domingo, 20 de junio de 2021

Hanyō no Yashahime (2020)

      Me hizo mucha ilusión cuando me enteré de que habría un spin-off con los hijos de los personajes de Inuyasha, pero a medida que iba viendo imágenes y se conocían adelantos del argumento, empecé a desmontar mis expectativas. Así que para no seguir imaginando cosas, aun suponiendo que podrían haber más entregas, en cuanto finalizó la temporada, me vi los 24 episodios de los que consta de momento Hanyō no Yashahime (2020), .


     "Towa y Setsuna vivían solas en un bosque hasta que un incendio las separó, ya que mientras escapaban, Towa fue arrastrada por un vórtice temporal hasta la era moderna. Años después, el mismo vórtice lleva a Setsuna junto a su hermana, pero debido a cierta maldición, no conserva recuerdos de ella. Dispuesta a liberarla de su maldición, Towa viaja de vuelta al pasado, y junto con la cazarrecompensas Moroha, inician una búsqueda para descubrir el origen de su historia."


     Mi primera decepción fue que el trío protagonista fuera exclusivamente femenino. Al principio parecía que Towa era un muchacho, así que cuando supe que era otra chica, me desencanté. Pero bueno, parecía ser hija de Sesshomaru y vestía ropa actual, así que seguía esperando cosas de ella. Y es lo peor que se puede hacer porque realmente es el peor personaje de la toda la serie.

     La serie presenta un argumento original, es decir, es una historia creada en exclusiva para el anime y no se basa en ningún manga de Rumiko Takahashi. Aun así le reconozco que consigue mantener bien el universo mágico y multirracial de la obra original, siendo que sus personajes realmente parecen pertenecer al imaginario de Takahashi. Pero la estructura del relato es un desastre. Para empezar, ¿por qué contar lo del incendio y cómo Towa es arrastrada a la época actual? Es más, ¿con qué propósito narrativo es llevada al presente? Ni siquiera es capaz de viajar entre las épocas como hacía Kagome, así que no le veo ningún sentido. ¿Y por qué tratar de convertirla en un chicazo yankee metida en peleas? ¡Si luego resulta que es amable, alegre y más femenina que su hermana!

     Como decía, lo peor de la historia es que hayan hecho de Towa el personaje central. Si al menos hubieran repartido mejor el protagonismo entre las tres "princesas", la cosa habría salido algo mejor. Y es que el resto de personajes no está tan mal. Setsuna se parece a su padre pero guarda un lado tierno. Moroha es ruidosa y descarada, pero también inteligente y sabe muchísimas cosas. Hisui, hijo de Miroku y Sango, es el personaje masculino más destacado pero no pertenece al grupo protagónico. Serio y fuerte, pero aún joven y cabreado con el vago de su padre. Y luego está Riku, mi preferido, el misterioso, quizá perverso, quizá aliado, con sus propios lamentos y objetivos que nadie parece conocer.

     Luego te van soltando las cosas de aquella manera. En vez de ir descubriéndolas a través del viaje de los personajes, de vez en cuando te meten un episodio en el que muestran cosas del pasado, de por qué las niñas se criaron sin sus padres, dónde están Inuyasha, Kagome y Rin, por qué Sesshomaru se pasó al otro bando... Un lío, vaya.

     Salvando una mínima insinuación de que pudiera haber algo entre Towa y Riku, la serie no tiene ninguna carga romántica. Si me apuras, apenas tiene momentos emocionales. Las tres son bastante independientes y no parecen tener fuertes lazos afectivos con casi nadie (salvo Moroha y su entrenadora, episodio que pasa casi desapercibido a pesar de ser el más emotivo con diferencia). Sin tramas románticas, la parte cómica también decae muchísimo, y la serie acaba convertida en una sucesión de capítulos de acción y descubrimientos, sin grandes despliegues técnicos, donde las revelaciones se van destapando a regañadientes.

     En resumen, lo que la salva es todo lo que depende del manga original. Las conexiones con sus padres y descubrir qué pasó cuando nacieron es lo que mantuvo mi interés. Que de vez en cuando apareciera algún conocido, como Sango, Kohaku o Miroku, y poco más.

     No es mala para tirar, pero es que parte de un listón demasiado alto y apenas llega a rozarlo. Si la miras con independencia, pues oye te entretiene, sin enganchar, pero entretiene. Y cuando salga la continuación, porque la habrá, ya está anunciada creo incluso para otoño de este mismo año 2021, la seguiré sin duda. Eso sí, sin ningún agobio.

sábado, 5 de junio de 2021

Hataraku Saibō Black (2021)

      Rindiéndome por fin al ranking de popularidad, y habiendo visto en su día la precursora, seguidamente me decanté por un spin-off que llevaba mucho tiempo con ganas de ver: Hataraku Saibō Black (2021).


     "Una nueva promoción de glóbulos rojos se gradúa por fin de la médula ósea y emprenden con ilusión su importante tarea de repartir oxígeno. Sin embargo el entorno de trabajo no es el esperado ya que el sistema se encuentra bajo mucha presión, provocada fundamentalmente por el exceso de malos hábitos, como el consumo de alcohol, tabaco o cafeína, así como el aumento del estrés y la falta de sueño."


     Ya tenía conocimiento de esta versión oscura desde que terminé de ver la versión original de 2018, pero en aquel momento no tenía muchas esperanzas de que realmente la llegaran a animar, ya que me pareció demasiado apartada de la línea educativo-infantil de la primera. Así que me llevé un alegrón y la he visto en cuanto ha terminado. Esta versión black nace efectivamente de un manga spin off creado por otros autores y se publica en la rama seinen de la revista Kodansha, mientras que la original de Akane Shimizu se publica en la shonen. Es decir: se dirige a un público claramente más adulto que la anterior.

     Y es que nuestro protagonista ha ido a nacer en el cuerpo de un hombre de mediana edad atrapado en lo que llaman una empresa black, es decir, "negrera", que explota a sus empleados cargándoles de trabajo extra y presionándolos bajo mucho estrés. Así que no solo no lleva una vida nada saludable, sino que cae en el tabaquismo y otros malos hábitos para intentar sobrellevar el cansancio. Los vasos sanguíneos están llenos de colesterol, las bacterias y virus campan a sus anchas, las defensas escasean y el oxígeno es de mala calidad. Cada día es un peligro para las células, glóbulos rojos y blancos pueden morir en cualquier momento (y de hecho mueren), y ni el hígado ni los riñones pueden eliminar todas las toxinas que cargan. El deterioro es progresivo y las crisis se suceden una tras otra: alopecia, gota, trombosis, úlceras, impotencia y, finalmente, paro cardíaco.

     Protagonista de todas ellas es nuestro personaje central, un glóbulo rojo novato muy dispuesto y diligente, que irá adoptando una personalidad cada vez más madura y eficiente, llegando a ser líder en algunas ocasiones cruciales, con caída en la desesperación incluida, lo que le hace un personaje mucho más completo que su predecesora femenina. Además va acompañado siempre por un amigo y compañero glóbulo rojo como él, y una glóbulo blanco y su pequeño escuadrón suele acudir a ayudarlo cuando lo necesita (que es bastante a menudo).

     Sigue la vertiente educativa, explicando en cada caso el proceso biológico que desencadena cada problema, y la solución médica que se aplica en cada caso. El cuerpo humano es representado como una ciudad industrial, y las ayudas externas aparecen como robots futuristas. Todo muy mascadito y simple para que las explicaciones sean fáciles de entender y no rompa el trepidante desarrollo. Nada espectacular en cuanto a despliegue técnico pero suficiente para lo que nos quiere contar, que en dí, está bastante bien desarrollado con un hilo central que se desarrolla a ravés de episodios aparentemente independientes.

     Es mucho más cruel que la otra, más dura y más realista, llegando a ser gore en ocasiones, y con escenas tristes y a veces desgarradoras. Ni que decir tiene que me ha gustado mucho más, tanto que a pesar de haberse estrenado también la segunda temporada de la versión shonen, no creo que la vaya a ver. Prefiero quedarme con esta.