo, ya que él es solo una "sombra". Para su fortuna coincide con Kagami, quien simplemente quiere ser el mejor jugador de Tokyo, y por tanto, deberá derrotar a la generación de los milagros. Y así nace una bonita amistad, que en ocasiones raya el BL, haciendo volar mi imaginación fujoshi.

    Una serie que resalta sobre todo el trabajo en equipo, el respeto por el contrario vencido, la exaltación de la amistad y el compañerismo, y en cuanto a la técnica, se inclina por el espectáculo en sacrificio de tramas más complicadas y profundas. Tiene muchos encantos y bondades, entre ellos, un final apoteósico, cerrado y satisfactorio, pero no puedo evitar sentir que aún así le falta algo...
    Creo que aún no tengo suficientes referencias para afinar mi opinión, así que seguiré viendo series de baloncesto para poder ampliar mis criterios. Seguiremos informando.