lunes, 21 de marzo de 2022

En'en no Shouboutai (2019) / Ni no Shou (2020)

      Después de repasar alguna que otra serie que estrenaba temporada, me apetecía algo de shounen típico y, a ser posible, de más de 12 capítulos, y así fue que me fijé en En'en no Shouboutai (2019), ideal para tardes invernales.


     "Desde el gran cataclismo, la humanidad se enfrenta al inexplicable fenómeno de la combustión humana. Para ello ha establecido un cuerpo especial de bomberos formado esencialmente con individuos capaces de controlar las llamas. 

     A ellos se une Shinra Kusakabe, un joven aspirante a héroe que no se conformará con solo proteger a los ciudadanos de los incendios, sino que está dispuesto a llegar al fondo de los misterios que rodean al fenómeno."




     En'en no Shouboutai (que dicen que significa "Cuerpo de bomberos en llamas", pero que a mí me suena más a "bomberos de fuego o de llamas" y que se le conoce mejor como Fire Force) es un manga de Atsushi Okubo, que así al principio no me decía nada pero que resulta que es el autor de Soul eater, cuya serie ya vi en su día antes de empezar el blog.

     La serie se emitió dividida en dos temporadas de 24 episodios cada una, y aunque según lo que he leído no hubo muchos cambios en la producción, la diferencia técnica y visual es brutal entre ambas. Bueno, a ver, es que la primera me pareció magnífica. De colores, de estilo, las coreografías, la animación en general, una pasada todo. El hecho de que el prota pelee fundamentalmente con los pies, le da un exotismo capoeiro muy atractivo, unido además a la estética ciberpunk de este futuro distópico donde, además, de vez en cuando a alguien se le va la pinza y vislumbramos otro plano existencial más paranoico aun si cabe, con unos usos del color y las sombras bastante inusual.

     Además, la acción no para en ningún momento durante la primera temporada. Todos los capítulos son trepidantes y están llenos de información relevante para la trama. Los personajes se van  presentando y uniendo, aportando su trocito de verdad y/o misterio. Me sorprende también que se juegue y medio cierre una baza que normalmente suele ser de las últimas en ser lanzadas, como es el pasado del prota, su entorno familiar, orígenes de su poder, etc No es que se destripe todo pero sueltan bastante y muy pronto, lo que hace que su valor como historia aumente. Y así, episodio a episodio, Shinra va avanzando en su búsqueda personal al mismo tiempo que descubre los secretos de la iglesia y la industria junto a sus compañeros de escuadrón. Hasta que cierra arco dejando el drama en alto y nuevas incógnitas.

     Y entonces, empiezo la segunda temporada y lo primero que me encuentro es un episodio "de relleno". No me refiero a si está en el manga o no, me refiero a esos episodios dedicados casi exclusivamente a la rutina del batallón desempeñando alguna tarea cotidiana, en los que no se hace referencia a la historia principal ni avanza la trama. Pero bueno, resultó divertido. Afortunadamente, se retoma rápido el asunto que nos atañe, aunque empiezo a notar que con bastantes rodeos, y para mi horror, con un gradual descenso de la calidad de animación especialmente notable en las escenas de lucha, donde con frecuencia no se llega a reconocer siquiera la cara de los personajes.

     No recuerdo en qué episodio llega a tocar fondo, pero afortunadamente a partir de ahí remonta un poco hasta llegar a un grado aceptable, pero para nada cerca de los niveles de la primera temporada. La trama en este punto ya avanza sin distracciones y te va llevando por encima de los detalles.

     Después de tomar carrerilla en el arco final de temporada, la cosa termina con dos episodios bastante anticlimáticos donde simplemente vemos a los protagonistas entrenar para próximos enfrentamientos. Entiendo que llegados a eso, no tenían más manga publicado y aún así decidieron hacer 24 episodios. Si, como todo parece apuntar, deciden hacer ya una tercera y última temporada, este pequeño bache ya no supondría nada, así que espero que no nos hagan esperar mucho ahora que el manga está terminado.

     Por si acaso es un "no", yo me he aficionado al manga y lo voy leyendo poco a poco. No es que me haya dejado muy colgada pero sí hay cositas que me intrigan. En general no es mala serie pero tampoco destacable. O sea, es una historia bastante popular y entretenida pero sin grandes rasgos que la hagan indispensable. Tiene buenos elementos pero entran dentro de lo conocido.

     Ah, bueno, sí, en cuanto a personajes, hay dos o tres rasgos que sí me parecen bastante originales y distintivos. Como por ejemplo "el síndrome del pervertido con suerte" que padece Tamaki, la chica gato. El tic nervioso que sufre el prota que le hace sonreír como un ser malévolo cuando se emociona o se estresa. Y mi favorito: todo el personaje de Arthur. Su delirio que le hace ser más fuerte cuanto más se lo cree, su torpeza para asuntos complicados, su honestidad, su pésimo sentido de la orientación, y que a pesar de todo, nunca pierde su compostura caballeresca y jamás hace el ridículo. I'm in love con este personaje.

     En definitiva, la serie no llegará a estar en el top de tu ranking pero tampoco creo que vayas a perder el tiempo que le dediques.

viernes, 4 de marzo de 2022

Chikyūgai Shōnen Shōjo (2022)

      Estando aún por Sevilla, me llamó una vieja amiga del instituto para contarme que su hija de 13 años se había aficionado al anime y necesitaba recomendaciones. Repasamos el catálogo de Netflix y ahí fue donde me topé con Jóvenes en órbita (2022), y aunque tenía pinta de ser recomendable para la joven padawan, yo personalmente no la conocía, así que me puse manos a la obra.




     "En el año 2045, los dos últimos niños nacidos en el espacio viven en la estación espacial Anshin, prácticamente automatizada. 

     Mientras se preparan para poder vivir en la Tierra, reciben la visita de tres niños terrestres en un gran evento publicitario, pero desde el momento de su llegada, se suceden una serie de peligrosos incidentes que pondrán en riesgo sus vidas."     





     Jóvenes en órbita (Chikyūgai Shōnen Shōjo, que significa algo así como "Niño y niña extraterrestres") originalmente vio la luz como dos películas que se estrenaron en Japón en enero y febrero de 2021. En noviembre la compró Netflix y la dispuso en su catálogo como una mini serie de 6 episodios, por lo que se hace muy amena de ver.

     Al provenir del cine, la calidad técnica y visual es extraordinaria, y a pesar del cambio de formato (de dos pelis a miniserie) el ritmo narrativo se mantiene ágil y equilibrado. Personalmente, me costó un poco entrar en situación ya que como lo primero que vemos es la vida de los niños de la estación espacial, pensaba que la humanidad entera era así. Pero luego te enteras de que no hay tal colonización espacial, que seguimos viviendo en la Tierra, y que de todos los niños nacidos en el espacio, solo sobrevivieron dos.

     El elenco principal es exclusivamente infantil. En la estación prácticamente no hay adultos, y la mayoría están patrullando fuera cuando ocurre todo. Tras presentarnos a Tōya y Konoha, los niños nacidos en la Luna, supervivientes a sus problemas cerebrales gracias a unos implantes diseñados por la más potente inteligencia artificial del momento, nos introducen a los visitantes: una streamer muy popular, un pequeño científico y un adolescente principesco.

     Al principio, los incidentes apenas son molestias producidas por cortes de internet y pérdida de señal con el sistema de inteligencia artificial que lo maneja todo. Así da tiempo a que los niños se conozcan y marquen bien sus diferencias. Todos son chicos listos y los mejores de su campo, sobre todo Tōya, un auténtico háker a sus 14 años, pero a pesar de sus talentos siguen comportándose como niños al relacionarse entre ellos, con lo cual no se hace demasiado increíble.

     Además, dado que la cosa acaba resultando de una complejidad y alcance universales, el grupo no tiene más remedio que confiar los unos en los otros para colaborar y salvar sus vidas, dando lugar a momentos de tensión, emoción y amistad.

     El peligro que se avecina sobre la Tierra, originado por el acercamiento de un misterioso meteorito que interfiere con los sistemas informáticos de la estación espacial, parece provenir más que nada de una programación diseñada por la inteligencia artificial más avanzada que jamás existió. Y que fue sustituida por otros sistemas menos inteligentes pero más seguros hacía ya varios años. Esa IA estaba implicada en el diseño de la estación espacial y de los implantes de los niños extraterrestres, ambos plagados de misterios imposibles de resolver con la tecnología actual. Por lo que ahora todo empieza como a cobrar sentido, cumpliendo con una profecía en forma de poema que dicha IA dejó a la humanidad antes de desaparecer.

     Y así, entre lo científico, lo informático y lo místico, se termina estableciendo esta aventurilla espacial protagonizada por pre-adolescentes. La cuestión metafísica y trascendente creo que se escapa un poco del alcance del espectador medio al que se dirige (y del mío, que apenas puedo decir que la entendí) pero las escenas de acción, los momentos cómicos y los entrañables son suficientes para mantener la atención. El significado profundo da igual si no lo pillas.