martes, 31 de marzo de 2020

Pelis chinas y videojuegos

     Volviendo un poco atrás, antes de que empezara esta locura, yo estaba en un curso de formación para currar como teleoperadora de banca telefónica y cada semana nos ponían un examen. Como yo soy muy de estudiar el último día, los dos primeros no me habían salido muy bien, así que decidí aplicarme en los dos que quedaban. Nada de series, un par de pelis pa los ratos muertos y ya. 


    La primera fue Dragon Quest: Your story (2019). Porque estaba en Netflix y ¿por qué no?






     "Luca es un joven aventurero que viaja con su padre en busca del mago que secuestró a su madre."










     Pues nada, eso: un argumento simple y tópico que sirve de excusa para ambientar y dar vidilla al videojuego en el que se basa, pero que a aquellos que no lo hemos jugado, pues no nos dice mucho. Bueno, no es mala, técnicamente está muy bien hecha y la trama, aunque típica, hace buen uso del viaje del héroe. Además se desarrolla en el tiempo a lo largo de años y alberga a una serie de personajes secundarios que le dan un par de capas más de profundidad. El prota es bastante divertido, con lo que el viaje se hace más ameno, y además tiene un intento de giro sorpresa al final que casi me pilla desprevenida... pero bueno, añadió otra pizquita de sal. Aprobado raspado.

     Luego di el salto a China y me vi Ne Zha: la encarnación de la perla demoníaca (2019), remake de la terrorífica El pequeño Naya contra los Dragones Reales (1979) que me traumatizó de pequeña.
























     "Después de tres años de embarazo, la esposa del general Li Jing alumbra a un extraño niño con extraordinarios poderes cuyo destino parece estar marcado por la eterna lucha entre dioses y demonios."

     Ambas películas se basan en la misma leyenda china de Ne Zha, quien al parecer era un dios niño con una terrible relación con su padre y una gran tendencia a las travesuras, que finalmente se sacrifica para salvar a los humanos. Una tragedia en toda regla que podemos ver en su plena crueldad en la versión de 1979. Afortunadamente se lo pensaron mejor en su remake y decidieron contarlo de manera mucho más amable, convirtiéndola en una historia mucho más llevadera y divertida incluso.
     La relación con su familia ya no es tan terrible, sus padres le adoran y defienden, pero sigue siendo la encarnación del mal, y en el pueblo todos le repudian. Ne Zha quiere tener amigos pero hace daño sin querer, y te da mucha lastimita. Por otro lado, es una comedia sin remedio, conozco poco el humor chino y quizá por eso me ha hecho tantísima gracia. Ha sido realmente inesperado, muy grato he de decir. Técnicamente me ha parecido una bestialidad. Muy buena. Y muy muy rápida. A ratos te puedes perder, hablan mucho y muy deprisa, no dejan de pasar cosas continuamente y está llena de pequeños detalles hilarantes. Recomendable. Me gustó tanto... que no tuve ánimos de ver su antecesora.

     Ya que estaba, quise seguir el rollito chino por si descubría algún tipo de filón desconocido por mí y abordé dos pelis más. La primera, Feng Yu Zhou: Los Guardianes del Viento (2018).





     "Un joven invidente se busca la vida vendiendo en las calles mientras su madre hace negocios en las casas de apuestas. Un día, gracias a su prestigioso oído, localiza una campanilla mágica y cuando regresa a casa descubre con horror que ha sido devastada por un monstruo y su madre ha desaparecido."







     Con esta película lo que más recuerdo es que me reí de verdad, gracias a su protagonista charlatán y carismático, pero sensato, valiente y sensible aunque nada heróico, al que hay que leer dos veces para captar todos los chistes que suelta. El mundo de la mitología china es amplio y desconocido para mí, por lo que todo este ambiente me resulta super exótico e interesante. Además, la calidad de la animación, la espectacularidad de los paisajes y escenas de acción me dejaron embobada. Esta trama, además, cuenta con una relación madre-hijo bastante peculiar y un intento de trama romántica con la co-protagonista. Amor, emoción y drama sumados a una acción trepidante llena de comedia. Muy muy divertida.

     Así que me embarqué en la tercera: Bai she: yuan qi / White snake (2019), basada en la leyenda de la serpiente blanca.


     "Una milenaria serpiente blanca toma forma humana para acabar con el mago que las está aniquilando para lograr la inmortalidad. Sin embargo, durante la lucha, cae herida y pierde la memoria. Entonces es encontrada por un joven cazador de serpientes que fascinado por su belleza se compromete a ayudarla a recordar."
     Técnicamente es lo mismo que la anterior: animación por ordenador de última generación, personajes estilizados, paisajes profundos, trepidantes escenas de acción, efectos espectaculares, magia, fantasía, humor, y en el caso de esta, mucho amor. Esta peli es un drama romántico más que otra cosa. Sus protagonistas se mueven principalmente por amor. Son elegantes, amables y valientes. Los toques cómicos no faltan, pero no están tan presentes como en las dos anteriores. Aquí se llora un poco más. La forma de hilar la historia es diferente a lo que estoy acostumbrada y quizá por eso me haya gustado más de lo que podría esperarse. Pero en el fondo sigue siendo una historia de amor y aventuras clásica. No esperes sorpresas por esa parte. Por lo demás, sí puede que te sorprenda.

sábado, 28 de marzo de 2020

... y llegó el coronavirus.

     La semana siguiente a mi última entrada fue muy rara. Empezó realmente el finde mismo 7-8 de marzo. Tenía varios compromisos que, casualmente, y por razones varias, se me fueron cancelando, por lo que al final no salí a ninguna parte y aproveché para estudiar y verme unas pelis de animación por ordenador que ya comentaré.
     El lunes finalmente me reuní con dos amigos para cenar (sushi), ya que uno de ellos se marchaba de Madrid por tiempo indefinido, y estando en ello nos enteramos del cierre de colegios y universidades y de que la gente se había vuelto loca comprando papel higiénico (aún no sabemos por qué). Empecé a sentir cierta inquietud.

     Era bastante consciente de lo que había pasado en China y de lo que estaba ocurriendo en Italia, pero todavía lo sentía como algo que pasa lejos y que nunca pasaría aquí. O eso era lo que queríamos pensar todos, claro. Y el martes cuando fui a la formación, empecé a notar que había bastante tensión entre formadores y coordinadores. Entre risas nerviosas, empezó la rumorología: alguien había visto una ambulancia en la puerta del edificio. Edificio de la empresa que tiene ramas en varios países, entre ellos, Italia. Al día siguiente empezaron una serie de protocolos extraños, separándonos por plantas, no podíamos usar los ascensores, y en las aulas, nos sentaban con un espacio libre entre nosotros. El jueves nos informaron oficialmente que se habían confirmado dos casos de coronavirus en el edificio y que se iban a tomar medidas más estrictas para prevenir el contagio. Nosotros, a punto de terminar la formación, pendíamos de un hilo, no sabíamos si nos podríamos incorporar definitivamente el lunes o si nos dejarían en reserva o si nos despedirían, pero vinieron a tranquilizarnos y a ofrecernos la alternativa del teletrabajo. El viernes, al salir, se declaró el estado de alarma y el mundo en el que vivía se paró.

     Madrid era el mayor foco de España, así que mis padres temían por mí y me dijeron que me fuera con ellos, yo les dije que no era responsable desplazarse ahora por el país, y que yo podría ser asintomática y contagiarlos. Además, aún estaba trabajando... excusa que se me terminó dos días después: nos rescindieron el contrato a los nuevos "por descenso en el volumen de llamadas" aunque en realidad era porque todavía andaban intentado estabilizar el teletrabajo, y no tenían tiempo ni recursos para nosotros, así que... todos los nuevos a casita.
     Caí en desesperación: no tenía paro ni apenas ahorros. Empecé a movilizar el papeleo, ahora virtual, ya que habían cerrado todas las oficinas administrativas. El Gobierno empezó a establecer algunas medidas de protección, pero los teléfonos estaban saturados. Era imposible contactar, mucho menos informarse de si había alguna ayuda para nosotros. Ir a la compra podía ser una aventura, pero más o menos me apañé bien. Incluso conseguí comprar algunas cosas por Amazon. Pasaba de la frustración a la ira en cero coma, pasando por desesperación, miedo, esperanza... Nunca fui buena controlando mis emociones, esto es una montaña rusa...

     Mientras tanto, como me resultaba imposible concentrarme en algo durante más de diez minutos, no quería ninguna serie profunda ni complicada, ni de emociones demasiado profundas, y me decidí por la última saga de Fairy tail ya que, además, contaba con 51 capítulos. Serie que, a trancas y barrancas conseguí terminar ayer y ya comentaré.

     Personalmente no siento agobios por el encierro, al contrario, este suele ser mi estado natural: en casa, viendo series, con mis traducciones y mis frikadas varias. No difiere mucho de mi vida habitual cuando no trabajo. Es la inseguridad, el futuro incierto, la preocupación por mi familia allá en Sevilla, el dinero, lo que pasará después... lo que me destruye por dentro. Esperanzas tengo, pero no soy una persona muy optimista, y viendo los ejemplos de China e Italia, sé que esto va palargo. Y junto con la prioridad de que todos mis seres queridos y yo salgamos vivos de esta, aparece el agobio de con qué voy a pagar las facturas el mes que viene, y la gran catástrofe económica que esto supone y supondrá a nivel mundial, y en concreto, en España.

     Rezo a los dioses en los que no creo y a los que puede que existan para que me salve de la indigencia y no nos destruyamos más entre nosotros.

viernes, 6 de marzo de 2020

Sarazanmai (2019)

     Un breve descanso conlleva una serie breve: Sarazanmai (2019), una flipada visual para mentes muy abiertas a este tipo de series.






     "Debido a cierto accidente, tres estudiantes de secundaria son transformados en kappas. Para poder recuperar su forma humana, deberán derrotar a los kappazombis quitándoles sus shirikodamas, órgano en forma de bola que contiene sus deseos y que se encuentra en el ano. 
     La única forma de hacerlo es mediante el sarazanmai: un ritual que les conecta profundamente y revela sus secretos del pasado."




     Ni medio capítulo me hizo falta para acordarme de Mawaru penguindrum (2011), y es que es del mismo director: un señor llamado Kunihiko Ikuhara, que resulta que también es el responsable de Shōjo Kakumei Utena (1997), serie que vi allá por 2007 y que no entendí para nada, y que también tiene muchas similitudes con esta que me trae.

     Sarazanmai es una historia original, no basada en manga ni novela, que por su alocado argumento y brillantes colores podría parecer que se trata de una comedia de absurdo algo surrealista, pero nop. Porque este señor por lo visto es especialista en la representación simbólica de traumas humanos y crudas realidades de la sociedad japonesa sobre todo, y es bastante fan de los amoríos lésbicos, aunque en este caso, se ha decantado por un toque BL.
     Técnicamente es bella e hipnótica. Las escenas "normales" resaltan mucho por el naturalismo del movimiento y expresiones de los personajes principales, en contraste con unos fondos minimalistas, a veces estáticos y otras llenos de señales y figuras que se mueven simbolizando vehículos o gente de la calle. Bastante psicotrópico, la verdad, pero pronto le pillas el rollo. Porque donde de verdad el director lo da todo es en las escenas de ataque, transformación, lucha y victoria. Ahí ya si superas el choque inicial, entonces podrás disfrutar de la serie. Si no, te quedas igual que me quedé yo cuando vi Utena.
     En esas escenas "raras", como de ensueño, los personajes cantan y bailan, siempre la misma canción con leves variaciones. A veces solo vemos sus siluetas. Los fondos son auténticas paranoias, a veces monocromáticos, otras coloridos a rabiar, estáticos o cambiantes, con elementos y figuras voladoras. Pero como siempre son más o menos las mismas escenas, pues las aceptas como son y dejas de rallarte.

     Bajo esta onírica fantasía se desarrolla una historia bastante durilla. La cosa, según me pareció entender, va de deseos, de amor y secretos. El prota perdió su "conexión" con su familia, en especial con su hermano pequeño, y está dispuesto a mentir y engañar con tal de recuperarla. Su mejor amigo también está dispuesto a lo que sea con tal de no perder su amistad. Y el último en llegar solo quiere romper todo vínculo para así poder seguir junto a su hermano mayor. Por su parte, el dúo antagonista, los dos policías, también soporta su porción de separación y deseos secretos, aunque en realidad, cada uno lucha a su manera por el otro.
     Problemas muy gordos, situaciones en ocasiones realmente crudas que, a pesar de ser tratadas con ligereza por el entorno ridículo y surrealista en el que tienen lugar, no pierden su filo. Por eso, aunque los tres niños parecen ir superando sus barreras y recuperando lo que perdieron o querían perder, el final es inevitablemente agridulce por su coherencia. Bueno, a ver, hay como una especie de flashforwards verdaderamente terribles donde los tres pasan por situaciones bastante duras, pero alguien comenta que solo es un futuro posible de todos los que podrían haber sido, para luego concluir en un breve epílogo bastante esperanzador, así que supongo que queda en manos del espectador decidir qué pasará después.

     ¿Me ha gustado? Sí-pero. Ronda el límite de mi capacidad para asimilar el surrealismo simbólico japonés, pero la historia tiene suficiente masa para contrarrestar lo etéreo, así que por mí, aprueba.

lunes, 2 de marzo de 2020

Bokutachi wa Benkyō ga Dekinai (2019)

     Cuando por fin tuve un hueco entre los exámenes de mi próximo empleo de teleopereitor, me apetecía algo de comedia ligera y escogí Bokutachi wa Benkyō ga Dekinai (2019), por aquello de que tenía dos temporadas de 13 e iba de estudiar y rollito escolar.






     "Nariyuki Yuiga es un estudiante promedio que, debido a las dificultades económicas de su familia, aspira a conseguir una recomendación para poder estudiar en la Universidad. 
     Por ello acepta ser el tutor de tres estudiantes que resultan ser genios en unas materias e increíblemente torpes en otras."







     Bokutachi wa Benkyou ga Dekinai (Bokuben para los amigos, que quiere decir: No podemos estudiar) es un manga que según creo ya terminó de publicarse. Por su argumento y otras muchas cosas, recuerda inevitablemente a Go-toubun no Hanayome, solo que su planteamiento es mucho más cliché, y en consecuencia, bastante menos seria.
     Es decir: aquí sí tenemos el típico ecchi de situaciones llenas de fanservice, algunas bastante absurdas, otras trilladísimas pero que nunca fallan, y algunas pues un poco más originales y emotivas ya que dependen de la situación concreta que esta serie plantea. A veces me han aburrido, y otras me he reído bastante. El punto más importante para mí siempre es el carácter del protagonista y aquí, mi amigo Nariyuki, es bastante inocente y serio, pero nada insensible a los encantos de sus alumnas y otras féminas. Afortunadamente, la trama de la hermana pequeña es una mera anécdota y no tiene desarrollo alguno, cosa que hizo que la serie ganara muchos puntos en mi ranking personal.

     Tenemos pues a un protagonista dulce e inocente pero con curiosidad picantona. Bastante responsable y maduro, tierno en ocasiones, con tendencia a sacrificarse por los demás antes que mirar por sí mismo. Le daría un 7/10: no es de mis favoritos pero le cogí cariño rápidamente. El harén que le rodea es tamaño medio, ya que aparte de sus tres alumnas (una de ellas la que podría clasificarse como "amiga de la infancia"), solo aparecen dos más: la senpai y la sensei, que casi desde el principio, juegan un papel bastante ambiguo en cuanto a intereses amorosos. Bueno, y la hermanita, que como dije antes, queda totalmente fuera de la discusión.
     Así que podría decirse que las candidatas a heroínas son solo tres: la deportista rebosante de energía amiga de la infancia, la calculadora humana incapaz de descifrar las emociones de los demás, y la hermosa y elegante niña rica. Cada cual que escoja a su favorita, que en esta serie, el prota "parece" tenerlo claro. Si bien la trama parece decantarse hacia una de ellas en concreto, nunca cierra las puertas a las otras dos, y el hecho de que incluso una de ellas haga de "amiga bisagra" me pareció bastante original, ya que aunque reducía aún más el polígono amoroso, como digo hay cierta ambiguëdad en todas las relaciones como diciendo "todo es posible".

     La trama central avanza, que no es poco. A pesar de que con frecuencia nos encontramos con episodios autoconclusivos y meramente cómicos aparte del hilo principal, pero que quieras que no, ayudan a conocer a los personajes, aunque sea a los periféricos, todo se mueve hacia adelante. El hecho de que el prota parezca interesarse en una de ellas más que en las otras ayuda mucho en este sentido,ya que hace que haya o se intuya una historia conductora y no una sucesión de historietas independientes.
     Además, tanto el prota como su mini-harén y aledañas experimentan cambios en su personalidad a medida que se relacionan con el resto. Aprenden unos de otros, y no solo materias académicas, sino que consiguen superar problemas personales gracias a su interacción continua.

     Según me han comentado, a partir de cierto punto la serie toma un camino diferente del manga, quizá por eso sea que no plantea un final cerrado a pesar de que el manga puede que ya esté finalizado, pero yo no he quedado descontenta, la verdad. Me he encontrado con una comedia escolar típica llena de bragas y sostenes cada dos por tres, pero con su corazoncito. Un caramelito relajante en mi ajetreada vida actual.

PD. Parece ser que aún no ha finalizado del todo... El autor se decidió por una de las candidatas, pero para que todos tuvieran su final feliz, habrá finales alternativos uno para cada chica.
Y por cierto, ¿alguien más se fijó en ese personajillo extraño, rosa, con bigotes blancos, que aparecía como quien no quiere la cosa de vez en cuando? Adjunto capturas: