martes, 7 de abril de 2020

Rikei ga Koi ni Ochita no de Shōmei Shite Mita (2020)

     Las cosas se estabilizaron un poco y, como de momento parece que el mundo no se va a acabar, aunque mi dinero sí, me empezó a apetecer algo de comedia, a ser posible, romántica, pero lo único que se me ocurrió fue la de Rikei ga Koi ni Ochita no de Shōmei Shite Mita (2020).





     "Himuro y Yokimura son dos estudiantes de postgrado de ciencia y tecnología que trabajan en el mismo laboratorio y un día comienzan a investigar el sentimiento del amor desde el punto de vista científico para tratar de demostrar si están enamorados o no."










     Esta serie de título tan largo, también conocida como Rike-koi, proviene de un manga que se publica en una revista web. Su título significa algo así como: "Traté de probar que la ciencia se enamoró" y, sinceramente, tiene pinta de ser eso: una historieta web.

     Técnicamente es mediocre tirando a mala. Un diseño muy simple, de colores planos y fondos sencillos, y una animación patatera y mínima. Realmente la acción que describe no es que necesite un enorme despliegue, pero las situaciones y chistes tampoco son tan buenos como para pasar por alto la parte barata.
     La pareja protagonista soporta básicamente toda la trama. Sus personalidades son bastante curiosas y están bien construidas. Ambos son frikis de lo lógico y matemático, y totalmente inexpertos en temas amorosos. El hecho de que intenten explicar y demostrar el amor a través de métodos científicos conlleva la mayor parte de las situaciones cómicas y románticas. Por eso me resultan completamente anecdóticos el resto de personajes a su alrededor. Me refiero a los otros tres componentes del laboratorio y al profesor que los dirige. Que la veterana del equipo sea una lolita sádica, en mi opinión, está totalmente fuera de lugar. Hubiera sido divertido si al menos llega a tener su rollito con el chico otaku del grupo que, de hecho, es su amigo de la infancia, o con el profesor, yo qué sé, pero no llega a concretarse nada, por lo que me lleva a preguntarme qué diablos aporta. También hubiera sido interesante un rollito entre el otaku y la sensata, pero ya te digo: al menos en esta primera entrega, no se forman más parejas. Y la historia queda un poco huérfana, unidimensional.

     Me ha hecho reír a ratos, pero no me ha sacado ninguna carcajada. A medida que avanza, y los protas van descubriendo nuevos sentimientos como celos, alegría y dolor, asociados a las acciones del contrario, pues la cosa se pone más interesante y emotiva. O sea, que mala del todo no es, pero tampoco es memorable. Como cierra arco, sube puntos en mi ránking personal, y a la vez queda abierta a más episodios en el futuro, que quizá vea... si tengo tanto tiempo como ahora.

   




     Al parecer existen dos adaptaciones a imagen real: un drama de 4 episodios y una película, pero de momento, sin subtítulos.






No hay comentarios:

Publicar un comentario