domingo, 27 de febrero de 2022

Black Clover (2017)

      Llevaba ya tiempo esperando que terminara de emitirse Black Clover (2017) para poder hincarle el diente, tanto que cuando llegó el último capítulo 3 años después ni me acordaba ya. Finalmente la rescaté del baúl de los animes en emisión y me di un buen maratón.

     "En el mágico reino de Clover, donde todo el mundo puede usar la magia, nos encontramos con Asta, un joven huérfano de la remota aldea de Hage que nació sin poder mágico alguno. En cambio Yuno, otro joven que fue abandonado en el orfanato el mismo día que Asta, ha demostrado poseer un gran poder mágico. Ambos aspiran a convertirse en el próximo Rey Mago, y cuando llega el momento, parten juntos a la capital para lograr su sueño."

     Estamos ante un típico ejemplo del manga de género shonen por excelencia, como hacía tiempo que no veía ninguno.

     Black Clover es uno de los mangas estrella de la Shonen Jump que lleva publicándose desde 2015 y cuya popularidad sigue en alza. El anime, como dije, empezó a emitirse en 2017, momento en el que se anunciaron 13 episodios, pero antes de su finalización se anunció que serían 51. Sin embargo llegaron a emitirse 170, terminando por fin en 2021, con el anuncio de una próxima película, de la que aún no sabemos nada. El manga, por supuesto, continúa publicándose, y ahí estoy yo semana a semana.

     A lo largo de tantos capítulos, la calidad técnica de la serie pasa por varias fases inevitablemente. Afortunadamente, a medida que avanzamos, la cosa va mejorando de los garabatos casi irreconocibles del principio a las escenas apoteósicas de los momentos clave. Aunque vuelva a decaer en los episodios de relleno, suele levantarse para las batallitas más míticas, pero en general, es bastante chusquera.

    Pero eso no importa tanto, ya que el desarrollo de la trama, bastante fiel al manga, posee todos los encantos de este género: héroe de origen misterioso, torpe, bueno, cabezota, valiente, que se esfuerza siempre y se rinde nunca, con un sueño imposible al que pese a todo sigue acercándose. Y un amigo-hermano-rival, y un grupo de colegas tarambanas pero igual de buenazos y poderosos que él... Y unos enemigos cambiantes, intrigantes y carismáticos, una trama que evoluciona y cambia sin perder el objetivo final del prota, a la que van sumándose otros personajes y otras historias, llenas de sorpresas, traiciones y mucha, mucha acción.

     Los 170 capítulos del anime dan para muchos arcos, que abren y cierran. Muchas de las incógnitas, como por ejemplo el origen de nuestros héroes, llegan a desvelarse, cosa que es muy de agradecer. Se resuelve algo y se plantean nuevos interrogantes, la cosa no decae, y a pesar del relleno y la dispersión debido al amplio abanico de personajes relevantes, no llega a despistarte lo suficiente como para aburrirte en historias satélite.

     Para mi gusto, solo falta algo más de seriedad en las tramas amorosas. Por lo demás, y aunque la comedia es algo omnipresente, tiene mucho drama también. Cada personaje tiene su ladito oscuro, unos más y otros menos, y eso es lo que me gusta de todo. Que hacen el ridículo cuando se puede, y se ponen serios cuando deben.

     En definitiva, tiene todo lo que un shonen debe tener (aunque puede que algunos echen de menos algo más de fanservice), y además cuenta con una frescura muy actual sobre un tema tan clásico. Para mí podría decirse que es una de las imperdibles.

sábado, 26 de febrero de 2022

Uramichi Oniisan (2021)

      Apurando mis últimos días en casa de mis padres, no quise ponerme una serie demasiado enganchosa y terminé por darle una segunda oportunidad a Uramichi Oniisan (2021). Verse un capi antes de dormir era mágico.



     "Uramichi Omota es el alegre conductor de un programa educativo infantil, en el que anima a los niños a practicar ejercicio y les enseña diferentes aspectos sobre la vida. Pero en realidad es un tipo extremadamente miserable y depresivo que, con frecuencia, no puede evitar dejar escapar su naturaleza sombría, asustando a los niños."





     Ya había visto un par de capítulos anteriormente y la había abandonado porque no era lo que yo esperaba. Quiero decir, esperaba que fuese una serie normal, ya sabes, con su trama y sus cosas. Como mucho, pues de esas cuyos capítulos están formados por varias historias autoconclusivas, pero que en el fondo tiene un hilo conductor que avanza o algo. Pero no es nada de eso. O sí, pero muy al extremo.

     De esta forma, los nosécuántos primeros episodios se pasan en un sinsentido de historias muy breves en el que apenas se nos presentan los personajes, y se centra sobre todo en el gag y los chistes que se forman por el contraste entre el colorido entorno y las conversaciones plomizas. Todo al borde del ridículo, muy exagerado, muy típico humor japonés del doble sentido y juegos de palabras, que evidentemente, se me escapan.

     Sin embargo, sus personajes enganchan y por eso precisamente me frustraba saber tan poco de ellos. Al principio lo único que se capta es que se llevan bien y el enemigo común es el exigente director que cada vez pide cosas más inverosímiles al elenco. Luego, poco a poco, te vas enterando de que Uramichi, Usahara y Kumatani fueron a la universidad de Ciencias Deportivas de Japón, y durante una breve temporada, compartieron dormitorio. Uramichi al parecer se graduó con honores y era una gran inspiración para los de cursos inferiores, sin embargo no se sabe por qué decidió no seguir con su carrera profesional como gimnasta, y aunque sigue ejercitándose a diario, también bebe en exceso y fuma.

     Usahara es un bala perdida y siempre está de juerga, deseando ligar y sin un duro, sacando de quicio a Uramichi, quien aprovecha para desahogar su estrés en él. Kumatani es más calmado y razonable, y observa en silencio. Iketeru, el cantante, solo piensa en comida y chistes guarros, pero su inocencia y sus modales refinados le delatan como procedente de buena familia. Y la chica lucha por convertirse en cantante profesional de enka, aunque continuamente se queja de que su novio no le pide matrimonio.

     A lo largo de múltiples situaciones estrambóticas derivadas de las "exigencias del guion", se van dejando adivinar más cositas, como que a pesar de su desmotivación, Uramichi se esfuerza y se implica de más en el programa, y se preocupa por sus compañeros así como por los niños que les visitan en el programa. Y que tal vez el motivo de su retiro fuera la estricta educación de su padre, algo que parece compartir con el cantante Iketeru. También se adivina algo oscuro en el pasado de Kumatani, ya que a pesar de que siempre actúa como un considerado observador, en cierto episodio deja escapar su furia, incapaz de callarse ante cierta injusticia.

     Todo esto despierta mucho mi interés cotilla y fue lo que me llevó a terminar los 13 episodios, pero son píldoras tan pequeñas en un mar de absurdos que no creo que me animen a ver una hipotética continuación futura.

viernes, 25 de febrero de 2022

Yahari Ore no Seishun Love Come wa Machigatteiru (2013) / Zoku (2015) / Kan (2020)

      Estaba convencidísima de que ya tenía una entrada para Yahari Ore no Seishun Love Come wa Machigatteiru, Oregairu para los amigos. Si no por la primera temporada, que es mucho anterior a este blog, al menos por la segunda, que ya es más cercana, pero se ve que nop.




     "Hachiman Hikigaya es un estudiante de preparatoria cínico y antisocial que, debido a una mala experiencia durante la secundaria, no espera nada de su vida estudiantil, y mucho menos experimentar una alegre comedia juvenil. 

     Obligado por su tutora, se une al club de voluntariado, donde conocerá a Yukino Yukinoshita y a Yui Yuigahama, dando lugar a una compleja relación de amistad y amor entre los tres llena de altibajos."




     El título viene a significar "Lo sabía, mi comedia romántica juvenil está mal", y como es esperable por su longitud, es una serie de novelas ligeras. La terminé de ver allá por noviembre (creo) del año pasado. Y si ya te digo que no recordaba si le había hecho entrada o no, mucho menos me acuerdo ya de qué iba cada temporada, pero bueno, hablemos de las impresiones que perduran.

     La primera entrega, al ser ya viejita, choca un poco en cuanto a calidad visual. No es mala, solo... vintage. Algo que mejora en las que le siguen pero sin ser de las que van a por el óscar. Tampoco la trama requiere grandes despliegues, ya que es más bien una serie psicológica e introvertida, así que es suficiente.

     Es una serie con mucho diálogo, tanto interior como entre personajes. Hachiman y Yukino son grandilocuentes y les encanta debatir. De hecho se pasan media serie discutiendo sus puntos de vista, tanto en asuntos cotidianos como en temas profundos, y sobre todo, en la forma que cada uno tiene de enfrentarse a los problemas. Mientras que Yui representa el polo opuesto a ambos: es más una chica de acción y actúa según sus emociones. Pero aunque parezca una cabeza hueca que no piensa las cosas, también tiene su lado serio y su forma de afrontar las dificultades.

     Cuando aceptan alguna petición en el club de ayuda, cada uno lo aborda según su punto de vista, y al mismo tiempo, aprovechan para criticar e intentar corregir donde los otros se equivocan. Puede que en muchos casos la cosa empiece como una comedia, pero no tardan en teñirse de cierta amargura en algún punto del proceso. Hachiman siempre opta por la solución que más le perjudica a él, ya que piensa que no tiene nada que perder. Yukino se sobreesfuerza al querer acometerlo todo por sí sola. Yui relega sus propios deseos y es incapaz de decir que no. Tres cabezotas que no paran de hacerse daño de lo mucho que se aprecian.

     Y así avanzan, y siguen avanzando, y sus progresos arrastran en alguna medida a otros personajes de su entorno también estancados por las expectativas que les abruman. Como Haruno, la hermana de Yukino, Hayato, el chico popular de la clase, o la misma profesora Hiratsuka. El lado cómico de desahogo viene a estar representado por dos personajes tipo: Saika Totsuka, de apariencia infantil y femenina despierta extraños deseos en Hachiman; y Yoshiteru Zaimokuza, el amigo de la secundaria de Hachiman que se quedó en su fase otaku.

     Creo que podría definirla como una comedia amarga, es divertida y pesada a la vez, muy rica en personalidades gracias a su variado repertorio de personajes que, por otro lado, están perfectamente engranados entre sí, dando así una sensación de historia única y múltiple. Ahora que tienes las tres a mano, no te la pierdas.