Me vine arriba con el CGI y pensé que había llegado el momento de la tan postergada por mi parte Houseki no Kuni (2017), serie que pasó bastante desapercibida en su momento, y sin embargo, era muy alabada en los blogs undergrounds.
"Phos es la gema más frágil y torpe de sus hermanas y por ello no puede luchar contra los lunarios que tratan de secuestrarlas todos los días. El maestro Kongo le encarga la confección de una enciclopedia para que se sienta útil, lo que la llevará por un camino de aventura, descubrimiento y transformación totalmente inesperado."
Tal vez no debí verla justo después de Seikai suru Kado, ya que elevó mi estado de ánimo hacia unas expectativas para las que Houseki no kuni no estaba diseñada. El desarrollo se me antojó lento y demasiado contemplativo, como si no tuviera una dirección concreta hacia la que avanzar, y el final me defraudó, me sentí engañada y me terminé de enfurruñar.
Sin embargo, ahora que ha pasado algo de tiempo y la recuerdo en perspectiva he de reconocer que no carece de méritos, solo que yo no estaba en el mejor momento para percibirlos. Eso fue todo.
La historia es muy buena, y original como pocas. Presenta un mundo en principio mágico donde las gemas han tomado formas humanoides y según sus constituciones están encargadas de la defensa y cuidados de su pequeña comunidad, amenazada constantemente por los misteriosos lunarios, y guiada por un monje sabio y poderoso que, cuando no está dormido, las protege luchando a su vez.
Lo que pasa es que al principio no pasa nada. Es una especie de "recuentos" y durante varios capítulos solo vemos a la/el protagonista recorriendo diferentes espacios, presentándonos así poco a poco a los demás personajes e introduciéndonos en su mundo. Un mundo tranquilo y bello, donde predomina la naturaleza y toda clase de pequeñas criaturas, hasta que aparecen procedentes del cielo los inefables lunarios, de formas cambiantes pero con un único objetivo: secuestrar a las gemas. Y entonces entablan batallas épicas donde la animación estalla y llena la pantalla de movimientos y coreografías increíbles, creando escenas maravillosas en detalle y flexibilidad, por otro lado super crueles pero nunca faltas de elegancia.
A ver, las gemas no mueren, ni sangran, pero se parten, se fragmentan, pierden miembros, a veces estallan en pedazos, a cámara lenta para más inri, lo cual da bastante cosita, pero todo lo ponen taaaaaan bonito...
Y así a lo tonto, Phos (ni hombre ni mujer sino todo lo contrario) empieza una búsqueda para sentirse útil y para ayudar a su amiga Cinabrio. Va dando tumbos de aquí para allá, metiéndose en líos continuamente y perdiendo partes de su cuerpo cada dos por tres. Y aunque parece que no avanzamos nada, sin darte cuenta se empiezan a plantear cosas que se daban por sentado y de repente sospechas que no deberían serlo tanto. La/el prota se descubre de pronto preguntándose por "la verdad", la verdad de su creación, de su mundo y de todo lo demás. Y ahí cuando más intrigada estaba, ¡zasca! se acaba la serie dejándome con un palmo de narices.
Y no, no era el momento de toparme con un "final" así. Algunos por ahí la han comparado con Made in abyss y la verdad yo también le veo similitudes, en cuanto a calidad de animación, belleza de paisajes, mundos misteriosos, y finales demasiado abiertos. No me vale que me digan que el manga sigue en publicación y blablabla. Una serie anime es un producto diferente, y como tal, debería tener su comienzo y su final, o cierre o lo que sea, pero una conclusión. Para mí sigue siendo la mitad de la nota. Y aquí suspenden por goleada. Por lo demás, es perfecta.
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