sábado, 8 de febrero de 2020

Basquash! (2009)

     Y por fin llegué al final de mi particular lista de series anime de baloncesto con otra serie que tampoco era de baloncesto: Basquash! (2009).






     "En un futuro alternativo, Dan DJ es un joven aficionado al baloncesto que protesta activamente contra la popular modalidad de dicho deporte con robots. Sus peripecias terminarán por descubrir un nuevo tipo de baloncesto callejero que podría permitirle ir a la luna y así curar a su hermana. 
     Sin embargo, la posibilidad de convertirse en leyenda acabará por cruzarse en su camino y no solo deberá enfrentarse a sus rivales sino también a los enemigos de su destino."




     Pues eso... Baloncesto haberlo, haylo, pero así en plan spokon con sus entrenamientos y partidos preñados de tensión y emociones, pues como que no. Más que una serie deportiva, Basquash! es un shonen de aventuras de ciencia ficción con tintes mágico-mitológicos. Me costó mucho superar el choque inicial: un prota demasiado joven, medio chiflado y delincuente, haciendo incoherencias en un mundo caótico y bastante absurdo. Pero la calidad del diseño y la animación era tan buena que al menos visualmente era muy atractiva y me hizo pensar que tal vez tuviera algo más intenso por ahí escondido para más adelante. Y acerté. Al menos en parte.

     Como digo, uno de los puntos fuertes de la serie es su calidad técnica. Una planificación espectacular, complementada con una ambientación cuidada al detalle, llena de movimientos vertiginosos, y una iluminación contrastada y brillante, de colores metálicos muy variados que ayudaba a dar vida a los distintos ambientes. El diseño de los personajes, su ropa, maquinarias y edificios no solo no desmerece el tono general, sino que lo completa y realza.

     Otra cosa es el desarrollo de la trama, ya que a mi entender, es un poco discontinua e irregular, como si no siguiera un patrón claro desde el principio sobre qué rumbo iban a tomar. Primero, hay una presentación de personajes y situaciones medio clara, pero entonces de repente se toman un salto de un año y algunas situaciones han cambiado. Y dices: Ah, vale, ahora es cuando se une a la liga y nos ponemos a jugar... Pero no, porque no va de eso, y de repente parece que estás en una road-movie por el planeta para expandir el nuevo deporte. Pero varios capítulos después te das cuenta de que tampoco va de eso, que de lo que se trata es de llegar a la luna por la hermanita pero sin la hermanita. Y cuando crees que se van para allá, se marcan un viaje al centro de la tierra, solo para introducir a un personaje más, que al parecer, hacía falta todavía para completar el cuadro.
     Vamos, que las reglas clásicas del relato de nudo-desenlace, motivación, acción, objetivo y esas cosas no están muy claras, pero como el tono general de fondo no cambia y los personajes avanzan a su manera en pequeñas conquistas personales, pues la cosa sigue adelante de alguna forma. Además, hay varias tramas románticas, leves pero continuamente presentes, que le dan un poco de sal al mezclarse con las atribulaciones típicas de la trama central.

     Y es que elementos y aderezos no le faltan, sin que, curiosamente, sobre ninguno: deporte, robotitos, dramas del pasado, grupo de idols cantantes y guerreras, amoríos y celos, ciencia ficción y poderes antiguos, camaradería masculina (y femenina)... Un batiburrillo que produce cierto desconcierto pero bien entramado al fin y al cabo, que te permite centrarte en lo que más te gusta obviando lo demás.
     Y tiene final. Cierra arcos y aventurillas de forma concreta, aunque evidentemente, la vida sigue después de el clímax, pero la leyenda y todos los enigmas más o menos quedan dispuestos sin flecos dejados para posibles continuaciones. Que no creo que las haya porque el manga también está finalizado, pero si las hubiera, conmigo que no cuenten, que ya tuve bastante de animes preadolescentes para una temporada.

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