Ya que estaba en racha romanticona, eché mano de otra serie de amoríos adolescentes, de la que, al contrario que la anterior, algo había oído hablar. Me refiero a Fuuka (2017), a la que su fama ya precede.
"Yuu Haruna, un estudiante adicto a twitter, acaba de trasladarse a Tokio para vivir con sus hermanas. En la calle tendrá un desafortunado malentendido con una chica llamada Fuuka Akitsuki, quien luego resultará ser su compañera de clase. Tras los primeros desencuentros, la desbordante energía de Fuuka y su amor por la música arrastrará a ambos a la aventura de sus vidas."
Fuuka es originalmente un manga que aún sigue en publicación. No sé por qué creí que iba de deportes (debí confundirla con otra serie) pero el caso es que iba de música, cosa que tampoco me esperaba para nada. Y es que lo introduce algo tarde. Primero: presentación de Yuu y Fuuka. Luego, el amigo de Fuuka (que luego te enteras que toca el piano) y la amiga de Yuu (sí, la de la infancia, que se dedica a la música ya profesionalmente y con la que hizo una promesa, etc). Como sea, las pistas musicales no se siembran de antemano, sino que brotan a partir del momento que la niña dice que quiere cantar. De ahí que me desconcertara levemente, pero bueno, acepté el pacto y seguí adelante.
Triángulo amoroso asegurado, y que por una vez, parece inclinarse por Koyuki, la amiga de la infancia, una chica bastante atrevida y un pelín rastrera a pesar de su apariencia dulce. Y bastante idiota, ya que mete al pobre de Yuu en un jaleo de mil pares por "querer hacer las cosas a su manera". Pero luego todo se endereza y la pareja protagonista confirma su relación. Así me gusta, que se muevan las cosas y no se tiren media serie para dar un sí o un no.
En cambio, los personajes secundarios son bastante invisibles. Makoto Mikasa, el amigo de Fuuka, es bastante interesante y sin embargo apenas podemos ver algo de su complicada familia. Mientras que Sara Iwami, la que aparecerá finalmente para ser la guitarrista, tiene una personalidad bastante inconsistente, que ralla lo bipolar. Falta un poco de fundamento por esta parte, pero bueno, la historia central lo eclipsa todo, así que no hay tiempo para quejarse.
En cuanto al cambio primordial de sufre la trama respecto al manga... bueno, me alegro de que decidieran cambiarlo porque en verdad me parecía un giro demasiado arbitrario y mega melodramático en algo que más o menos había ido en tono ligero, y en consecuencia demasiado cruel. Vamos, que no me pienso leer el manga, prefiero la versión light.
No tengo especial gusto por la música así que no puedo juzgar la banda sonora, pero creo que no destaca demasiado para ser una serie musical. Además, todo siempre parece tan fácil... aprender a tocar, aprender a componer... no es una historia de esfuerzo y superación de un grupo de amigos que quiere dedicarse a la música, sino más bien de la evolución personal de un único protagonista a través de la música y las vicisitudes del amor. Pero técnicamente está bien, bastante cuidada, y la historia avanza ágil y entretenida, con emoción, dolor y alegría en buenas proporciones.
Tiene buenos elementos pero podría haber salido algo mejor.
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