sábado, 30 de enero de 2021

Darwin's Game (2020)

      Mi nuevo trabajo es presencial y tiene turno partido, así que paso mucho tiempo fuera de casa. Y aunque en el metro bien me da tiempo de verme algo, aún me da palo ponerme a ver dibujos animados en público. Lo cual quiere decir que mientras de diario me veo Cobra Kai en Netflix, el fin de semana tiro de algún anime corto para no perder las buenas costumbres. El primer elegido fue la adaptación animada de un manga que sigo desde hace tiempo, Darwin's Game (2020), el Juego de Darwin, el de la evolución de las especies.





     "Kaname Sudo es un estudiante de instituto que, tras aceptar accidentalmente la invitación de un amigo, comienza a jugar con el móvil a algo llamado Darwin's game. Lo que parecía ser un juego de batallas resulta ser una competición real a vida o muerte por lo que Kaname tendrá que aprender rápidamente las reglas si quiere sobrevivir."




     Como dije más arriba, Darwin´s game es un manga que sigo desde hace tiempo y que al parecer ya ha entrado en su último arco, por lo que no tardará en finalizar. A pesar de que a mí me gusta, no puedo decir que destaque especialmente en algo. A grandes rasgos no es más que otro manga de survival game (juegos de supervivencia o juego mortal, como Imawa no Kuni no Arisu aunque menos sofisticado, ya que al fin y al cabo no se trata tanto de superar pruebas diabólicas como de luchar unos contra otros usando armas y demás, por lo que se acerca más al estilo de Btooom!, por ejemplo. Tampoco es que el dibujo artístico y diseño de personajes sea espectacular precisamente, sino que más bien es torpecillo y en ocasiones se ve forzado.

     Pero... Es de supervivencia y eso me encanta.

     La adaptación animada tampoco hace alarde de gran derroche técnico, por lo que mantiene ese aire torpe y forzado de los dibujos del manga original. Aunque si bien hace buenas coreografías en las escenas de pelea, la animación no es todo lo suave que podría desearse, y si no aceptas el pacto, en conjunto queda bastante cutre. En resumen se podría decir en su favor que al menos fue fiel al manga original, en cuerpo y en espíritu.

     La historia tiene un comienzo bastante brusco. No hay presentación de personajes alguna, el mismo protagonista carece de background. Aparece como un estudiante de apariencia indolente y apática, poco emocional y muy racional para todo lo que empieza a experimentar. Siempre me pareció que Kaname aceptaba todo demasiado rápido, casi como si esperara que le pasara algo así. No parece tener miedo, nunca tiene ninguna crisis, siempre parece tener la calma y la seguridad para hacer lo que hay que hacer. Cuando mueren sus amigos, le da como un arranque de ira, pero el hecho de matar a otros tampoco parece afectarle demasiado. Y eso que no estamos hablando de Shuka, la co-prota femenina. Una loquita guapa de sangre fría que ni se sabe cuántos jugadores ha matado antes de conocer a Kaname, y sin embargo, la aceptamos como a una más.

     Esta ausencia de profundidades psicológicas hacen que la historia más bien parezca una peli de guerra. La muerte no duele, no hay culpa, solo hay estrategias y compañerismo estándar. No hay grandes evoluciones en las personalidades y todos permanecen bastante planos. Sin grandes giros, lo que ha mantenido mi interés hasta ahora han sido sus toques de humor (muchos) y de amor (pocos). También la gran variedad de tipologías de personajes, y cómo la trama iba elevándose poco a poco en grados de complejidad y dificultad, enredando ingeniería informática y genética con ciencia ficción, viajes en el tiempo y mundos paralelos.

     Insisto: no es una pedazo de trama ni tiene personajazos admirables. Es un survival medio que sabe jugar sus puntos buenos, y me distrae de mundanales ruidos. Recomendable solo para amantes del género.

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