sábado, 26 de febrero de 2022

Uramichi Oniisan (2021)

      Apurando mis últimos días en casa de mis padres, no quise ponerme una serie demasiado enganchosa y terminé por darle una segunda oportunidad a Uramichi Oniisan (2021). Verse un capi antes de dormir era mágico.



     "Uramichi Omota es el alegre conductor de un programa educativo infantil, en el que anima a los niños a practicar ejercicio y les enseña diferentes aspectos sobre la vida. Pero en realidad es un tipo extremadamente miserable y depresivo que, con frecuencia, no puede evitar dejar escapar su naturaleza sombría, asustando a los niños."





     Ya había visto un par de capítulos anteriormente y la había abandonado porque no era lo que yo esperaba. Quiero decir, esperaba que fuese una serie normal, ya sabes, con su trama y sus cosas. Como mucho, pues de esas cuyos capítulos están formados por varias historias autoconclusivas, pero que en el fondo tiene un hilo conductor que avanza o algo. Pero no es nada de eso. O sí, pero muy al extremo.

     De esta forma, los nosécuántos primeros episodios se pasan en un sinsentido de historias muy breves en el que apenas se nos presentan los personajes, y se centra sobre todo en el gag y los chistes que se forman por el contraste entre el colorido entorno y las conversaciones plomizas. Todo al borde del ridículo, muy exagerado, muy típico humor japonés del doble sentido y juegos de palabras, que evidentemente, se me escapan.

     Sin embargo, sus personajes enganchan y por eso precisamente me frustraba saber tan poco de ellos. Al principio lo único que se capta es que se llevan bien y el enemigo común es el exigente director que cada vez pide cosas más inverosímiles al elenco. Luego, poco a poco, te vas enterando de que Uramichi, Usahara y Kumatani fueron a la universidad de Ciencias Deportivas de Japón, y durante una breve temporada, compartieron dormitorio. Uramichi al parecer se graduó con honores y era una gran inspiración para los de cursos inferiores, sin embargo no se sabe por qué decidió no seguir con su carrera profesional como gimnasta, y aunque sigue ejercitándose a diario, también bebe en exceso y fuma.

     Usahara es un bala perdida y siempre está de juerga, deseando ligar y sin un duro, sacando de quicio a Uramichi, quien aprovecha para desahogar su estrés en él. Kumatani es más calmado y razonable, y observa en silencio. Iketeru, el cantante, solo piensa en comida y chistes guarros, pero su inocencia y sus modales refinados le delatan como procedente de buena familia. Y la chica lucha por convertirse en cantante profesional de enka, aunque continuamente se queja de que su novio no le pide matrimonio.

     A lo largo de múltiples situaciones estrambóticas derivadas de las "exigencias del guion", se van dejando adivinar más cositas, como que a pesar de su desmotivación, Uramichi se esfuerza y se implica de más en el programa, y se preocupa por sus compañeros así como por los niños que les visitan en el programa. Y que tal vez el motivo de su retiro fuera la estricta educación de su padre, algo que parece compartir con el cantante Iketeru. También se adivina algo oscuro en el pasado de Kumatani, ya que a pesar de que siempre actúa como un considerado observador, en cierto episodio deja escapar su furia, incapaz de callarse ante cierta injusticia.

     Todo esto despierta mucho mi interés cotilla y fue lo que me llevó a terminar los 13 episodios, pero son píldoras tan pequeñas en un mar de absurdos que no creo que me animen a ver una hipotética continuación futura.

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