ReLIFE (2016) / Kanketsu-hen (2018)

     Esta primavera me sorprendió con las OVAs de ReLIFE (2016) llamadas ReLIFE: Kanketsu-hen (2018), y aunque traté de resistirme, fue mayor mi curiosidad por conocer el verdadero desenlace de la historia. Y allá que fui.

     "Tras renunciar a su primer empleo a los tres meses, Arata Kaizaki no consigue pasar ninguna otra entrevista de trabajo. Entonces recibe una curiosa oferta para participar en un experimento que consiste en vivir durante un año como un estudiante de preparatoria y así reencauzar su vida."

     Básicamente es una comedia romántica de instituto. Aunque el protagonista en realidad tenga 27 años, el resto son escolares de tercer año estresados por los exámenes de graduación y con las hormonas a toda potencia. Al menos, al principio te ríes mucho. Luego comienzan los dramas de la juventud y el trauma del notanjoven protagonista que le llevó a convertirse en un desempleado crónico, y cómo todos van superando las situaciones gracias al apoyo de los demás.

     La serie de 2016 no llega hasta el final de curso, deja un final abierto preñado además con una revelación que te deja en ascuas por saber qué pasará a continuación. Gracias al cielo, tuvimos las OVAs de 2018 para disfrutar de un auténtico final.

     Ambos arcos abusan quizá de un rosado color a pesar de lo crudo de algunas situaciones. El prota es algo inmaduro y eso le hace encajar bien, pero de vez en cuando se le escapan consejos y afirmaciones demasiado adultas para su identidad de 17 años. En definitiva todo parece resolverse de forma demasiado sencilla pero es que en el fondo no es un drama trágico, sino una comedia con tintes dramáticos. Y engancha.

     La historia original procede de un manga web, ahora ya concluido, y además cuenta con una película live action de 2017. Que también he visto, y salvo algunos cambios, la historia es muy similar a la del anime y las OVAs. Como no he leído el manga no puedo decir cuál es más fiel a la historia original, pero creo que prefiero la versión de la serie animada.

     

     Es una bonita historia, a veces poco creíble, pero se le perdona. Un tanto light a pesar de los temas que plantea (desempleo, suicidio, bullying, hikikomori, NEET...) pero eso es lo que la convierte en una comedia con cierta profundidad psicológica y bastante drama humano.

     Recomendación de dos estrellitas.

Pasando el rato II

     Acabé la última serie de temporada justo cuando finalizaba mi fin de semana, así que tanteé algunas de las que ocupan mi disco duro sin razón aparente para no engancharme a nada interesante en mis días laborales. Pero una vez más subestimé mi capacidad para devorar series cortas, y antes de que me diera cuenta, ya había visto dos: Ren'ai Bōkun (2017) y Jikan no shihaisha (2017).

     "Guri es un ángel que trabaja como cupido formando parejas gracias a su Kiss note, un cuaderno donde aquellos cuyos nombres se escriban juntos, acabarán besándose y enamorándose. Un día escribe por error el nombre de Seiji Aino y se presenta en su casa pidiéndole ayuda, ya que si no besa a alguien pronto, Guri morirá."

     Bien, ¿qué decir ante este planteamiento? Sinceramente, no creí que terminaría viéndola, y aún así lo hice y todavía trato de analizar el por qué. Básicamente es una serie harén, una comedia escolar bastante alocada con toque sobrenatural y bastante violenta, ya que se hacen daño de verdad. Debe ser el prota, que me cayó bien. Bastante sensato para todo lo que se le viene encima, amable y cariñoso, centro de un polígono amoroso bastante peculiar (incluye hermana pequeña, por supuesto).

     Los capítulos también estaban relacionados entre sí, con frecuencia la historia de uno concluía en el siguiente, y antes de eso, se sembraba lo que vendría detrás. Así que no se trata de una sucesión aleatoria de episodios independientes e inconexos, sino que poco a poco van conduciendo a un clímax "final" donde se descubren cosas del angelillo que se viste como un shinigami. Y eso mantuvo mi interés, supongo, que pese a todo, había una historia detrás.

     En definitiva, que no la recomiendo porque tampoco es que aporte nada pero no es una basura que debiera arder en el infierno.

     "Los Horologues son demonios que se alimentan del tiempo de los humanos, y para combatirlos están los Chronos rulers, soldados capaces de controlar el tiempo de los objetos. Victo es un Chronos rulers que hace tiempo fue atacado por un horologue y ahora viaja junto a Kiri para recuperar el tiempo y los recuerdos que le robaron."

     La cosa empezó bien. El primer capítulo me gustó a pesar de tener una presentación un poco extraña, pero el argumento me pareció interesante, me recordaba un poco a D. Grayman, en el sentido de organización jerárquica de luchadores cuyo poder puede ser también su maldición. Hasta tenía a su personaje femenino con coletas y minifalda que pelea con las botas.

     Pero a partir del segundo, la técnica de animación se vuelve "china", las peleas se hacen eternas debido a las explicaciones interminables y la historia se vuelve confusa.

     Los personajes son bastante cliché, sobre todo los secundarios, puestos para rellenar de forma casi forzada, y las relaciones entre ellos son insustanciales. El único que me parece mejor formado es Kiri, el serio, el responsable, preocupado hasta el infinito por la suerte de Victo. A Victo lo intentaron hacer despreocupado en apariencia pero atormentado por dentro, y les quedó un poco incoherente. Con Mina podían haber jugado mucho más con ese carácter de amiga o enemiga, pero se queda en una chica cargante. Y el rubio... es que ni recuerdo cómo se llamaba. El Horologue milenario era mucho más atractivo como personaje. Lástima que salga poco.

  Luego supe que se basa en un manhua taiwanés que también se difunde online a través de la aplicación de Shueisha, Shonen Jump+. No es que lo explique todo, pero aclara muchas cosas.

     Fue un poco pérdida de tiempo, la verdad, pero logró dejarme intrigada en algunos aspectos, así que si hay continuación probablemente la vea.

Hakata Tonkotsu Ramens (2018)

     Después del empacho de Major, de la que por cierto ya ha comenzado la serie sobre la siguiente generación, quise dejar de un lado las deportivas y el béisbol y ver alguna de esta temporada. La elegida fue Hakata Tonkotsu Ramens (2018), que aunque deportiva efectivamente no es, acabé descubriendo que no está del todo desligada del béisbol.

     "En la ciudad de Fukuoka, el distrito de Hakata reúne la mayor concentración de bandas criminales. Lin Xianming es un joven mercenario que trabaja para pagar las deudas de su familia. Un día recibe el encargo de asesinar al detective Zenji Banba, pero harto de los abusos de la organización para la que trabaja, decide aliarse con él en su investigación."

      Al principio me chocaba que el prota fuera siempre vestido de chica. Creía que tal vez era un disfraz para ayudarse en su trabajo, pero como él mismo explica a su primera víctima, se trata solo de su pasatiempo. Además no actúa para nada afeminado, así que al final me acabé acostumbrando. Su relación con Banba, como era de prever, va cambiando de aliado provisional a compañero permanente, pero el lado protector del detective, a modo de hermano mayor, le da un toque BL muy soft pero que no deja de resultarme atractivo.

     Es una serie de acción y misterio, un thriller negro donde los protagonistas no dejan de matar, torturar y robar, incluso con cierta deslealtad entre ellos (al fin y al cabo, son negocios), pero son tan majos y tienen una integridad tal hacia sus principios de justicia, que te caen bien y les perdonas todo. Son buenos tipos con un trabajo bastante sucio.

     Al principio, por cómo se van entrelazando las tramas a base de casualidades casi cómicas, me recordó un poco a Baccano, y por el lado criminal, a Black Lagoon, pero en esencia es del tipo "grupo de especialistas" que se encargan de resolver casos. Pero tiene buen argumento, mantiene muy bien el suspense y está bien construída. Sin más. No es tampoco que sea muy original pero realmente me hubiera gustado ver un "continuará" al finalizar el capítulo 12.

Major (2004-2010)

     Quería una serie larga, y de béisbol a ser posible, y Major (2004-2010) fue la respuesta. Después de 154 episodios, una película y tres OVAs, Goro casi ha pasado a ser parte de mi familia. Ha sido casi un mes... le voy a echar de menos.

     "Goro es un pequeño fanático del béisbol que desde que murió su madre dos años atrás, vive solo con su padre, Shigeharu Honda, jugador profesional en la liga japonesa que actualmente no está pasando por un buen momento. Mientras Goro crece ansiando seguir los pasos de su padre, Shigeharu busca el apoyo que necesita en Momoko Hoshino, la profesora de Goro, y su amigo y compañero de equipo Hideki Shigeno."

     "Goro continúa creciendo y demostrando tener un talento especial para el béisbol. Sin embargo no se contenta con las metas habituales y se empeña en enfrentar sus propios retos hasta lograr su sueño: llegar a ser jugador profesional en las ligas mayores de Estados Unidos."

     Major no es solo una historia de béisbol. Al menos su primera temporada es más un drama familiar con el béisbol como fondo que una continua sucesión de partidos y entrenamientos, ya que el prota aún es muy crío, y la patata caliente la lleva su padre. A partir de la segunda temporada, que ya la cosa familiar y personal parece estabilizarse, y Goro ya tiene edad para ir al Koshien, es cuando por fin empieza a verse béisbol de instituto. Sin embargo no es una serie convencional. Su protagonista tampoco lo es. Su sueño no es ir al Koshien, sino al más puro estilo Goku, ir enfrentándose a rivales cada vez más difíciles. No tiene mucho sentido del compañerismo ni del juego en equipo. Es un engreído, sobrado de sí mismo, convencido de que es capaz de ganar los partidos él solo hasta el punto de arriesgar la salud. De hecho se lesiona varias veces, alguna que otra con secuelas irreversibles.

     Su egocentrismo le lleva incluso a cambiar de instituto en mitad del año escolar, dejando colgados a los compañeros que meses antes convenció y arrastró al campo de juego porque los necesitaba, solo porque, superado el primer reto, necesita enfrentar otro nuevo en otro lugar.

     Tampoco es un pitcher muy versátil: solo sabe lanzar bolas rápidas, cada vez más rápidas, eso sí, llegando a batir récords de velocidad y resistencia. Y algún que otro bate de madera. Su juego es pura voluntad y fuerza bruta. Y apenas cambia en toda la serie.

     Afortunadamente, en cierto momento, parece que por fin se da cuenta de que no juega solo, de que tiene compañeros y esos compañeros a su vez también tienen sueños y metas. Y Goro se me empieza a hacer más simpático. Poco más o menos creo que fue cuando se marcha a América. Sus aventurillas de novato, el choque de cultura e idioma, fueron para mí la parte más divertida. Continúan los dramas familiares de unos y otros, y hasta aparece el amor (¡por fin!)... pero poco. La vida de Goro es béisbol y solo béisbol.

     En cualquier caso, a pesar de que el Goro adolescente me caía regular, la serie me ha sabido ganar, me ha gustado en su mayor parte, solo me he aburrido en algunos capítulos (los menos). Pero el rollito espectacular que le daban en América a los partidos era muy bueno. Tengo la sintonía de cada vez que Goro salía a lanzar grabada en el cerebelo.

     La serie (no sé si el manga también) tiene un par de saltos importantes. Uno al principio, entre la primera y segunda temporada, cuya historia se narra después en la película, a modo de flashback, cuando Goro ya está jugando en América. Y otro al final, en el último capítulo, en el que de repente pasan 8 años y a modo de epílogo se ve el amago de una final de la serie mundial. Partido que luego podemos ver en las OVAs 1 y 2 de modo completo, mientras que en la OVA 3, lo que vemos es a Goro y su familia regresando a Japón unos años después y comenzando una nueva etapa...

     Etapa que según me acabo de enterar podremos disfrutar a partir de este mismo mes de abril de 2018, bajo el nombre de Major 2nd, que sigue la secuela del manga centrada ya en Daigo, el hijo de Goro, y Hikaru, hijo del mejor amigo de Goro, Toshiya Sato.

     La leyenda continúa...